Un par de patrullas y vehículos con personal del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM), bomberos y ambulancias de la Cruz Roja estatal esperaban la tarde de ayer sobre la avenida Prolongación Ignacio Zaragoza la orden para entrar en acción.

A las 18:00 horas, la Maestría en Emergencias y Desastres, que ofrece la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) campus La Capilla, realizó un simulacro con la hipotética explosión de un tanque de gas estacionario en un laboratorio químico, ejercicio con el que se evaluó a los ocho estudiantes de la primera generación del posgrado y nueve integrantes de la carrera para Técnico Superior Universitario en Atención Prehospitalaria, quienes apoyados por decenas de elementos de las corporaciones de atención a emergencias, atendieron el percance.

A las 17:57 horas, el personal de la Cruz Roja encendió un fuego controlado, a fin de simular una fuga de gas de dos salidas, para lo cual se utilizó un tanque pequeño y una válvula de la que emanaba la flama más grande.

La sirena comenzó a sonar a las 18:00 horas y, de inmediato, todos los elementos de emergencias se organizaron  para instalar el puesto de comando, donde los encargados de cada corporación valoran la forma para enfrentar el supuesto siniestro.

Minutos después entró la primera unidad: los bomberos de El Marqués, quienes de inmediato maniobraron para controlar el fuego con su manguera de agua, así un elemento pudo cerrar las válvulas de gas.

Después ingresaron y revisaron el polideportivo, donde se hizo el ejercicio con los supuestos heridos en espera de su rescate. Se acordonó la zona y entraron cuatro ambulancias y dos patrullas policiales, para iniciar con la atención prehospitalaria y traslados.

Los elementos que no atendieron la “emergencia” actuaron como las personas que tienen algún familiar en el lugar del siniestro, que en una situación real siempre insisten en que se atienda con rapidez y en evitar un mayor peligro para los suyos.

Comenzó el desalojo de heridos por el supuesto siniestro, 15 en total, cada una con distintas heridas; los cuerpos de emergencia establecieron prioridades para los traslados a hospitales.

Primero una mujer embarazada, después un niño herido de gravedad e inconsciente, entre otros. En ese momento el simulacro llegó a su fin.

Claudio Olguín Mondragón, profesor titular de la Maestría de Emergencias y Desastres en la UAQ, al término del ejercicio y antes de la plática para la evaluación y conclusión grupal, explicó que los estudiantes de la maestría y la licenciatura “son personal capacitado que puede intervenir en el paciente grave”.

“Este ejercicio se hizo con el afán de poner en práctica estos planes, buscamos que esto le sirva a la comunidad, buscamos ese impacto social y encontramos algunas observaciones, como el que nunca se establece un comando de incidentes en la vía pública, algo muy lamentable, porque primero se debe asegurar la escena del incidente, la población civil y a los que van a rescatar, luego asegurar el flujo y la llegada de los vehículos de emergencias, que en situaciones reales esa llegada se vuelve un caos y aquí lo que se trata es coordinar la escena y dar prioridad al movimiento de ambulancias”, agregó.

El ejercicio sirvió como evaluación de los estudiantes de la primera generación de la maestría, pues después de esto pasarán al tercer semestre de la especialización y aunque es la primera vez que se realiza en coordinación con los cuerpos de emergencia estatales, buscarán que se llevan a cabo por lo menos casa seis meses.

Para el simulacro se notificó al 911 y los vecinos de la zona, a fin de evitar que hubiese una alarma general.

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