“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…” marca el inicio de la historia clásica: Don Quijote de Miguel de Cervantes Saavedra, que ha sido traducida al otomí por Raymundo Isidro Alavez, para el libro Don Quijote para niños, versión trilingüe: otomí- castellano- inglés, que además incluye ilustraciones en penca de maguey, creadas por el pintor otomí José Luis Romo Martín.

El libro de Don Quijote para niños se presentó en el CEART de Santa Rosa de Viterbo junto a las obras originales de Romo, con las que se ilustra la historia universal de Cervantes Saavedra.

El pintor nacido en Hidalgo y radicado en Querétaro explicó que a través del arte, el teatro, la música, la pintura y libros como Don Quijote para niños se puede incentivar a la conservación de las lenguas indígenas.

“A mí me parece una aportación literaria muy importante, por lo que me preocupa la perdida de nuestras lenguas indígenas nacionales, el hecho de traducirlo al otomí”, dijo el pintor en entrevista a EL UNIVERSAL Querétaro y añadió, “eso me preocupa, la perdida, ¿qué es lo que nos va a identificar ante el exterior? Nuestra lengua, nuestra gastronomía, nuestras artesanías, nuestra gente, que hable su idioma con mucho orgullo”.

La invitación para ilustrar la publicación la recibió a través del Museo Iconográfico del Quijote, de Guanajuato. Y el pintor decidió utilizar el maguey, con el que ya tenía varios años trabajando, para recrear varios personajes de la clásica historia.

El maguey, comentó Romo Martín, “es una planta prodigiosa, dentro de la historia de México fue muy importante en una época, y Querétaro fue un lugar productor y cultivador del maguey; hace mucho años, nuestra gente vivía del maguey, era bebida y medicina, se usaba en la gastronomía, se hacían varias reposterías con el maguey, entonces es tan importante el libro a ilustrar, es una literatura mundial de habla hispana, pues por qué no plasmar una imagen grabada con algo que tiene que ver como historia e ícono de nuestro país, que es el maguey”.

Desde 1993 Romo Martín comenzó a trabajar con el maguey, en exposiciones como Belleza olvidada y Los rostros del maguey en el 2004. Su trabajo también ha incluido la investigación sobre la durabilidad de esta planta. Ha creado 90 obras, varias producidas en bronce y directamente en la penca del maguey.

Las obras originales de Don Quijote para niños estarán en exposición en el CEART de Santa Rosa de Viterbo hasta mayo, después se exhibirán en el Museo Iconográfico de Guanajuato y en septiembre tienen invitación para exponerse en la UNAM, Campus Acatlán.

Actualmente, el pintor trabaja en una serie en óleo, en la que estudia la gastronomía y fiestas de la región.

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