Desde que uno ve de cerca algún muñeco de la marca Duls Stuff, siente ganas de tocarlo, abrazarlo, llevárselo a la cara, olerlo e inevitablemente uno recuerda su infancia. Ese es uno de los principales sellos de esta marca de juguetes infantiles tejidos y hechos 100% a mano por Dulce Ríos, creadora de la microempresa que le permite hacer lo que más le gusta, recibir ingresos y pasar tiempo con su hijo de dos años.

Amor por el tejido

Dulce es arquitecta de profesión y trabajó en la secretaría de Obras Públicas del Gobierno del Estado, hasta que entró la más reciente administración y como suele suceder, varios trabajadores se quedaron sin empleo, entre ellos Dulce.

Por esos mismos años nació su hijo, fue por eso que Dulce Ríos se adentró en el mundo del emprendedurismo, pues ya no estaba interesada únicamente en conseguir empleo, sino en encontrar un trabajo que la satisficiera y que además le permitiera estar con su familia.

Duls Stuff permitió encontrar ese equilibrio. Todo comenzó cuando fue madrina de bautismo y fabricó un muñeco tejido para su nueva ahijada, el muñeco cautivó a los invitados y de ahí en adelante comenzaron a surgir pedidos; al principio eran pocos los encargos, pero después fueron más y más, hasta que comenzó a venderlos por internet en una tienda de Estados Unidos.

“Comencé a hacerlos porque fui madrina y se me ocurrió hacerle un regalo, un muñequito a mi ahijada, de ahí me puse a hacer más y más muñequitos, móviles y demás. Yo notaba que a la gente le gustaba mucho y con el tiempo otros comerciantes me pedían productos para venderlos en sus tiendas y los que han sido mis clientes como que, poco a poco, han corrido la voz y así también me llegan a hacer pedidos”, explica Dulce.

“En la escuela aprendí un poco de tejido y mi mamá siempre tejió, aunque la verdad es que yo siempre he sido autodidacta, siempre he buscado nuevas formas, nuevas técnicas, incluso pues yo invento mis muñecos, no es que todo el tiempo esté copiando o haga algo en serie. A la gente le ha gustado mucho mis productos, les causa como mucha ternura, llegan y no pueden evitar abrazarlos”.

Valorar lo hecho a mano

Cuando los muñecos de Dulce Ríos comenzaron a tener éxito, la emprendedora decidió también distribuirlos en Querétaro; actualmente, se venden en varias tiendas locales y en bazares artesanales. Sin embargo, las redes sociales son la principal herramienta para vender dichos productos.

A lo largo de estos dos años, Dulce ha expandido su variedad de productos y ahora no sólo crea muñecos, sino también sonajas, mordederas, móviles y demás artículos pensados para el disfrute de los bebés. Todos los productos son tejidos a mano y entre los productos de Duls Stuff también se encuentran algunas cosas hechas con cortes de vinil.

“Hago mayormente muñecos tejidos, pero también hago sonajas, mordederas, muñequitas, aunque también tengo productos en corte de vinil, llaveros, diademas para niñas, todo lo hago yo, lo tejo a mano”, resalta. Dulce tarda un día completo en fabricar un muñeco tejido a mano, invierte el mismo tiempo en fabricar dos sonajas, que también son tejidas.

El principal reto hasta ahora, comparte Dulce, ha sido evitar el regateo de los clientes, pues a pesar de que los precios en sus productos van desde los 70 hasta los 600 pesos, algunas personas eligen no comprar algún producto porque consideran que los precios son elevados.

“De repente, creo que les parece caro, aunque cada vez noto menos el regateo, de momento les parece caro comprar, por ejemplo, los muñecos más caros, pero es empezar a valorar el trabajo de nosotros como productores, entiendo que como cliente pues no te das cuenta que yo llevo todo un día tejiendo para terminar el muñeco que a ti te gusta tanto, pero pues es cultural, poco a poco se van dando cuenta”, destaca Dulce.

“Eso ha sido lo más difícil o el principal obstáculo, que la gente no valora el trabajo realizado y todo lo que hay detrás, no sólo es tejerlo sino pensarlo y hacer lo que sea necesario para que el muñeco quede como realmente lo imaginas, pero así como hay gente que regatea y que a veces prefiere no comprarlo, también hay mucha gente que sí valora el trabajo y con mucho gusto los compra”, refiere.

Detalles románticos

Aunque los principales clientes de Dulce compran sus productos para regalarlos a niños pequeños o recién nacidos, una gran parte de su clientela son hombres jóvenes, que encuentran en estos muñecos un detalle sutil y romántico para sus novias.

“Los compran para niños, pero me ha sorprendió que también los compran muchos hombres jóvenes para sus novias, he tenido varios clientes así, que me hacen pedidos muy específicos, obviamente, para regalarlos. Otra parte de mis clientes son las personas que es la primera vez que conocen mis productos y me hacen pedidos sobre cosas muy específicas, porque también puedo hacer pedidos de personajes especiales, por ejemplo, cierto personaje de caricatura, o también algunas personas me mandan fotos de sus perros y se los hago en peluches”, resalta Dulce.

Muñecos con esencia propia

A pesar de las dificultades, en cuanto a conseguir un pago justo por sus creaciones, Dulce Ríos se dice entusiasmada con la forma en que ha crecido su pequeña empresa. Cada ocasión que participa en bazares culturales se enfoca en crear muñecos nuevos para siempre tener nuevas cosas que ofrecer a sus clientes.

A pesar de la competencia, cuenta la emprendedora, siempre hay oportunidad para todos y cada muñeco que elabora tiene su propia esencia.

“He visto algunos otros negocios donde venden este tipo de muñecos tejidos o de trapo, pero creo que para todos hay clientes, cada muñeco tiene su personalidad, su esencia, yo sigo fascinada con la forma en que han funcionado para mí las cosas. Tengo pensado retomar una línea de plantas y suculentas que comencé a fabricar en un principio y creo que volveré a retomar”, comparte Dulce.

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