La movilización social y la discusión mediática en torno al asesinato de Mara Castilla por parte de un chofer de Cabify, se vio interrumpida cuando el sismo de 7.1 Richter sacudió el centro del país el pasado 19 de septiembre.
Plaza de Armas fue el escenario donde la protesta por este hecho se retomó, con la realización de una marcha convocada a través de redes sociales y a la cual llegaron poco más de 30 mujeres y algunos hombres, quienes expresaron descontento y rabia por la violencia contra la joven.
Poco después de las 12 del día el grupo de mujeres se concentró en la explanada de la plaza cargando cartulinas. Tres mujeres lanzaron al suelo unas telas blancas, se acostaron en el suelo caliente y se taparon de pies a cabeza. Las chicas iniciaron un performance en el que simulaban, con esas mantas blancas, ser un cadáver. De a poco, la expresión corporal envuelta en las sábanas expresaba un sentir a través del arte.
Unos minutos después de haber concluido el performance, muy aplaudido por los presentes, iniciaron su camino. Tomaron rumbo por la calle Luis Pasteur
“Si me matan es porque soy feminista. Si me matan es porque también hay un hombre muerto. Si me matan es porque soy irresponsable”, gritaban las mujeres que caminaban por la acera, aglutinadas mientras los vehículos pasaban a lado de ellas. La policía municipal, a bordo de bicicletas, veía de reojo el andar de la marcha.
De la calle Pasteur, tomaron hacia Zaragoza, justo en el carril por donde llegan los camiones del transporte público. Al ver pasar el contingente, algunos leían las pancartas: “somos la voz de las que ya no tienen”, “ser mujer no debería de ser factor de riesgo”, entre otras.
Después de Zaragoza, la vuelta fue en contrasentido al tráfico vehicular en avenida Juárez; de ahí hasta el andador 16 de septiembre hasta completar el circuito y de nuevo a Plaza de Armas.
Jimena Sánchez, una joven de 17 años, acusó que al caminar entre las calles, no quedaron exentas de acoso de algunos hombres.
“Se me hace algo indignante, estamos haciendo un movimiento para evitar esto y de todas maneras hay hombres a quienes les vale y lo siguen haciendo, porque piensan que porque somos mujeres lo pueden hacer”.
