Si toma en cuenta que a partir de ya, con el Mundial en Brasil, en el mundo no habrá otro tema de conversación, no se extrañe que La casona del Árbol, de Xavier García Santana, le dedique un día de la semana, los jueves, a hablar también del “fucho”.

A partir de esta semana en ese espacio, entregado al delicado arte teatral, se hablará del burdo universo que gira alrededor de un balón y 11 hombres en calzones largos tras una pelotita.

La obra en cuestión se titula Escoge mi vida ¿El futbol o yo?, original de Gerardo Pacheco, actor que alterna en la Casona y en el Teatrito La Carcajada.

Tres actores recrean distintas estampas futboleras y, en realidad, no hablan del futbol, sus técnicas y sus jugadores. Abordan todos los aspectos que rodean al llamado deporte espectáculo más popular del mundo.

Casos como las inseguridades de un portero (Fernando Giménez) ante el tiro mortífero de un penalti, dos hombres (Raymundo Ruiz y Giménez) que descubren sus feminidad gracias a un encuentro futbolístico, la eterna discusión sobre una falta en el terreno del juego y un cura necio (Jorge Leonel) y la estrategia de juego contra una damisela (Ivette Vaca), entre otras cosas.

DIVERSIÓN EN EL ESCENARIO

No se trata de reflexionar sobre lo que ya cientos de comentaristas televisivos van a discutir. Se trata de diversión de sano entretenimiento nada más.

Claro está que entre cuadro y cuadro, la verdad “pambolera” se asoma, pero de una manera manipulada, digerible e incluso poco creíble, como el ver a dos ladrones meterse a la casa de unos “ñeritos” y ver al papá “ñerito” “con-beber” con los maleantes que amarraron a su “esposa-ñerita”.

No se trata de filosofar sobre lo que algunos, mañosamente, llaman el deporte que refleja la complejidad de la vida. La cuestión es que los asistentes pasen el rato, riendo a carcajadas sobre personajes y situaciones que son, inevitablemente, un símil del mismo espectador y espectadora.

No se trata de preocuparse por saber cuál es el mejor equipo y si la Selección Nacional tiene o no posibilidades de ganar un partido en Brasil, sobre eso ni una obra de teatro nos va a ayudar a los mexicanos, una raza de incrédulos de toda la vida.

Tampoco se crea tanto esa teoría, que tanto defienden algunos autores como es el caso de Luis Villoro, en la que se afirma que el futbol es el reflejo de la complejidad de la vida.

Tampoco es para tanto y creer que la vida es meter goles y hacer saque de meta, aplicar zancadillas y cometer fueras de lugar todo el tiempo. Me resisto a creer que la existencia esté en manos de un tipo vestido de negro y con un silbato en la boca. ¿O sí?

Escoge mi vida ¿El futbol o yo? se presenta en la Casona del árbol. 5 de mayo 207, Centro Histórico de Querétaro.

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