Si ahorras lo que te sobra, muy probablemente no estés ahorrando nada. Cuando los especialistas en finanzas personales repiten que la manera más efectiva de ahorrar es la de automatizar el proceso, no lo tomes a la ligera porque hay fundamentos profundos en la sicología humana para afirmar que funciona. Para entenderlo, está el trabajo del último Nobel de Economía, Richard Thaler. Durante sus 40 años de investigación, él encontró que las decisiones humanas son irracionales y que es posible darles “un empujón” a través de ciertas acciones.


A Thaler se le conoce por haber creado una “arquitectura de decisiones” que permite mejorar la manera en la que los seres humanos elegimos. No sólo en temas de dinero, sino en la vida misma. Fue reconocido con este premio por sus puntos de vista que fueron suelo fértil para la creación de la “economía del comportamiento” –de la que se le considera padre–, la cual ha tenido impacto en muchas áreas y en política económica.


Partamos de algo: los seres humanos somos desidiosos, procrastinadores e irracionales. De aquí que ahorrar lo que sobra no funcione. Muy probablemente se te olvide o te hayas gastado todo antes de que pudieras verle el polvo al dinero. Estas tres no son precisamente virtudes, pero existen maneras de hacer que jueguen a favor nuestro. Esto lo encontró el nobel de Economía y desarrolló soluciones al respecto.


A Thaler se le reconoce la autoría del sistema SMART (Save More Tomorrow), el cual ha logrado darle ese “pequeño empujón” a millones de trabajadores estadounidenses a la hora de ahorrar para el retiro. ¿Cómo funciona? Es un sistema que aprovecha la inercia y la apatía de los trabajadores y los inscribe de manera automática a un plan de retiro, y les impone un trámite más o menos engorroso que implica llenar activamente una forma para salirse de éste. No sólo eso, sino que también un escalamiento automático de contribuciones en el tiempo hace que la cantidad aumente. De esta manera a los trabajadores les da la suficiente flojera salirse del esquema como para evitar el trámite, quedarse y con ello ahorrar para su vejez.


Hoy, según un conteo del Banco Mundial, en 75 países alrededor del mundo  se están usando sus ideas. A esta forma se le ha llamado de “compulsión suave” y varios países como Australia, Holanda y Suiza ya han introducido elementos de la economía del comportamiento en sus planes de pensiones.


“La teoría es que, siendo la inercia humana lo que es, los planes con ‘afiliación automática’ deberían tener tasas de participación significativamente más altas que los planes sin esta”, explica el estudio Las pensiones voluntarias en las economías emergentes. Nuevas estrategias para enfrentar el desafío de la seguridad previsional, impulsado por el Global Aging Institute y Principal Financial Group. También hay otro método que ha sido utilizado por algunos empleadores estadounidenses al que se le denomina “auto-barrido” (auto-sweeping, en inglés), el cual consiste en reafiliar en intervalos regulares a los trabajadores que no habían optado por tener un plan de pensiones, con lo que tienen que tomar de manera activa la decisión —y realizar el trámite— para no afiliarse.


Si bien estos son sistemas que se han implementado por gobiernos y empresas aprovechando la forma irracional de tomar de decisiones humana, hay muchas cosas que nosotros como individuos podemos hacer en este sentido a la hora de ahorrar.


Hacia la libertad financiera 


Luis Pita es un hombre que vive muy tranquilo, que no se preocupa demasiado por cómo va la economía y que no vive angustiado por la posibilidad de quedarse sin empleo. Escribió el libro Ten peor coche que tu vecino y es fundador de Preahorro, una consultoría que ayuda a la gente a ahorrar y a alcanzar la libertad financiera. ¿Qué significa ser libre financieramente? La situación de Luis lo explica muy bien: Si dejara de ganar dinero hoy, puede vivir 14 años seguidos sin tener que trabajar y sin cambiar su nivel de vida. Esto es libertad financiera. 
“La libertad financiera es el número de meses que puedes vivir sin reducir tu nivel de gasto si hoy mismo dejas tu trabajo. Es una cifra sencilla y, sin embargo, tiene gran importancia. Tu libertad financiera mide el tamaño de tu red de seguridad, de tu colchón financiero si hay imprevistos, si las cosas van mal o si quieres emprender una nueva aventura profesional”, explica en un Ebook.


Por ejemplo, si tu libertad financiera es de seis meses, Luis asegura que  tu red de seguridad es pequeña. “Es como tener una Espada de Damocles sobre tu cabeza en todo momento. Sabes que si te lanzas y te equivocas, si un día tu empresa va mal y te echan, o si tienes cualquier problema de salud, las cosas se pondrán muy negras”, explica.

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