Con la llegada de la computadora, Margo Glantz se olvidó de los problemas de máquina de escribir, de los montones de papeles que juntaba en el suelo cuando algo no salía bien, y hoy es una asidua escritora de Twitter, aplicación que sirvió para dar origen a Y por mirarlo todo, nada veía, su obra más reciente que describió como una especie de biografía tuiteada, y aunque destacó que un comentario en esta aplicación puede causar gran conmoción, también advirtió “que todo lo que escribe en el Twitter se vuelve obsoleto al instante”.

Y mientras Twitter guarda algunos recuerdos de la escritora, sus textos  personales, sus cartas que escribió con amigos como Sergio Pitol, y documentos que marcan la génesis de su obra, se irán a la Universidad de Princeton, en donde laboró por varios años.

“¿Y por qué no en México?  He visto una cantidad enorme de amigos que han donado sus papeles —y es un poco soberbio que lo que uno escribe se conserve, pero también por otro lado es como un deseo de no morirse—, la gente dona sus documentos, libros, pinturas, y muchas veces lo almacenan, dejan en cajas, no lo organizan, y yo en Princeton, he revisado documentos de varios autores”,  explicó.

La también autora de Las genealogías participó en el Hay Festival Querétaro 2018, en donde compartió el escenario con la escritora argentina Elsa Osorio, quien confesó su total fascinación por Facebook y platicó que ahora está escribiendo una novela en donde habla sobre WhatsApp.

“Yo soy una fanática del Facebook pero al punto que en un momento pienso  que estoy perdiendo el tiempo (…) Sí creo que en las redes sociales uno no sabe lo que puede esperar y pueden llegar a transmitirse noticias, aunque también hay que discernir qué es verdad o mentira”, dijo la escritora argentina, autora de Cielo de tango y A veinte años luz.

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