Los huertos urbanos que trascienden del concepto del cuidado ambiental a un sustento alimenticio para muchas familias son también una agricultura fácil de adaptar que ha permeando iniciativas gubernamentales, asociaciones civiles, escuelas y hogares; incluso el sector restaurantero ha adaptado las bondades de los cultivos urbanos para obtener productos frescos y orgánicos.

Inicia tu huerto en casa

Herramientas. Considera utensilios como palas, tijeras de jardinería, guantes, bieldo, manguera, etcétera.

Ubica tu espacio verde. Considera el espacio que tienes disponible para el huerto y la calidad de luz natural que éste recibe durante el día. Es imporante pensar qué se quiere sembrar, por ejemplo, si deseas obtener jitomate, chayote, chiles o fresas, deberás ubicar sus macetas o huacales en un lugar donde, al menos, reciban 6 horas de luz solar directa. Por otro lado, si siembras plantas de hoja como lechuga, acela o espinaca, sólo necesitarán 3 horas de sol.

Recipientes. Huacales, macetas, jardineras, cubetas o botellas de PET son ideales para comenzar el huerto. Realiza perforaciones en las botellas de PET o cubetas para permitir el drenaje. No coloques los recipientes directamente sobre el suelo de la azotea, pues generará demasiada humedad. Coloca tablas de madera a los costados para separarlos del piso y permitir la ventilación.

Semillas. Obtén tus semillas de proyectos sustentables y de trato noble, pues éstas serán libres de químicos y su germinación dependerá únicamente de tus cuidados. Para una germinación óptima, la semilla plantada deberá tener una temperatura de entre 20 y 30 °C. Durante la siembra, no aplastes demasiado la tierra sobre la semilla, pues inhibirás la oxigenación.

Tierra y sustratos. Elabora una mezcla de tierra negra y fibra de coco o cascarilla de arroz para obtener mejores resultados.

¿Qué sembrar? Inica tu cultivo en casa con plantas aromáticas y plantas de hoja verde como espinácas y variedades de lechugas como la italiana, francesa o escarola. Si deseas obtener hortalizas y frutos, como fresa o jitomate, comienza con plántulas (plántas de aproximadamente 2 meses de edad), las cuales acortarán el tiempo para obtener resultados.

La distancia entre plantas dependerá de la varidad. Por ejemplo, deja un espacio de 10 cm entre cada uno si plantas betabel, zanahoria, rábano o acelga; por el contrario, planea una distancia de 30 a 40 cm para la coliclor, la lechuga, el jitomate, el chile y el brócoli.

Arma parejas. Siembra las plantas de acuerdo a su requerimiento de nutrientes y al tipo de insectos que atraigan naturalmente. Evita sembrar frijoles en la misma maceta que el rábano y el brócoli pues estos últimos inhiben el hidrógeno en la tierra, indispensable para el crecimiento de la planta y las vainas de ejotes.

Tips de expertos. El riego depende del clima y el tipo de planta. Es preferible el riego manual o, si tu huerto es extenso, utiliza un sistema de goteo, dice Dante Aguilar, de Cultivo de Autor.

Mediante la técnica hidropónica se puede cultivar chile, lechugas, espinacas y cualquier fruto, añade Isaí Rocha, de Cultiva tu Espacio.

Aprender para cultivar

El cultivo de hortalizas en las ciudades tiene ya un camino recorrido. Uno de los primeros huertos urbanos se inició en 1990 en la Universidad Ain Shams, en El Cairo, con el objetivo de iniciar una agricultura urbana en ciudades excesivamente pobladas de Egipto; esta iniciativa se concretó bajo la tutela de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en el año 2001.

En nuestro país, el técnico en agricultura ecológica, Isaí Rocha, cofundador y director general de la Asociación Civil Alas Cultiva tu Espacio, comentó para Menú que “la cultura vertical nació justamente a partir de la necesidad de cultivar en las ciudades, como principio fundamental a la falta de espacio y es la más viable en una ciudad como la nuestra.” Esta asociación ha colaborado en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (SEDEREC) con capacitaciones sobre el tema para jefas de familia provenientes de la delegación Xochimilco. En estos cursos 200 mujeres de comunidades rurales de la cuidad han aprendido a cultivar vegetales y hortalizas para consumo propio, lo que representa un ahorro promedio de 50 pesos diarios.

Aprendizaje perenne

El horticultor Dante Aguilar comenzó, allá por el año 2000 y sin que él supiera su impacto, una labor que lo posicionaría como el consultor experto de huertos orgánicos en los principales restaurantes de la Ciudad de México con su proyecto Cultivo de Autor. Hoy, Dante ha materializado huertos para restaurantes como Nicos, Acento, D.O. y Quintonil, donde se cosechan hierbas de olor, vegetales, variadades de plantas de hoja y flores comestibles.

“Regularmente los chefs buscan continuidad en los productos y, por lo tanto, en sus cartas. Entonces hay que hacer una calendarización muy estricta y programar siembras para tener un abasto constante”, explica Dante Aguilar, cuyo huerto urbano es de aproximadamente 150 m2.

Dante se considera un “coleccionista de la variedad vegetal comestible”, donde más del 95% de lo que siembra se puede comer. Ha sembrado variedades raras entre las que destacan: la mandarina kalamundi, el limón kaffir, la acelga arcoiris o la salvia pinta, albahaca de distintos tipos (canela, pinta, dulce, hoja de lechuga); tomillo, salvia común, stevia, fresas silvestres, hinojo negro; así como distintas hierbas como shiso, ficoide glacial, colinabos, entre otras.

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