Las hermanas Fernanda y Jimena Borja Camacho encontraron en su empresa Kühü una forma de mezclar sus conocimientos de química y nutrición para ofrecer un producto local y saludable a los queretanos.

Hechos con ingredientes orgánicos, locales y completamente a mano, crearon una línea de productos de cuidado personal como jabones, mascarillas y exfoliantes que poco a poco se han posicionado en los mercados artesanales, aunque la principal forma de venta es a través de internet.

“Hemos tenido la oportunidad de crear, experimentar y todo ha surgido bien, todavía tenemos muchos proyectos en mente, estamos entusiasmadas, hay muchos productos que se pueden crear y que sean orgánicos. Ver a la gente que regresa por más productos y que además ellos te dan ideas y te dicen lo que les gustaría comprar es muy inspirador”, comenta Jimena, una de las emprendedoras.

Para piel delicada

Jimena, como muchas otras personas, tiene una piel delicada que no soporta cualquier producto de limpieza. Busca constantemente productos naturales y eso fue el primer aspecto que la impulsó al emprendurismo.

Jimena Borja estudió química, y junto con su amiga María Velázquez que es diseñadora, idearon la marca Kühü. Una se encargó de las fórmulas suficientes para la realización de los productos y la otra del diseño y la presentación de la empresa.

Una vez creados los primeros productos, perfumados siempre con canela, lavanda y otros aromas florales o frutales, las emprendedoras realizaron sus primeras ventas en un mercadito artesanal, ahí se dieron cuenta de que la competencia entre el ámbito de artesanos y emprendedores era grande. Por lo que tuvieron que ocuparse de la diferenciación.

Pasados unos meses de haber creado la empresa, se unió Fernanda Borja, hermana de Jimena y nutrióloga de profesión.

Diferenciación

Kühü, que significa “colores” en otomí, se diferencia de otros productos de cuidado personal por su hechura que es completamente a mano. Además, Fernanda destaca el hecho de se personaliza cada producto según el interés del cliente.

“Creo que lo que nos diferencia es que sí usamos cosas locales, todo lo hacemos a mano, no usamos máquinas, sólo nuestras manos. Es un trabajo artesanal y lo hacemos con amor, porque de verdad nos gusta esto”.

“Sí hay bastante competencia, sobre todo en los mercaditos, aunque nosotros vendemos más cosas, no nos centramos en un sólo producto, entonces siempre buscamos darle el plus, por ejemplo hacer productos de los aromas que el cliente quiera, personificar sus aromas. Nos han pedido para darlos de recuerdo en bodas, bautizos, primeras comuniones, despedidas de soltera, babys showers, además de que como regalitos son muy buena opción, por ejemplo en Navidad fue una temporada muy buena”, comparte Fernanda Borja.

Primeros problemas

Fijar un precio justo ha sido uno de los principales problemas que han tenido que enfrentar las emprendedoras. Los costos de la línea de productos Kühü varían entre los 40 y los 60 pesos. Las hermanas determinan precios tomando en cuenta la disposición de los compradores para pagar por un producto de limpieza y el tiempo invertido por ellas en realizarlos.

También han tenido dificultades con el hecho de que se respeten los costos de sus productos en tiendas establecidas.

“A veces acordamos el precio de venta con los dueños de estos lugares, porque queremos que el producto se venda igual en todos lados, no nos gusta que en un lugar tenga un precio y en otro lado tengan otro, desgraciadamente en algunos lugares no hemos podido lograr este acuerdo. Queremos que los precios sean accesibles para todos”.

“El costo de los materiales ha sido difícil, por ejemplo, los aceites suben mucho de un día para otro. Nuestros precios son los mismos de hace un año. Nos ponemos en el lugar del cliente, pensamos si vale la pena pagar más de 40 pesos por un jabón, por ejemplo, sabemos que es un gustito personal que queremos que siempre sea accesible”.

“Los productos cuestan entre 40 y 60 pesos o tenemos por ejemplo promociones de tres jabones por cien pesos, es lo máximo. Nos gusta que sea así porque la gente acude a los mercaditos, consumimos local y nos apoyamos entre todos. Preferimos que los clientes vuelvan, que sean recurrentes a que compren algo muy caro pero sólo vengan una vez”, cuenta Fernanda.

Planes a futuro

La pequeña empresa familiar ha crecido a pasos agigantados durante su primer año de vida. Las hermanas comenzaron a producir 30 jabones y hoy mantienen al menos 300 productos siempre listos para vender, sin contar con lo que fabrican cada día en sus tiempos libres.

Las peticiones de los clientes van marcando sus siguientes pasos, por eso actualmente trabajan en la elaboración de champúes y cremas, que son unas de las peticiones más frecuentes.

También planean aumentar su nivel de producción. Recientemente recibieron el pedido de un hotel para quien tendrán que fabricar más de mil jabones de baño.

“Nos han pedido hoteles varias cotizaciones, ellos quieren más de mil jabones, queremos incrementar la producción para hacerlos nuestros clientes, ya estamos haciendo esas pruebas”.

“En cuestión de productos nuevos nos gustaría hacer cremas, champúes y acondicionador, también desodorantes, mi hermana a está desarrollando eso. Nosotras tenemos nuestros trabajos, pero esto es nuestra pasión. Estamos también en el proceso de registrar la marca, apropiarnos todavía más de esta empresa”.

“A los nuevos emprendedores les aconsejamos mantenerse firmes, siempre da miedo que la empresa no funcione, pero se debe tener paciencia, saber que nos siempre nos va a ir bien, ser perseverantes”, comentan las hermanas emprendedoras.

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