En Querétaro, las instituciones de salud del sector público en 2016 registraron 605 casos de hepatitis A, y en lo que va de 2017 se han registrado 169 casos. Con relación a hepatitis B se confirmaron 7 casos durante el año pasado y 11 con diagnóstico de hepatitis C, cifras que se encuentran dentro de un comportamiento esperado.

Por otro lado, la hepatitis B puede provocar un varios síntomas, desde malestar general hasta enfermedad hepática crónica que, a la larga, puede desembocar en cáncer de hígado.

La enfermedad se transmite a través de fluidos corporales infectados, como la sangre, la saliva, el semen, las secreciones vaginales, las lágrimas, y la orina; mediante transfusiones de sangre contaminada; al compartir agujas o jeringuillas infectadas para inyectarse sangre; o al mantener relaciones sexuales con una persona infectada por el virus de hepatitis B.

Se cuenta con una vacuna para proteger contra la hepatitis B, indicada en grupos de alto riesgo como son: recién nacidos de madres HBsAg positivas, personal de salud, pacientes en hemodiálisis, usuarios de drogas inyectables, receptores de sangre o derivados, convivientes de portadores crónicos de HBsAg y HBeAg, inmigrantes o refugiados de áreas que presentan altos índices de endemicidad, entre otros.

En tanto, la hepatitis C puede generar síntomas muy similares a los provocados por los virus de las hepatitis A y B. No obstante, la infección por el virus de la enfermedad tipo C puede conducir a un padecimiento hepático crónico y es el principal motivo de trasplante de hígado.

Este tipo de hepatitis puede transmitirse al compartir agujas y jeringas para inyectarse droga, al hacerse tatuajes o piercings con instrumental no esterilizado; mediante transfusiones de sangre (ahora se hacen controles a los donadores); mediante el contagio de un recién nacido por su madre infectada y a través de relaciones sexuales.

Las hepatitis virales representan una de las causas principales de daño hepático en México. Existen 5 tipos: A, B, C, D y E; los tipos de padecimiento que más prevalecen a nivel mundial y en México son A, B y C.

La enfermedad de tipo A es la más frecuente, particularmente en niños (también llamada hepatitis infecciosa). El virus se transmite cuando alguien ingiere agua o alimentos contaminados con heces infectadas o por malas prácticas higiénicas y de saneamiento.

Puesto que la hepatitis A puede ser una infección leve, particularmente en la infancia, es posible que algunas personas no se den cuenta de que han contraído la enfermedad y pase desapercibida sin ser diagnosticada.

Generalmente el virus del tipo A no es causa de enfermedad hepática crónica; pero en casos raros se pueden presentar sucesos complicados que pueden ocasionar la muerte. En el estado de Querétaro se presentan estos acontecimiento cada año, principalmente en edad escolar.

Google News

TEMAS RELACIONADOS