El sistema penitenciario que tiene Querétaro es de los mejores del país, aseguró Saskia Niño de Rivera, presidenta de la fundación Reinserta, que trabaja en apoyar a la comunidad carcelaria para reinsertarla a la sociedad.

“Creo que Querétaro tienen un buen sistema penitenciario, está evaluado entre los mejores. El penal de mujeres acaba de ser certificado con el American Carcelation Association que es un poco la tirada a nivel federal de certificar todos los penales”, señaló.

Explicó que si bien el Centro de Readaptación Social Femenil (Cereso) de Querétaro, al ser de los primeros a nivel nacional en ser certificados, es un avance importante, aún falta hacer lo propio en el penal varonil; no obstante, sostuvo que en el estado hay recursos para trabajar en ello, pero sobre todo hay disposición para lograrlo.

“Querétaro está en los mejores a nivel nacional (…), no al cien pero sí está entre los mejores del país”.

Durante su participación ante integrantes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Comparmex) en Querétaro, Niño de Rivera apuntó que uno de los mayores problemas en los sistemas penitenciarios de México es que no se cuenta con programas que verdaderamente abonen a la reinserción de infractores a la sociedad, pues las cárceles más que un lugar de castigo son escuelas para delinquir.

En ese sentido, dijo que el 80% de las cárceles de nuestro país tienen autonomía, es decir, que se rigen por sus propias reglas y muchas veces son centros de operación para delincuentes, pues según registros oficiales, el 75% de las llamadas de extorsión que se hace en el país provienen de algún penal mexicano.

Destacó que la mayoría de las personas que se encuentran recluidas en algún Cereso o penal están por delitos menores que económicamente “no rebasan ni los dos mil pesos”, mientras que los grandes capos, secuestradores o ladrones jamás tocarán la cárcel, pues la corrupción permite que puedan comprar su libertad.

“Es un gran error el que pensamos que las personas que le están haciendo daño a México están adentro de las cárceles (…), también es un error pensar que las cárceles son un tema de castigo”.

Los problemas que se viven en las penitenciarías, dijo, son un reflejo de lo que está pasando en la sociedad, pues a pesar de la grave situación que se vive, nadie quiere voltear a ver la realidad y lo que está sucediendo.

Al hablar de la aplicación del nuevo Sistema de Justicia Penal y su impacto en la reinserción, aseguró que este abona de manera positiva para que los infractores se puedan reintegrar a la sociedad, a pesar de ello, señaló que aún falta mucho en el tema de capacitación y recursos económicos para una aplicación correcta del mismo.

Privatizar cárceles, una necesidad

Sobre la privatización de las cárceles en México, explicó que dadas las malas condiciones en las se encuentran, esta alternativa se ha vuelto una necesidad. En comparación con otras latitudes, indicó que en México hay un buen modelo de ellas, sin embargo existe el miedo de que, como en Estados Unidos, se legisle para que haya más sentencias y se encierren a más personas para poder cubrir las exigencias de mano de obra.

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