Cuenta la tradición que hace 110 años, San Antonio de Padua se apareció en un organal a la mitad de Boyé, en Cadereyta de Montes.

Hoy y hasta el próximo domingo, para conmemorar la aparición del patrono de las cosas perdidas y los amores desesperados, se celebra la Feria de la Barbacoa y el Pulque en esta comunidad de Querétaro, que de acuerdo con cifras de los organizadores, recibirá aproximadamente 30 mil visitantes en total, durante los cuatro días que dura la fiesta.

Lo que es el evento más importante para todos los habitantes de la delegación, comenzó hace 16 años y hoy conjunta a 70 productores de barbacoa oriundos del lugar. De ellos, sólo 14 se dedican de manera formal a la venta de este platillo; los restantes son familias que de forma doméstica la preparan para vender en estas fechas.

“Mi abuelo platicaba que la gente de la comunidad no tenía dinero para hacerle fiesta a San Antonio en junio, que es el día oficial de este santo. Esto sucedía porque todavía no habían recolectado la cosecha ni terminado de engordar a su ganado. Por eso se pidió permiso a la iglesia de Cadereyta para pasar la fiesta al cuarto jueves de septiembre, que coincide con el jueves de Corpus y así comenzó la celebración al patrono”, dice Iván Mendoza, un barbacoyero de tercera generación, originario de Boyé y quien maneja el negocio Barbacoa “Don Chon”.

“Ya en 1997, cuando Boyé pasó a ser delegación, mi padre, Asunción Mendoza, junto con José Reséndiz y Severiano Romo fueron los pilares de comenzar esta actividad; de hecho, ellos la nombraron la Feria de la Barbacoa y el Pulque. Se dieron a la tarea de darle más relevancia a la fiesta aquí en Boyé y en el año 2000 nació la Feria de la Barbacoa y el Pulque como tal”, dice.

Su hermano, Ricardo Mendoza, añade que a su papá ya no le tocó ver las actuales dimensiones de esta feria, “pero le hubiera gustado ver que su visión fue cierta y pudo concretarse en beneficio de su comunidad, y que ahora nos consideran como un punto turístico muy importante para visitar a nivel estado”.

“Mi padre siempre le apostó a que la gente no descuidara la actividad de la barbacoa y sabía que mañana, nuestro principal mercado, que es Querétaro, iba a crecer y por la misma situación geográfica iba a tener mejor acceso a Boyé”, relató.

La Feria del Pulque y la Barbacoa sin lugar a dudas es el suceso del año para los habitantes de Boyé. Todos tienen un papel y un lugar. Las puertas de las casas se abren y desde días antes, las familias comienzan a limpiar los hornos que el resto del año permanecen cubiertos de arena y piedras. Es significativo que en la feria sólo pueden participar productores de barbacoa y pulque de la comunidad.

El beneficio de esta celebración es evidente: no hay casa en las calles céntricas de la comunidad que no ofrezca algo al visitante: gorditas, comida corrida, servicio de sanitarios, frutas y verduras, nieves, dulces y pan artesanal, además de todo lo adicional de una feria como juguetes, atracciones mecánicas, ropa, accesorios, etc.

Ricardo Mendoza señala que la feria ha traído mejoras en la infraestructura del pueblo, pues con los recursos que se obtienen se han gestionado algunas obras como la construcción de sanitarios o la pavimentación de calles que anteriormente eran de tierra.

En el centro de la población se encuentra la Plaza de la Barbacoa, única en todo el estado y quizás en la región, pues conjunta bajo un mismo techo 14 hornos pertenecientes a un igual número de familias, las de mayor tradición barbacoyera en Boyé.

Algunos hornos comenzaron a funcionar desde el martes en la noche, sin embargo, el gran espectáculo se dio ayer a las 16 horas cuando, en medio de una densa humareda, los pobladores metieron la primera gran hornada de borregos, cabras y chivos, que harán el deleite de los visitantes en los próximos días.

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