"Ser madre te hacer ver hacia atrás. Es un episodio en el que te preguntas cosas como ¿de dónde vengo? ¿quién soy?", dice Maru de la Garza.

"La maternidad está vista como Disneylandia pero no es así: es algo muy complejo", opina Magali Lara.

"En muchos casos la maternidad acaba siendo no voluntaria, no pensada", sostiene Mónica Mayer.

"Está muy mitificado el papel de la madre y existe muchísima culpa para hablar de las cosas que no son necesariamente positivas, o que no se viven como un gozo; si lo dices pareciera que te estás quejando y no es un queja", afirma Grace Quintanilla.

"Replegada hacia adentro, ensimismada, suspendida entre dos tiempos. Miedo a moverme, cualquier movimiento puede provocar un derrumbe, dejar salir monstruos insospechados, aterradores. Mi miedo de niña. El miedo a lo de adentro", escribe Ana Casas Broda en Kinderwunsch, libro que está por publicar.

Son cinco artistas mexicanas o radicadas en el país, que pertenecen a distintas generaciones. Son madres y, en gran medida, la maternidad determinó una forma de hacer arte, un viraje y un discurso. El arte dio salida a pensamientos muy distintos, todos desvinculados de la noción de madrecitasanta, de la víctima.

Placer, gozo, dolor, trabajo, disciplina, descubrimiento, identidad, introspección, miedo, culpa, enojo, cansancio, evolución, enfermedad, muerte, esas nociones afloraron. No con la misma intensidad, pero el arte a ellas les ha permitido hablar de otros temas que conlleva ese estado y que a menudo están vedados

La noción física

Ana Casas Broda se toma años en sus proyectos y éstos culminan en un libro. Después de Álbum vino Kinderwunsch, en el que lleva siete años, y que publicará con la editorial La Fábrica y será parte de una exposición con curaduría de Susan Bright sobre la maternidad en el arte.

"Es un tema muy complicado, casi no hay fotógrafos que lo tomen. No se aborda la maternidad muy exhaustivamente, salvo por los cambios del cuerpo en el embarazo; no desde una experiencia personal".

Casas crea todo el proceso del libro, incluidos los textos. La foto le permite explorar a la vez que cuestionarse. "Me interesa trabajar ese punto donde se unen niveles conscientes e inconscientes de las experiencias, que tienen que ver con el recuerdo, con el presente, con generar acciones nuevas. Convertirme en madre cambió todo; de hecho empiezo con Kinderwunsch (niños y deseo) porque pasé cinco años tratando de tener un embarazo. El cuerpo siempre ha sido muy importante en mi trabajo. La maternidad es una experiencia física, sobre todo en los primeros años; es un vínculo físico muy intenso".

Hablar de lo que siento

Una de las consecuencias de que Maru de la Garza fuera madre es que dejó el diseño y empezó a hacer arte; buscaba lenguajes que le permitieran hablar de quién era, dice la artista y maestra de fotografía.

"Con la fotografía me encuentro con la figura paterna que estaba como enterrada y empiezo a sentir la necesidad de hablar de él. Descubro después que puedo trabajar con mi cuerpo; el cáncer de mi madre me hace voltear a ver qué representa ella para mí. Sobre mis hijos no ha habido un proyecto específico, pero hice una video instalación con cuatro generaciones: hija, madre, abuela, bisabuela y todas hablan de sus anhelos y deseos en relación a su figura materna. Estar embarazada te hace muy introspectiva, revela cosas tuyas que ni sabías, sentimientos, estados de ánimo, vínculos nuevos".

Cambio de prioridades

En el video Vía láctea, Grace Quintanilla muestra una casa de muñecas sobre la cual derraman leche y, poco a poco, no sólo la casa de juguetes sino la casa real es invadida por esa leche.

Grace, quien tiene dos hijos de 12 y 16 años, cuenta: "Cuando tenemos hijos muchas artistas vemos más hacia adentro, la cuestión doméstica, la familia, la infancia, el rol como madre artista; en mi caso, me preguntaba cómo iba a poder hacer las dos cosas con la misma pasión y dedicación que ambas me pedían. La maternidad te absorbe completamente pero te das cuenta de que necesitas esa otra parte que es el trabajo artístico.

Ser mamá te vuelve mejor persona, y mejor artista, no necesariamente porque tu producción sea mejor, sino porque la ves con mucha más sensibilidad y generosidad. También te lleva a pesar en tiempos, responsabilidad y economía; hay menos tiempo para producir; a la mayor parte los curriculums de las mujeres artistas parece que les falta la segunda hoja".

Madre en la sopa

Herbolario es una serie de Magali Lara que coincidió con el nacimiento de su hijo en 1991 y donde reunió sus ideas en torno de la maternidad, el paisaje; las obras fueron hechas en cerámica y en un libro.

"Me gustó intentar algo diferente porque la experiencia de la maternidad te abre un canal muy complejo que tiene que ver con el pasado y el futuro; lo ecológico es muy importante porque estás criando a un hijo y ves lo frágil que es el mundo. Nos damos cuenta de que somos parte del mundo, que no es que el mundo esté para servirnos. Ves el cuerpo como un lugar que tiene un paisaje interno que no siempre es igual, un cuerpo que hoy sólo se ve como lugar de seducción. El paisaje del cuerpo femenino, la genitalidad, tienen una larga historia que podemos recuperar".

El embarazo como una de las bellas...

En los años 80, en Polvo de Gallina Negra, Mónica Mayer y Maris Bustamante crearon obras que fueron pioneras en su forma de abordar la maternidad. Parte del proyecto incluyó que ambas se embarazaran.

Posteriormente, Mayer creó obras cuestionando "la novela rosa que nos plantean de la maternidad", novela que, dice, muestra la maternidad como la situación ideal para la mujer, sin hablar de todas las problemáticas que hay para poderla llevar a cabo".

Mayer, Víctor Lerma y otros artistas generaron hace un año el proyecto Una maternidad secuestrada, que recogió ideas muy diversas acerca de la maternidad y la incidencia del tema en la sociedad. Para ella, la problemática no ha cambiado:

"No se puede tener opción a decidir o no tener hijos si ni siquiera se tiene la educación sexual necesaria. No sólo en la mitad del país no es ni siquiera legal el aborto sino que ni siquiera hay opción a los anticonceptivos por falta de información sexual. Es más fácil que llegue Provida a una secundaria a desinformar, a que haya buenos niveles de educación sexual".

La maestra de la licenciatura en Historia del Arte en la Universidad Iberoamericana, Karen Cordero, se refiere al tema de la maternidad en el arte y apunta que todavía hay ángulos por revisar: "Hay que trabajar la experiencia de ser madre en diferentes momentos de la vida de los hijos; también hay que trabajar los sentimientos de enojo, el resentimiento, junto a sentimientos de identidad, una serie de cosas muy complejas que apenas si se empiezan a tratar en algunas de las obras".

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