La Universidad Aeronáutica de Querétaro (UNAQ) se prepara para instrumentar esquemas que le permitan no depender del presupuesto público, entre los que destacan lanzarse a la conquista del mercado de Centro y Sudamérica, en donde se planea ofrecer servicios de capacitación y formación a las empresas de esta industria, adelantó el rector de la institución, Jorge Gutiérrez de Velasco.

En entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL Querétaro destacó que la UNAQ, creada en 2007, es uno de los principales instrumentos que han permitido al estado colocarse como el principal destino nacional de atracción de inversión extranjera directa en la industria aeronáutica, con un monto total de mil 700 millones de dólares.

Subrayó que si bien la UNAQ es la única universidad del país donde la totalidad de sus programas educativos se enfocan a la aeronáutica, las empresas del sector automotriz ya empezaron a solicitar servicios de capacitación, aprovechando que los procesos de manufactura son muy similares en ambas industrias, sobre todo, en la producción de arneses eléctricos.

También adelantó que existe el plan de gestionar recursos por el orden de los 25 millones de pesos, para equipar el hangar de la institución, que se inauguró a mediados de 2015.

¿Cómo va el proyecto de la UNAQ?

El próximo año cumpliremos como organismo una década, nacimos un 23 de noviembre de 2007, antes de que naciera la Universidad. A mí me tocó formarte parte del equipo que negoció la llegada de la empresa ancla Bombardier, quien también analizó opciones como Baja California, Nuevo León y Chihuahua.

En 2006, un año antes de que naciera la UNAQ y uno después de que anunciará la llegada de Bombardier, se implementó un programa de capacitación aeronáutica en la Universidad Tecnológica de Querétaro, en donde se formó a los primeros trabajadores que contrataron la misma Bombardier y otras empresas, que fueron las primeras que llegaron a Querétaro. En este esquema se habilitó a los primeros técnicos de manufactura de arneses y ensambles estructurales y el proyecto siguiente era formar una Universidad y así se incuba este proyecto.

Hoy tenemos una universidad temática para la industria aeronáutica, es la única en el país y nuestro papel ha sido agrupar las formaciones técnicas, desarrollar tecnología y atender exclusivamente al sector aeronáutico, que en aquel tiempo nacía en México. Desde que nació la UNAQ hemos atendido más de 20 proyectos de inversión.

¿Ustedes han ayudado a que las empresas se decidan por Querétaro para invertir?

Sin duda, el tema de la UNAQ se ha convertido en un eje de promoción, trae negocios a Querétaro, muchos de ellos se han centrado en la gran capacidad que ha desarrollado la Universidad, debido a que somos quienes forman a su personal.

Nuestra filosofía es apoyar a la atracción de inversiones. Desde 2006, cuando todavía éramos un proyecto que se estaba incubando en la UTEQ, hemos participado en la atracción de mil 700 millones de dólares en inversión extranjera directa para Querétaro.

Por eso, para 2013 y 2014, México, por medio de Querétaro, se convirtió en el país de mayor atracción de inversión extranjera directa del sector aeronáutico. Lo cierto es que después de la llegada de Bombardier y la apertura de la UNAQ todo cambio para Querétaro y también para el país, que tenía pocas empresas de este sector, principalmente ubicadas en los estados de Baja California y Chihuahua, pero todo básicamente de manufactura, con un enfoque maquilador, no había producción de un mayor valor agregado.

Nosotros en la UNAQ hemos sido un catalizador, además, un gran elemento para hacer contactos y promoción.

¿La industria automotriz ya se acercó con ustedes para que capaciten a sus empleados?

Fíjate que se han acercado en dos sentidos, el primero para ver que hemos hecho, el sector de origen de nosotros, el aeronáutico es afín al automotriz, aunque también existen diferencias.

Es por eso que varias empresas ya nos han pedido servicios de capacitación, tenemos por ahí algunos clientes a los cuales les hemos dado servicios de capacitación técnica, por ejemplo los arneses eléctricos, las técnicas para hacer arneses son muy parecidas las de los automóviles a las que se usan en los aviones, lo que cambia es el nivel de especificación del componente.

Los programas de manufactura y de diseño sí son diferentes, aunque sí hay cosas muy parecidas, sobre todo en los procesos que se realizan en la cadena de valor.

Nosotros formamos técnicos especialistas en ensambles estructurales para compañías como Bombardier, Aernnova, Airbus, Safran, aunque hay cosas muy particulares de cada una de estas empresas.

¿Cuál es el reto que tiene la UNAQ?

Son varios. La institución es muy atípica en comparación con otras universidades, por ejemplo, no todas tienen un hangar como nosotros, que hace que nuestros gastos de operación sean importantes.

Uno de nuestros retos como organización es que no dependamos siempre de los presupuestos públicos o subsidios. Estamos buscando una organización que tenga un modelo autosuficiente. No buscaremos subir las cuotas escolares a los alumnos, sino que en la Universidad hagamos cosas de valor agregado que se le puedan cobrar a empresas aeronáuticas, que podamos vender cursos de capacitación continua no sólo a todo nuestro país sino también a Centro y Sudamérica, aprovechando que somos la gran puerta acceder al mercado sudamericano para hacer formación técnica, porque estamos en la antesala del mercado aeronáutico más grande del mundo, que es el de los Estados Unidos.

Entonces hay un gran nicho de oportunidad para atender formaciones en países sudamericanos, para que ellos no paguen en costo dólar o en euro. Ya lo hemos platicado con las autoridades estatales y federales. También hay unos proyectos que estamos cocinando para consolidar nuestra operación de cara a tener una organización que perdure en el tiempo.

¿Cuánto representan los ingresos propios dentro del presupuesto total de la Universidad?

Cerca del 22 o 23% de todo nuestro presupuesto, pero queremos que crezca.

El segundo reto es lograr que nuestra institución sea reconocida tanto nacional como internacionalmente. Sería un gran orgullo que, cuando se hable de la formación de técnicos para la manufactura y mantenimiento aeronáutico, se identifique a la UNAQ. Aquí el objetivo es formar con nosotros a los mejores técnicos superiores universitarios de México y que los ingenieros aeronáuticos de la UNAQ los desarrollamos nosotros. Además de que ayudamos a generar tecnología para las empresas aeronáuticas. El trabajo de consolidar una institución de largo plazo es un reto importante.

¿En base al trabajo que ustedes vienen realizando, veremos que se ensamble un avión en México?

Lo que tenemos que hacer es convertirnos en México no sólo en un país de manufactura sino también de mentefactura, generar cosas de valor agregado, para que en algún momento surja una figura o un líder que diga vamos a fabricar aviones en México y para llegar allá tenemos que generar varias condiciones. Yo estoy seguro que en la medida que se consolide el trabajo de la UNAQ lograremos este anhelo.

¿Por qué se le quito la denominación de nacional a la Universidad, tal como se llamaba al principio?

En el decreto de creación de la Universidad se había dado el carácter de nacional, siendo la Universidad Nacional Aeronáutica de Querétaro y, si bien mantenemos las siglas de la UNAQ, ya no se le dice que es nacional, a pesar de que nuestra visión era tener estudiantes de todo el país y, además, ser la única en la industria aeronáutica. Pero los especialistas de la ley decían que una universidad nacional sólo puede ser creada por un decreto de la Cámara de Diputados o por el presidente de la República y, por eso, únicamente se le dejo el nombre de Universidad Aeronáutica de Querétaro. Afortunadamente tenemos estudiantes de los 32 estados y también extranjeros.

¿Cuál es la plantilla de la Universidad actualmente?

Somos cerca de 250 trabajadores en la universidad, en cuestión docente son cerca de 130; son mil 462 alumnos. De formación universitaria son alrededor de 800 egresados, entre técnicos, ingenieros y estudiantes de maestría. Mientras que en capacitación técnica para el trabajo, que son los empleados de las compañías, son más de 6 mil.

Hay una estadística que dice que hoy se tienen más de 47 empleos en el sector, lo que calculamos es que más del 10% de estos empleados han sido formados por nosotros. Es por eso que decimos que hemos contribuido activamente con las compañías que están llegando y de que tengan confianza en Querétaro.

¿Cómo funciona el proyecto del campus franco–mexicano que tienen en la UNAQ?

Es un proyecto que se trabajó con autoridades federales, el Ministerio Nacional de Educación de Francia y dos grandes empresas, como son Grupo Safran y Airbus, en su división de helicópteros, que tiene una planta en Querétaro. Es un proyecto que se cocinó desde el año 2010 y se materializó entre 2013 y 2014, cuando lo inauguraron los presidentes de México y Francia, Enrique Peña y Francois Hollande, respectivamente.

Es un proyecto muy básico entre esos cuatro entes. Se hizo una alianza estratégica con la UNAQ para tener un espacio de enseñanza para el sector aeronáutico, con el reconocimiento en cuanto a contenidos y capacidades operativas de formaciones reconocidas por las autoridades aeronáuticas mexicanas y europeas.

No es el tema de formar técnicos para mandarlos a Europa, el tema es generar credibilidad, puesto que nuestro estándar de formación es equiparable al de las formaciones europeas. Es decirle a la sociedad, al sector industrial, que las formaciones que hacemos es igualmente valiosa y de calidad como la que se da en Europa.

¿Y este campus es utilizado por todos los estudiantes?

Es un espacio que cuenta con laboratorios y la lógica de operación es simular o reproducir la operación de un taller de mantenimiento de aeronaves y componentes aeronáuticos, es decir, entra un avión, se le quita un componente y se le lleva a un laboratorio, se vuelve instalar y el avión sale, utilizando herramentales y equipo que se usan en Francia.

Nosotros hoy tenemos las condiciones para atender a la industria de la manufactura y también del mantenimiento, pero además estamos incursionando el tema de las gestiones de las operaciones aeronáuticas y el transporte aéreo. Entonces, toda la lógica de la universidad es que nuestros estudiantes utilicen la totalidad de los laboratorios que tenemos. Hoy lo mismo los usan estudiantes que están siendo formados para Bombardier, que para los estudiantes de maestría que estén en diferentes proyectos.

¿Cómo va el proyecto del hangar que tienen en sus instalaciones?

Nosotros estamos haciendo gestiones, no son cosas sencillas, uno identifica los escenarios económicos nacionales y mundiales, y equipar en este momento un lugar como este se vuelve más complicado. Tú sabes que al final de la administración estatal pasada se construyó. Lo importante es que se construyó el galerón, habilitamos algo de espacio, de equipamiento, pero necesitamos más infraestructura para poder tener todos los laboratorios completamente equipados. Nosotros creemos que a mediados del siguiente año podremos contar con un recurso adicional para poder continuar con el proyecto de equipamiento.

¿Qué equipamiento requieren?

Por ejemplo, habilitar espacios en el hangar para llevar a cabo mantenimiento completo de trenes de aterrizaje, también queremos tener ahí una celda de pruebas para motores de avión, en fin, hay otras cosas que se tienen que hacer.

¿Inicialmente cuánto se tendría que invertir?

El plan original son cerca de 25 millones de pesos, que tendrán que ser aportados por la federación y el estado. Nosotros seguimos platicando con las autoridades y nos han pedido que hagamos una revisión de lo que se requiere, debido a que nosotros hemos ido invirtiendo paulatinamente, creemos que pude ser menos, hoy estamos trabajando en eso.

Estamos muy atentos a la formación de alumnos y generación de tecnología. En este último tema ya estamos trabajando muy fuerte para bajar fondos de la administración pública, a través de los fondos a la innovación. Este año somos la primera institución nacional que más recursos bajó para el tema de ciencia aplicada al sector aeronáutico, eso habla con mucha contundencia de que queremos generar cosas de mucho mayor valor agregado.

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