Estudió y ejerció la carrera de Contador Público y Administración de Empresas, aunque desde niño Leopoldo Benítez Revueltas notó facilidad para el dibujo, un don para las artes que no es gratuito, es cuestión de genética, dijo a EL UNIVERSAL Querétaro el descendiente de la dinastía Revueltas, de los afamados hermanos Revueltas.

Leopoldo nació en la ciudad de México, hijo de María, la penúltima del matrimonio José Revueltas y Romana Sánchez; y sobrino de Silvestre, José y Fermín Revueltas, reconocidos intelectuales que dejaron huella en la historia del arte en México.

A pesar de su facilidad para las artes, Leopoldo decidió estudiar y ejercer la carrera de Contador Público y licenciado en Administración de Empresas. “Y en un día en que tuve tiempo se me ocurrió pintar, y me dijeron: oye, qué bien pintas, te quedó muy bonito, y así seguí, pero yo no me dedico a la pintura, yo no soy profesional de la pintura, es decir, yo no vivo de la pintura, pinto por el gusto de pintar”, declaró.

Y ese gusto por la pintura lo comparte ahora en la exposición Paisajes en movimiento que presenta en la galería Código Áureo, una serie de marinas y lo que el propio Leopoldo llama “bosques con sus charcos”, más de 10 obras que permanecerán en exhibición hasta el 26 de agosto.

Su acercamiento a la pintura lo tiene fechado en el año de 1991, pero “desde chamaco me di cuenta que tenía la facilidad de pintar, más bien de dibujar, nunca había yo pintado, hacía retratos, otros dibujos, en fin, pero esto era algo heredado, no es que yo haya asistido a la escuela, por las ramas familiares, tanto materna como paterna, el arte ha germinado en mí, soy sobrino de los hermanos Revueltas, Silvestre (músico), Fermín (muralista), Consuelo (pintora), Emilia (concertista), Rosaura (actriz), José (escritor), Agustín (escultor), y yo soy hijo de María (escritora), de alguna manera esa influencia artística, bueno, no tanto influencia sino cuestión genética se ha reflejado en mí”.

Pintar, para Leopoldo, es un reto. “Cada vez que inicio un cuadro busco que me queden mejor, buscando siempre que queden más naturales, que no se vean artificiales, sino naturales, a veces lo logro, a veces no, esa es la forma en que me impulsa a pintar, son retos que me impongo yo mismo”.

Aunque también tiene facilidad para escribir, no se ha dedicado a la escritura, por el momento se enfoca sólo a la pintura y actualmente está trabajando en unos cuadros sobre las calles y andadores de Querétaro, ciudad a la que llegó a vivir en 2007.

Google News