La estación de bomberos era un hervidero de jóvenes. Boyscouts, estudiantes de preparatoria y universidad, voluntarios en general, se agrupaban al interior de la estación en la recolecta de víveres, luego del sismo ocurrido en el centro del país con impacto en Ciudad de México, Puebla y el estado de Morelos.

Mientras algunos iban recibían lo que traían las personas a pie o quienes se estacionaban en sus automóviles, otros catalogaban las medicinas y los alimentos. Muchos de los elementos del cuerpo heroico de bomberos fungían como espectadores, ante el control que tomaron los jóvenes de su espacio de trabajo y tan sólo apoyaban con labores de coordinación o facilitar el espacio para que desarrollaran la actividad.

-Nosotros recogíamos víveres desde ayer, pero desde las 9 empezaron a llegar los chavos- comenta un bombero.

Mientras llegaban víveres, los jóvenes gritaban hacia el fondo para pedir apoyo para cargar las aguas, los atunes enlatados, el papel higiénico y las medicinas.

El bullicio no dejaba de sentirse ya que coordinados y mecanizados, cada uno de los jóvenes tenía una tarea asignada. Los que recibían eran alrededor de 15; los que revisaban las medicinas aproximadamente 8 personas, quienes revisaban el estado y la solución química de medicamentos: paracetamol, ibuprofeno, naproxeno, guantes, agua oxigenada, cubre bocas, jeringas, entre otros.

Unos cuantos más se agrupaban donde tenían cajas de cartón desarmadas y su tarea era conformar las mismas. Otros tenían la tarea de dotar en las cajas ya armadas paquetes con víveres e instrumentos ya clasificados, que se iban colocando a un costado del estacionamiento listos para subirlos al transporte que los lleva a los lugares donde ocurrió el sismo: Ciudad de México, Morelos Puebla, sin olvidar a los estados de Oaxaca y Chiapas.

Por la avenida pasaba un transeúnte quien pregunta a uno de los jóvenes si el destino es la Ciudad de México o para Oaxaca, el joven sonríe y le contesta –Pues para las dos partes señor-.

Al fondo de la estación, cuatro jóvenes utilizan la oficina para llevar un control de lo que llevan recibido por los ciudadanos.

Una fuerza coordinada de 20 elementos entre protección civil, bomberos de Querétaro y San Juan del Río se prepara para partir a la Ciudad de México con víveres e instrumentos de apoyo.

Una señora a bordo de su camioneta pone sus intermitentes y baja con medicinas; le grita a una joven y le entrega la ayuda.

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