Con una gran sonrisa, un semblante tranquilo y la gran sencillez que la caracteriza, la mexicana Elena Reygadas, quien recibirá el premio Veuve Clicquot a la Mejor Chef Femenina de América Latina 2014, platica en exclusiva con Menú, en su restaurante Rosetta, de la ciudad de México.

La prestigiada revista británica Restaurant, fue la que le dio este nombramiento a Reygadas, quien con 37 años ya está a la altura de los grandes de la gastronomía a nivel mundial.

“Recibí la noticia con gran asombro, no lo esperaba, lo cierto es que en Latinoamérica hay mujeres que cocinan increí ble y, por lo mismo, es un orgullo.

“Estoy totalmente de acuerdo que este premio es para todo el equipo de Rosetta. Sin duda, esto es un estímulo a seguir haciendo lo que nos apasiona, que es cocinar”, asegura la chef.

Dicho premio lo recibirá la chef mexicana el próximo 3 de septiembre, en Lima, Perú, en la ceremonia donde se darán a conocer los 50 Mejores Restaurantes de Latinoamérica.

“Los reconocimientos son motivo de festejo y gratitud; nosotros en Rosetta no trabajamos por galardones, sino por pasión, y si además del premio que ya tenemos nos ubicamos dentro de los 50 Mejores Restaurantes de Latinoamérica, estaremos encantados, pero prefiero no pensar en eso”, indica.

De la literatura a los fogones

Desde pequeña, la profesional en artes culinarias, sintió ese gusto por la gastronomía, al principio por su abuela, quien le dio el primer acercamiento al fascinante mundo de los sabores y, a la par, por su padre, quien la enseñó a comer bien.

Sin embargo, la chef decidió estudiar letras inglesas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ya que leer y escribir eran sus otras pasiones.

“Durante la carrera quise abandonarla, me di cuenta que me gustaba más la gastronomía, que cocinar era dar placer a alguien, en ese momento decidí que quería dedicarme a esto toda la vida, pero mi padre no me dejó, primero me dijo que terminara letras, y luego que empezara con la profesión de cocina”, relata.

Es así que la chef, posteriormente, estudió en el French Culinary Institute de Manhattan, en Nueva York.

Lo cierto es que Elena y su hermano, Carlos Reygadas, son dos mexicanos que de actos cotidianos crean arte.

“Nuestros padres nos enseñaron a ser fieles y congruentes con nuestras ideas, a desarrollarnos en lo que nos hace felices, a siempre luchar por concretar nuestros sueños”, explica.

Su paso por Europa

Al finalizar su carrera de gastronomía, Reygadas viajó a Londres, ya que a su esposo le ofrecieron una beca, y estando allá decidió trabajar con el célebre chef, Giorgio Locatelli.

“En Londres me curtí, me enfrenté al mundo real de los restaurantes. Sin embargo, tuve a mi primera hija y me entró la nostalgia, quería que creciera en México, con todas las bellezas que tenemos, ya que Inglaterra es una ciudad cara y gris, entre otros factores”.

Profeta en su tierra

De regreso en México, la profesional en artes culinarias empezó haciendo cenas a puerta cerrada, y al cabo de un año, se animó y abrió Rosetta en el año 2010, en la colonia Roma, restaurante que hasta el día de hoy se coloca dentro de los preferidos entre los amantes del buen comer.

Rosetta es una cocina curiosa, natural, un espacio donde se fusiona el compromiso y amor por la buena comida. Inició con influencia italiana, como resultado de la formación de Reygadas, pero paulatinamente se ha ido adaptando a los sabores mexicanos, está más familiarizada con el producto local.

“La característica de Rosetta es que siempre estamos innovando, buscamos ingredientes nuevos, poco usados; nos gusta quitar barreras, experimentar con platillos, ahí nuestra esencia”, afirma.

Además de Rosetta, Reygadas tiene La Panadería, un pequeño local en la misma zona, donde la gente puede ir a tomar un buen café y acompañarlo con pan recién salido del horno.

“Cabe señalar que la gastronomía mexicana es muy rica, variada, maneja varios estilos y se apoya de la diversidad de productos. Hoy la cocina se toma en serio como profesión, con gente comprometida que atiende su restaurante”, reconoce.

Sueños por concretar

Para la galardonada, quien ha llevado un camino de éxito, su objetivo en un futuro no es tener muchos restaurantes, sino un lugar sólido, trabajar con la gente de Chapingo y, asimismo, su máximo anhelo es ser totalmente organizada.

“Quiero una vida con un balance, me falta experimentar, explotar y crecer internamente. Tengo una familia, con dos hijas, de cinco y siete años, respectivamente, quiero darme tiempo para ellos y para mi trabajo”.

Asimismo, dice que hay mucha gente a la que admira, como al danés Rene Redzepi, y a los mexicanos Jair Telez, Diego Hernández y Enrique Olvera.

“Me encantaría cocinar con Redzepi, estuve dos meses en la cocina de su restaurante Noma, en Dinamarca”, cuenta.

Para finalizar, confiesa que no es muy asidua de comer en restaurantes, por la falta de tiempo, pero dentro de sus preferidos están Quintonil, Pujol y Yoshimi, en Polanco, así como Corazón de Tierra, en Valle de Guadalupe, entre otros.

Google News

TEMAS RELACIONADOS