Mario Alberto Colín es dueño de una empresa de automatización y robótica. Ubicada en la zona industrial de Corregidora, en ICRAA se han fabricado pequeños robots, creado software para fuentes danzarinas y actualmente diseñan cabinas para probar autopartes.

Hace 15 años la empresa se dedicaba sólo a dar mantenimiento a las máquinas de la fabrica Coca-cola, ahora crean sus propios diseños automatizados.

Cuando Mario terminó sus estudios de Ingeniería en Robótica Industrial, en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), fundó junto con su padre, Francisco Colín, ingeniero en Mecánica de profesión, la empresa ICRAA que se dedica a la automatización y robótica de cualquier producto y para cualquier industria.

Actualmente, la empresa se concentra en crear estaciones que ayudan a corroborar el funcionamiento de autopartes. Es decir, cada volante, control y demás partes de los vehículos son probados en estaciones que son diseñadas en ICRAA, lo que permite a las empresas comprobar el funcionamiento de sus autopartes.

“Iniciamos siendo una empresa de maquinado para la industria refresquera, dábamos mantenimiento a las empresas importantes como Coca-Cola, con el tiempo nos involucramos en la solución de problemas mecánicos; le dimos un giro a la empresa cuando mi hijo sale de la escuela y es cuando entramos en el campo de la automatización, primero en soluciones mecánicas y después en automatización de proyectos industriales”, comenta Francisco.

“Ahora, nos dedicamos a realizar probadores finales para una línea de productos, en este caso, de productos automotrices; los clientes nos dan la pieza que necesitan probar y nosotros diseñamos y fabricamos ese probador. Hacemos estaciones fijas y probadores móviles que las personas pueden transportar a cualquier lado y verificar que las piezas de los carros funcionan de manera óptima”, señala Mario Colín.

En la empresa se han realizado proyectos importantes, como la elaboración del software de la fuente danzarina de Ensenada y la automatización de decenas de robots para distintas empresas.

“Hemos realizado proyectos para Pachuca, Aguascalientes, México, San Juan del Río y Monterrey; en Ensenada se hicieron fuentes monumentales, la fuente grandísima de Ensenada la diseñamos nosotros; nos contrató una empresa española que nos dio un año para desarrollar la ingeniería de la fuente, que de manera simultánea debe manejar intensidad de chorro de agua, luces y musicalización”, explica el ingeniero.

Lo que da solidez a una empresa, sin importar el giro, son las ganas de trabajar, dicen Mario y su padre Francisco, quienes reconocen que echar a andar una empresa de mantenimiento de maquinaria y convertirla en una empresa capaz de materializar proyectos, no fue una tarea fácil.

Confianza, uno de los retos

Entre las principales dificultades a las que ICRAA ha tenido que enfrentarse a lo largo de estos 15 años, ha sido, en primer lugar, la desconfianza de los clientes que están acostumbrados a que proyectos de automatización y robótica sean hechos por empresas extranjeras y no mexicanas.

“Fue difícil por los empresarios locales no tenían la confianza suficiente para que un egresado de las escuelas en México se le pudieran confiar proyectos de cierta envergadura y que pudiera hacerlo de manera correcta. Obviamente era algo nuevo y no había la suficiente confianza”, recuerda Francisco.

Otro punto complicado ha sido el de conseguir mano de obra especializada en Querétaro, por lo que en la empresa tiene trabajadores de estados colindantes; en total son 12 personas las que se encargan del funcionamiento total de ICRAA.

Pero lo más difícil, según Adrián Salcedo, gerente de ventas, es la competencia con las empresas más jóvenes, que por conseguir clientes bajan sus precios, dejando en desventaja a empresas sólidas como ICRAA.

“La competencia nos ha afectado mucho, no se respetan los precios, hay empresas que surgen y tambalean a empresas grandes, como nosotros, porque ellos cobran muy barato, no es lo mismo una empresa que tenga dos personas a una empresa con dispositivos y 12 trabajadores. Entonces competimos con empresas que no tienen experiencia, pero que por eso mismo cobran más barato, y hay muchos clientes que los eligen”, explica Salcedo.

“La mano de obra calificada ha sido algo complicado. La mayoría de los trabajadores que tenemos aquí fueron practicantes para que aprendieran a hacer lo que esta empresa necesita, siempre hemos abierto las puertas a las prácticas profesionales para preparar a personas y que se queden a laborar aquí”, comenta Adrián.

Entre los planes a futuro, cuentan los emprendedores, está el hecho de adentrarse en nuevas industrias, por ejemplo, la aeronáutica. Se dicen orgullosos del trabajo duro de todos los empleados, no sólo de los puestos directivos, pues la calidad en cada producto se ha convertido en una garantía para sus clientes.

Señalan que el futuro en Querétaro es alentador para empresas como ICRAA, que se dedica a la automatización robótica y que tiene posibilidades de conseguir más clientes, entre más empresas lleguen a instalarse en el estado.

“Muchas veces hemos tenido crisis, nos contraemos como empresa, nos quedamos sólo con las personas necesarias, porque ahorita podemos tener un proyecto muy grande, pero ese proyecto se acaba de repente y tenemos que buscar nuevos clientes, debemos tener presente que los proyectos no son constantes, por eso siempre debemos estar buscando proyectos interesantes”, destacan los emprendedores.

“Vemos que el mercado se ve muy bien en cuestiones de diseño, de robótica, de automatización, día a día se automatizan más las cosas, ya no se tienen operadores, sino maquinaria que hace todo el trabajo. Entre más empresas lleguen a Querétaro nosotros tenemos oportunidad de crecimiento, esa es nuestra labor, darnos a conocer”, comparté Mario Colín.

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