“No existe ningún análisis que por sí solo sirva para diagnosticar la enfermedad de Parkinson, sino que el diagnóstico se establece según los antecedentes médicos y los síntomas del paciente, así como el examen neurológico y físico”, explicó Eric Ahlskog, experto en Neurología de Mayo Clinic.

“En caso de dudas, lo razonable es buscar una segunda opinión con un neurólogo especializado en la enfermedad”, dijo.

La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo del sistema nervioso que afecta el movimiento. En personas que padecen esa enfermedad, las neuronas mueren de forma gradual.

La presencia de síntomas en los pacientes es muy diversa, aseguró el especialista.

Muchos de los indicios de la enfermedad se relacionan con la pérdida cerebral de neuronas, las cuales producen una sustancia química llamada dopamina.

La pérdida de este químicopuede conducir a una sintomatología variada, muy distinta de una a otra persona.

Además es una enfermedad que se desarrolla lentamente; en las primeras etapas los síntomas pueden ser muy leves y apenas notorios y variar con el transcurso del tiempo.

Aproximadamente 80% de las personas con Parkinson presentan algún tipo de temblor (o sacudidas) en una de las extremidades, y lo usual es que primero afecte la mano o los dedos.

Con el tiempo, los movimientos rápidos suelen dificultarse y se produce rigidez muscular, lo que restringe la amplitud de movimiento y, a veces, causa dolor.

Eso puede llevar a que la persona camine arrastrando los pies y con pasos cortos. Además, lentifica las tareas cotidianas, como levantarse de una silla, escribir o vestirse. Algunos pacientes desarrollan una postura encorvada y sienten inestabilidad.

La enfermedad de Parkinson normalmente altera la espontaneidad y normalidad de los movimientos corporales, tales como parpadear, sonreír o balancear los brazos al caminar. La pérdida de la dopamina que se produce puede, a veces, desencadenar trastornos del sueño, ataques de pánico, ansiedad o insomnio.

“Los neurólogos buscan esos síntomas cuando creen que se encuentran ante un diagnóstico de enfermedad de Parkinson”, explicó Ahlskog.

Pese a que tal vez se recomiende hacer estudios por imágenes del cerebro o análisis de sangre, por lo general el diagnóstico se establece en base a las características identificadas en el consultorio médico.

Cuando en la evaluación inicial, el proveedor de atención médica sospecha que el paciente sufre la enfermedad de Parkinson, posiblemente le recete carbidopa y levodopa, fármaco combinado que ayuda a reemplazar la dopamina en el cerebro.

“A pesar de que no haya cura para la enfermedad, en la mayoría de los casos es posible controlar bien, tanto la enfermedad como sus síntomas, a fin de que los enfermos puedan continuar participando en actividades y llevando una vida plena”, aclaró el experto.

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