Se celebró la edición 39 del Vegan Fest Querétaro, en las instalaciones del Hotel Quinta Santiago, donde se reunieron aproximadamente 50 marcas locales y algunas provenientes de estados aledaños a Querétaro.

El festival que nació en agosto del 2015 y que continuamente busca nuevas sedes para su realización, tiene como finalidad la promoción de un consumo responsable y sostenible a través de platillos deliciosos, así como cosméticos y regalos, entre otros productos artesanales y libres de origen animal.

“La idea es que todas las personas que buscan un estilo de vida saludable o amigable con el medio ambiente y los seres vivos, tengan un espacio donde puedan encontrar productos, comida y gente para convivir, todo en un espacio para veganos y vegetarianos, que desean hacer un cambio en el mundo”, destacó Fernanda González, organizadora del evento.

Entre los stands presentes en el festival se encontraba la marca Amo Cacao, procedente de Tapachula, Chiapas, que desde hace seis años se dedica a la promoción de este fruto con productos como cacao en polvo para repostería, en grano, en té y en barras.

“Nuestra marca tiene poco en el mercado, empezamos desde el grano crudo, lo tostamos, lo descascarillamos y lo hacemos polvo. A partir de que creamos la pasta, empezamos con productos naturales que nos dan nutrición como té de limón, café, vainilla y chipotle, es completamente orgánico”, platicó Horacio Estrada, de comercialización de Amo Cacao.

Tostadas de tinga hechas a base de setas, hamburguesas de soya, tés de matcha y quesos de nuez de la india como la marca Vegani, atrajeron la atención de los comensales, quienes se enamoraban a primera vista de los platillos.

“Nos encanta venir, no somos vegetarianos ni veganos, pero la comida que preparan aquí es deliciosa y somos de los clientes que prueban distintas cosas, el ambiente es perfecto porque todos los artesanos te reciben calurosamente y te explican qué contiene su producto”, compartió la familia Acosta.

Aunado a los stands, se ofrecieron una serie de pláticas y conferencias por parte de nutriólogos, además de talleres como biodanza, que fue impartido por Paola Gutiérrez, que logró reunir a decenas de personas en uno de los salones del lugar.

Con este sistema de renovación afectiva y reaprendizaje de las funciones de la vida, se logró un contacto profundo en cada cuerpo a través del baile y la música.

“Rolando Toro fue el creador de esta disciplina en la que se busca, entre otras cuestiones, la renovación de las células de nuestro cuerpo, mediante la segregación de serotonina para hacer que funcione mejor  a partir del baile; una clase de biodanza también tiene que ver con el encuentro en grupo”, platicó Paola.

Con música orgánica —sin el uso de sintetizadores— en la que se incluía una selección específica de melodías  y una serie de pasos que fue incrementando según los sonidos, los invitados utilizaron todo su cuerpo para cumplir el cometido de la técnica.

El evento culminó después de las seis de la tarde, sumando nuevas experiencias y clientes que buscan cuidar de su salud y del medio ambiente.

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