Un viaje de nostalgia y buena música vivieron los asistentes al concierto tributo a The Beatles, que por más de dos horas los llevó a recordar temas clásicos del cuarteto de Liverpool.

De la mano del grupo Morsa, la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ) hizo lucir temas clásicos con arreglos especiales de cuerdas, trompetas y violines, que hacia la recta final del recital, también se dejaron llevar por la emoción y tal como si fueran un estandarte, los violines eran mecidos sobre los aires por los músicos.

Ataviados con playeras representativas de The Beatles, en las que se leía el nombre de su integrante favorito; John, Paul, Ringo y George fueron portados por los asistentes con imágenes de la bandera británica de fondo, mismos elementos que eran representados en los souvenirs que podían ser adquiridos al inicio o al final del evento.

El Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez lució al 50% de su capacidad y la mayoría de los asistentes era gente mayor, empero el entusiasmo, gritos, coros y palmas no cesaron a lo largo de la presentación.

“Vamos a tener una noche de los Beatles” dijo Víctor, integrante de Morsa, para que el grupo comenzara a entonar temas como “A hard day’s night”, “Help” y “I want to hold your hand”, que fungieron como bienvenida, ya que los integrantes de la Filarmónica aún no intervenían.

Luego del agradecimiento por la celebración de este concierto a beneficio de Cáritas de Querétaro I.A.P., el maestro Natanael Espinoza tomó la batuta para iniciar con el tema “All the lonely people”, que marcó el inicio de la OFEQ en coordinación con el grupo Morsa.

Temas como “Here comes the sun”, “Come together” y “Strawberry fields forever” lucieron con la intervención de la OFEQ, destacando “Something” como una de las más aplaudidas, además de “All you need is love” que comenzó con la fuerza de las trompetas en vivo, o el dramatismo brindado por los violines en “One day in the life”.

Por su parte el presidente de la OFEQ, Alberto J. Echazarreta, dijo que aunque no se trató de un concierto sinfónico, ni purista, el público pudo disfrutar de la música.

“Hay algunas piezas en las que sólo toca Morsa y otras en las que los acompañamos, así nos lo pidieron, y nosotros al son que nos toquen bailamos”, enfatizó y confesó que algunas de los temas que más disfrutó fueron “Here comes the sun”, por los recuerdos que le trae, además de los clásicos “Yesterday” y “Let it be”.

Asimismo aclaró que la OFEQ no participó en la taquilla, ya que todas las entradas fueron destinadas a Cáritas. “Nosotros sólo venimos aquí y hacemos ruido con ellos”, dijo para después reconocer el trabajo de Natanael, quien llevó la batuta.

“No es un tipo de música en la cual uno pueda apreciar todas las capacidades de un director de música sinfónica, pero sin duda el esfuerzo que está haciendo es digno de aplaudirse”, celebró.

Previo a la interpretación de la canción “I am the walrus”, Isaac de grupo Morsa recordó que fue en 1984 cuando Víctor retomó el tema para nombrar a su agrupación, que en ese entonces apenas iniciaba su incursión musical.

Algunos de los temas en los que la OFEQ calló sus instrumentos para brindar el protagonismo a Morsa fueron “All my loving”, “Michelle” y “Get back”, en el que recordaron el icónico momento en el que el cuarteto de Liverpool tocó en la azotea de los estudios Apple Corps, en Londres.

De esta manera, algunos datos históricos y remembranzas daban pie a los clásicos de The Beatles, que crearon una dinámica de complicidad con el público, dejando de lado la sobriedad e invitando a los espectadores a participar, e incluso, en algunos momentos a ponerse de pie para aplaudir las ejecuciones.

Para cerrar con broche de oro, se escucharon “Let it be” y “Hey Jude” que marcaron la despedida de la orquesta, y tras la insistencia del público para seguir, luego de que se escuchara a coro “¡Otra, otra!”, el grupo Morsa complació a los asistentes con “She loves you” y “Twist and shout”.

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