NUEVA YORK.— Comediantes, amigos y seguidores rindieron tributo este viernes y lloraron la pérdida de Joan Rivers, la desvergonzada y brutalmente honesta leyenda de la comedia que murió una semana después de sufrir un paro cardiaco durante un procedimiento médico ambulatorio.

Rivers, de 81 años, falleció pacíficamente el jueves en el Hospital Monte Sinai de Nueva York, rodeada de su familia y amigos, dijo en un comunicado su única hija, Melissa Rivers.

Su funeral será una ceremonia a la que se podrá asistir sólo con invitación y tendrá lugar el domingo en el templo Emanu-El, una emblemática sinagoga de la Quinta Avenida de Nueva York.

La oficina del forense de Nueva York dijo que estaba a la espera de nuevas pericias para determinar la causa de la muerte. Mientras se acumulaban los ramos de flores en la entrada de su casa, comediantes y otros recordaban a través de comunicados, tuits y publicaciones en Facebook a la oriunda de Brooklyn que ayudó a allanar al camino para las mujeres en la comedia.

Su muerte ha dejado literalmente un hueco en la televisión estadouinidense: el show que conducía Fashion Police ha sido suspendido y la cadena E! informó que no se sabe si se retomará.

El animador de un talk show nocturno, David Letterman, dijo que la fuerza de su comedia era sobrecogedora. “Aquí hay una mujer, una verdadera pionera para otras mujeres que quisieran hacer carrera en los stand up cómicos”,

dijo. “Qué agallas, ella venía aquí y se sentaba en esta silla y decía algunas cosas que eran increíbles, donde sólo tenías que tragar fuerte (...) pero era definitivamente hilarante”.

El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, describió a Rivers como una neoyorquina icónica cuyo ingenio siempre será recordado.

“Joan hizo reír al país por más de 50 años y por eso siempre estaremos agradecidos”, declaró el político a través de un comunicado.

Para Rivers no había límites de tópicos ni personas. La desvergonzada comediante y comentarista dejó de respirar durante un procedimiento en su garganta en una clínica de Manhattan la semana pasada, tras lo cual fue llevada rápidamente al hospital Monte Sinai, donde fue conectada a un respirador.

Se trató de la segunda muerte de una figura afamada de la comedia en menos de un mes, tras el suicido del actor y comediante Robin Williams, de 63 años, que se ahorcó el 11 de agosto en California. El comediante Jimmy Kimmel describió a Rivers, quien participó muchas veces en su programa nocturno Jimmy Kimmel Live, como una “leyenda de la comedia”. “Joan fue una persona muy afortunada porque amaba tanto su trabajo, nunca quiso parar y no necesitaba parar, porque aún era grandiosa en lo que hacía”, comentó en su programa.

La influencia de Rivers llegó más allá de sus raíces neoyorquinas debido a que su humor franco y sin remordimientos hizo reír a millones de personas en el mundo. El príncipe Carlos de Inglaterra dijo ayer que estaba “profundamente entristecido” por la muerte de Rivers, quien asistió a su boda del año 2005 con la duquesa de Cornwall.

“Joan Rivers fue una mujer extraordinaria con un espíritu original e infatigable, un sentido del humor imparable y un enorme placer por la vida”, dijo el heredero al trono británico a través de un comunicado. (Redacción y Reuters)

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