Como parte de las actividades culturales del programa escolar, jóvenes de primero, segundo y tercer grado de preparatoria del Colegio México Nuevo celebraron el Día de Muertos, y para hacerlo consignaron un día de clases a la creación de altares dedicados a personajes emblemáticos de nuestra historia.

Durante varias semanas los estudiantes se organizaron para hacer la lista de los artículos necesarios, como flores de cempasúchil, sal, pan de muerto, velas, entre otros elementos indispensables para cumplir con la tradición.

“La idea es conservar nuestras tradiciones y que, de alguna manera, vayan pasando de generación en generación para continuar con algo que es nuestro”, dijo Catalina Córdova, coordinadora académica.

También estudiaron los orígenes de una tradición que se atribuye a mucho tiempo antes de la llegada de los españoles a América, e indagaron en diferentes culturas como la Otomí, ya que aunque la dedicatoria fue libre, se les asignó un estado de la República en especial.

Ya finalizados los siete altares, padres de familia se dieron cita para escuchar las explicaciones de cada uno. Los jóvenes tenían diferentes tareas, unos recibían a los asistentes y otros se disfrazaron de acuerdo a la temática de su creación; todos brindaron la reseña pertinente.

“El de nosotros es de tres niveles ya que representa el cielo, la tierra y el inframundo. Creo que realizar estas dinámicas nos ayuda a recuperar las tradiciones católicas y prehispánicas”, comentó Manuel González, quien se caracterizó de Roberto Gómez Bolaños, en su papel del doctor Chapatín.

El grupo dedicó el altar a este cómico mexicano, ya que para ellos se trata de una personalidad importante. “Fue carismático y nos implementó muchos valores sociales en sus programas”, reiteró el joven.

Por otra parte, el grupo de primer semestre, número 42, engalanó el festejo con un homenaje a Juan Gabriel. “Lo elegimos porque goza de varios valores que ha transmitido como humildad y solidaridad”, expresó José Ángel Guerrero.

Por supuesto no podía faltar El Santo, homenajeado por el grupo 51 a través de una ofrenda estilo Hidalgo. En este caso, el altar fue el tradicional y más conocido de siete pisos en el que se colocan espejos, agua, alimentos, flores y elementos representativos del difunto.

“También hicimos un tapete aserrín y sal en el que formamos la máscara del personaje; ahorita lo conocemos por su caricatura, pero sabemos que fue alguien muy emblemático”, dijo Ana Paula Becerril.

Al llegar a uno de los últimos salones nos topamos con Mario Moreno Cantinflas, ganador del Globo de Oro en 1956. Los chicos del grupo 41 representaron la vida del actor con un altar veracruzano.

“Fue una persona que ha inspirado a muchos actores, además su trabajo continúa llegando a muchas generaciones, incluso a nosotros después de tantos años, y esperamos que así siga”, concluyó Angélica Marín.

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