La cantante veracruzana Yuri dijo estar muy triste, pero no deprimida “como dicen en la televisión”.

La cantante dijo lo anterior luego de recordar a su mamá, doña Dulce Canseco, fallecida el pasado 3 de septiembre y romper en llanto en el escenario y frente poco menos de 8 mil espectadores, en el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez en Querétaro.

La veracruzana vivió su gesto más íntimo en el momento más íntimo, luego de interpretar el tema “Invencible”, escrito de su puño y letra y que forma parte de su nuevo disco.

“Gracias Dios por prestarme a mi mamá por 76 años”, declaró la cantante, luego de aclarar que el tema en cuestión fue escrito por ella, en uno de los momentos más difíciles de su vida.

“Yo sé que mi madre y mi hermano ya están juntos”, agregó.

El médico Carlos Valenzuela murió en 2013 luego de ser atropellado por una unidad del sistema de Metrobús, en la ciudad de México.

“Si todavía tienen a su mamá y a su papá, quiéranlos mucho, abrácenlos, apapáchenlos”, aconsejó a su público, luego de agradecer ella misma los aplausos que en “El Josefa” se extendieron durante varios minutos.

Era ya la parte final de un concierto y en el cual Yuri había extasiado a su público con una gran producción. “Pero yo sé que el show debe continuar” manifestó.

Yuri rompió récord de cambio de vestuario, casi uno por canción. “Me dicen que debo usar solamente dos cambios de vestuario, pero yo les digo que no”, explicó.

La jarocha vistió de diva, con varios vestidos de noche, elegantes, llenos de luces; de bailarina andaluza, con un ajuar rojo sangre; vistió de mujer robot de película de ciencia ficción, vistió de Cinderella.

Yuri voló por los aires montada en una motocicleta, se elevó en plataformas, emergió de un huevo tipo Lady Gaga, como reina de acuática ‘snetyada’ en una concha de mar gigante y como Alicia en el País de las Maravillas, sentada ella en una silla gigante, desproporcionada.

“Quiero aclararles que todo es natural, que no me meto nada, ni un toque, ni un éxtasis, ni un pase, que toda esta mariguanada es al natural”, indicó.

El Invencible Tour de Yuri es un ejemplo de glamour y extravagancia, donde igual surgen castillos de hadas, máquinas raras y futuristas, huevos extraños con bailarines en su interior.

Siete pantallas en el escenario, luces por todos lados, y un cuerpo de bailarines, malos bailarines, pero que a lado de la voz potente de Yuri y un escenario deslumbrante, ni se notan los malos pasos de baile.

En los videos se vio a Yuri peleando contra caballeros andantes, como parte de una intriga tipo 007, como aprendiz de La Hija del Zorro Vengador a lado de Fernando Allende, entre otras mini historias plasmadas en siete pantallas movibles.

Fueron casi tres horas de un espectáculo que cautivó por la curiosidad de saber que iba a aparecen en el escenario con cada tema.

Yuri y su Invencible Tour es un gran show, un espectáculo de gran nivel un derroche de creatividad, entre el exceso y la genialidad.

Un concierto como para contarle a los nietos algún día no muy lejano.

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