Pocos de sus clientes saben de su existencia, sin embargo, todos cuentan por lo menos con una prenda de su emporio en el guardarropa. Y es que, siendo honestos, las personas no se preguntan en la tienda de dónde proviene la pieza o quiénes están detrás de ella; lo que realmente les importa es qué tal les queda o si vale la pena hacer el gasto.

Amancio Ortega (Busdongo, León, 1936), cofundador del grupo Inditex, que reúne marcas como Zara, Pull & Bear y Massimo Dutti, es responsable en buena parte de esto. Desde sus inicios, el español se ha mantenido alejado de las cámaras y ha optado por no dar declaraciones acerca de su consorcio (no pensemos siquiera del plano personal), política que siguen de manera puntual en México el grupo de relaciones públicas de la empresa, que declinó nuestra invitación a participar en la realización de esta pieza editorial.

Sin embargo, el nombre de este audaz empresario forma parte, año tras año, de las listas de los hombres más acaudalados del mundo. Hace unas semanas fue considerado el hombre más rico del planeta, aunque sólo por unas horas, ya que sus acciones registraron un alza, colocándose momentáneamente por arriba de Bill Gates, el magnate de la informática.

De 25 mil millones de dólares que amasaba en 2010, de acuerdo con Forbes, en la actualidad posee una fortuna estimada en 78 mil millones de dólares, cifra que lo convierte en el cuarto personaje más adinerado a nivel global y en el más rico del campo de la moda, por arriba de los dueños de consorcios de lujo, como Kering y Louis Vuitton-Moët Hennessy (LVMH).

La conformación del imperio. La historia de éxito de este español comenzó a escribirse desde temprana edad, cuando se desempeñó como mensajero en una camisería de La Coruña, la ciudad que lo vio crecer. Posteriormente, consiguió trabajo en otra tienda, donde logró ascender hasta el puesto de encargado. Junto con su hermano solicitó un crédito bancario y decidió establecer en 1963 su propia empresa de prendas de vestir, llamada GOA. Fue el comienzo de una leyenda.

Su primer gran hit fue la creación de una bata para dormir, que sentó desde un inicio las bases de su modelo de negocio actual: precios accesibles, velocidad de producción y ventas al por mayor. La búsqueda de caminos y la constancia siempre han caracterizado en todo momento su trayectoria y rumbo empresariales.

Una década después, en 1975, ideó una de las marcas que es referente indiscutible de la moda contemporánea y promotora de su democratización: Zara, cuya propuesta se distingue por ofrecer diseños acordes con las tendencias actuales a precios moderados. El crecimiento de la marca en el territorio español estuvo marcado por la apertura de boutiques en las principales ciudades dando paso a la conformación de Inditex en 1985.

La primera tienda de esta firma en suelo extranjero se inauguró en 1988, en Oporto, Portugal. Durante los siguientes años comenzó la expansión a Nueva York, Francia y nuestro país, en el que el sello tiene una fuerte presencia desde el año 1992, representando su sexto mercado en importancia. Hoy en día, México aporta el 7 por ciento de sus ventas globales y mantiene más de 300 tiendas en operación.

La década de los 90, asimismo, fue testigo del nacimiento de sellos hermanos como Pull & Bear (1991), Massimo Dutti (1991), Bershka (1998) y Stradivarius (1999). Mediante estas marcas se buscaba atraer a públicos más jóvenes, además de clientes que demandaban diseños elegantes, urbanos y con una mayor calidad.

Quien pega primero… “Mi objetivo es darle a los clientes lo que quieren y hacerlo más rápido que cualquiera”, ha indicado Amancio Ortega al respecto de su filosofía empresarial. El éxito de Zara y de otras marcas del grupo Inditex radica no únicamente en la rapidez de su producción –una prenda suya puede ir del papel al piso de venta en tan sólo dos semanas–, también en el fácil acceso a un universo de pautas en boga.

Hoy por hoy, esta firma es un importante referente de la llamada fast fashion, cuyo concepto implica, además de una acelerada fabricación de indumentos y accesorios, un precio moderado de todos los productos elaborados. Tiendas como Zara suelen resurtir cada dos semanas sus puntos de venta, por lo que este ritmo empuja a los clientes a comprar una pieza al momento en que la ven, ya que probablemente cuando regresen al establecimiento no la hallarán.

Su modelo de negocio, sin embargo, lo ha puesto en el “ojo del huracán” en numerosas veces, ya que debido a su volumen de producción deben recurrir a diversos proveedores para maquilar, los cuales han sido acusados de demandar largas jornadas a sus trabajadores sin brindarles las condiciones adecuadas. Además, sus diseños son señalados constantemente como carentes de creatividad e, incluso, acusados de plagio.

Mediante las firmas del grupo Inditex (del que ya no funge hoy como su presidente, puesto que desempeña Pablo Isla), Amancio Ortega abre las puertas a un mundo de propuestas en sintonía con las tendencias del momento, con precios accesibles, un tiempo récord de producción y penetración global de mercado. Es oficial: Amancio Ortega es el responsable de que la moda dejara de ser el privilegio de unos cuantos y se convirtiera en una suerte de nueva democracia, unas veces luminosa y otras un tanto oscura.

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