Autoridades universitarias detectaron profesores aviadores en 22 grupos de la Escuela de Bachilleres de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Los maestros no acudían a sus clases —aunque se les seguía pagando— o en la mayoría de los casos, eran sustituidos por docentes que no tenían el perfil ni las credenciales para dar clases.

Lo anterior ocasionó que las calificaciones de aproximadamente 800 jóvenes se vieran en riesgo.

La tarde de este martes alrededor de 100 padres de familia y estudiantes de los planteles sur y norte de la Escuela de Bachilleres se presentaron en las oficinas de Rectoría, en Centro Universitario.

Los manifestantes se mostraron inconformes pues aseguraron que en primera instancia se había planteado que como los maestros de los planteles no estaban debidamente acreditados los jóvenes tendrían que presentar un examen final para que pudiera otorgárseles una calificación.

Tanto los papás como los mismos estudiantes rechazaron esta opción, bajo la premisa de que habían tomado clase y presentado trabajos para obtener una nota y ésta debería respetarse.

En un ambiente tenso, los inconformes fueron recibidos en la sala anexa a rectoría por el titular Gilberto Herrera Ruiz, quien se comprometió a respetar las calificaciones asentadas en las preactas y subirlas al sistema a más tardar a las cinco de la tarde del próximo viernes. Dicha iniciativa fue aceptada por los padres de familia y los estudiantes.

Durante la reunión también estuvo presente la directora de Bachilleres, Rosa María Vázquez Cabrera, quien pidió confiar en la palabra del rector. Algunos de los padres le pidieron a Vázquez Cabrera que se hiciera responsable de las fallas administrativas que amenazaban con afectar a sus hijos.

En entrevista posterior, el secretario académico de la universidad, Irineo Torres Pacheco, manifestó que este conflicto surgió a raíz de los resultados de una auditoría aplicada a todas las áreas académicas de la casa de estudios, hecha a solicitud del Consejo Universitario, en donde se evaluó la asistencia de los profesores a sus clases.

Detectan anomalías. “Uno de los conflictos más grandes que encontramos fue la existencia de aviadores, es decir, profesores que cobraban pero no asistían a clase. Por otro lado, profesores que no tenían título profesional para ejercer como profesores de acuerdo con el perfil que demanda tanto la UAQ como la SEP para avalar los estudios que la universidad certifica”, dijo. “Había una especie de subcontratación, entonces ¿qué garantía tenemos nosotros cuando uno de esos casos, que podemos documentar a fondo, no es profesor de la universidad?, no tenían el perfil para ser profesores.

Estamos hablando de alrededor de 22 grupos afectados, aproximadamente 800 estudiantes. Las materias son Matemáticas, Informática, Educación cívica y Orientación profesional”, agregó Torres Pacheco.

El secretario académico de admitió que aunque rectoría es la que otorga la carga horaria, esa función se delega “de buena fe” en las direcciones de las unidades académicas, en este caso, la de la Escuela de Bachilleres.

“En ningún momento se pensó en afectar a los estudiantes ni a los padres de familia, porque no es su responsabilidad. De ahí el compromiso tajante de que a más tardar el viernes esté resuelto el tema de la calificación”, detalló y apuntó que la decisión del rector Herrera se estableció buscando que se cubrieran dos requisitos fundamentales: la parte legal administrativa y la certeza de la calidad.

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