Cualquier evento “extraordinario”, que tenga características “imaginarias”, como ver llorar a una estatua, debe ser tomado con mesura, pues representa las necesidades que tienen los habitantes de cada lugar, afirmó el sociólogo de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) Efraín Mendoza, quien aseguró que este tipo de casos suelen presentarse en comunidades con bajos niveles educativos, económicos y de seguridad.

Sobre la Virgen de los Dolores que presuntamente llora, dijo que este tipo de eventos ocurren cuando se viven problemáticas sociales que no pueden superar las personas; como ocurrió en Pedro Escobedo en 2008 o en Puebla en 2010, con la misma virgen, y las que van a seguir ocurriendo.

Desde su punto de vista, la idea de Dios es una creación humana, por lo que se construyen deidades con poderes extraordinarios “infinita bondad” o “un Dios que todo lo ve”. La gente encuentra un refugio en la iglesia ante las necesidades de seguridad, tranquilidad y desarrollo, mismas cosas que el gobierno ha incumplido.

“Ante fenómenos como estos habría que ser muy cautelosos, fenómenos que revelan la complejidad que opera en el subsuelo de las sociedades, no es casual que se presenten en momentos de crisis y en casas humildes y poco ilustradas. Los propios agentes eclesiásticos toman estos hechos con mesura. Casos como este no será el primero, ni el último”, refirió.

Aunque el sociólogo destacó que se debe fomentar que la ciudadanía se explique el mundo con aspectos científicos, puntualizó que la existencia de religión no es un atraso o síntoma de subdesarrollo, sino que se trata de un nivel de comprensión de la vida, que debe respetarse.

Los eventos “milagrosos” a lo largo de la historia suelen ocurrir en zonas vulnerables, por lo que pueden pasar desapercibidas las explicaciones científicas. En este caso, en la comunidad de La Noria, la temperatura elevada puede derivar en que se presente el “llanto”, explicó.

“Representa el ánimo de una ciudadanía que no encuentra solución a sus problemas por la vía laica, siempre va a encontrar un refugio en lo plano de lo imaginario, como ocurre en la religión […] La pobreza no está centrada en esa región pero se trata de comunidades habitadas por gente sencilla, que se explica el mundo con factores de orden imaginario”, sostuvo.

Recientemente EL UNIVERSAL Querétaro dio a conocer cifras del Inegi que revelan una baja en los creyentes religiosos; Efraín Mendoza indicó que esta misma situación se puede observar en la Encuesta Nacional de Juventud, ahora más personas se explican los hechos de manera científica.

Al citar la película La Trenza de los Milagros, donde se muestra la manera en que la Iglesia utiliza a los creyentes para mantener la tranquilidad y tener un impulso económico, destacó que no se puede descartar que la misma promueva acontecimientos “milagrosos”, como el de La Noria.

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