Un nuevo concepto de festejo llegó a Querétaro con la reunión de siete importantes DJ’s en un solo escenario; fanáticos de la música electrónica acudieron entusiasmados al Forbbiden Festival respetando la temática del evento, al utilizar atuendos “black & white”.

Antes de las 19 horas, las largas filas ya se podían apreciar afuera del recinto, gorras con los nombres de los músicos y playeras alusivas desfilaban entre la multitud. El beat de la música ya se escuchaba a lo lejos; chiflidos, aplausos y gritos de emoción apresuraban a los organizadores para que abrieran las puertas de acceso.

Mientras el recinto se llenaba, algunos DJ’s locales hicieron ruido con sus mejores mezclas para amenizar la recepción. Algunos asistentes se acercaban para tener el lugar más próximo al escenario, otros tantos acudieron a comer en alguna de las opciones gastronómicas de los food trucks.

El objetivo principal fue promover la música electrónica como un género que celebra la vida a través de movimientos, y así fue, el festival destacó por generar momentos de energía positiva entre los asistentes que bailaban sintiendo cada beat sin preocuparse de nada.

El line up consistió en la presentación de Project Salazar, Rojuga & Gal Meraz, Dizzo, Mariana Bo y Jessica Audiffred, las dos últimas DJ’s que han luchado contra los estereotipos en el mundo del electro.

Durante los cambios de set nos encontramos con Sofía Ramos, Alejandra y Juan López, quienes acudieron para ver por primera vez a Deorro, uno de los artistas estelares del Forbbiden, quien ha sido una sensación de Soundcloud en los últimos años.

Para hacer de éste un evento totalmente sensorial los asistentes disfrutaron de un performance de baile aéreo con telas, que corrió a cargo de la academia Total Pro, así como una rutina a ras del piso.

Gente de todas las edades logró ser parte de un festival que desde el inicio combatió distintas barreras para que fuera logrado, y precisamente de ahí surgió el título de Forbidden, que en español significa prohibido.

Los organizadores refirieron que este evento representó un gran logro y obedece al deseo de posicionar a Querétaro dentro de los estados referentes en la música electrónica, como lo son Monterrey y Guadalajara.

La nave del Ecocentro estaba dividida en distintas zonas, desde VIP y General hasta áreas especiales para menores de edad con el fin de evitar el consumo de alcohol, entre otras precauciones necesarias.

Al caer la noche, los ritmos de Jessica Audiffred congregaron a los miles de asistentes bajo la nave del recinto con temas como “Puto” de Molotov y “Break your fucking neck”, a la par de unos zanqueros que ataviados a modo de robots con luces bailaban entre el público.

El turno del DJ y productor Deorro llegó entre gritos y aplausos del público que gritaban a coro “¡Deorro, Deorro!”, quien entró en escena emocionando a los asistentes con temas como “Despacito”, que fue bailado, incluso entre parejas, mientras en las pantallas del recinto aparecían figuras de calaveras.

Las gigantes proyecciones ubicadas a los costado del escenario reforzaban los temas de cada DJ en turno, además de momentos icónicos con fuegos artificiales en escena y hasta la explosión de pequeños papelitos que inundaban al público, que terminó con un gran sabor de boca tras el cierre de Rodrigo T, quien sorprendió a los espectadores con su mezcla de géneros y luces, cerrando el festival hasta las 3 de la mañana.

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