A falta de vacaciones en la playa, la fuente principal de la Alameda Hidalgo. El termómetro marca casi 35 grados en Querétaro, el sol quema y sofoca incluso bajo la sombra de los árboles. Por eso los más pequeños mandan a volar la ropa de día y se transportan, mentalmente, a las aguas cristalinas de Las Bahamas.

Algunos reposan boca arriba, otros panza pa' bajo, unos brincan, corren, bailan y se carcajean; invitan a los otros niños que los miran desde la orilla, con los ojos rasos, a punto de llorar porque no tienen el permiso de sus madres para entrar en acción junto con ellos.

Las remodelaciones en la Alameda convirtieron en un chapoteadero la fuente principal que se encuentra al nivel del piso, donde el monumento a Miguel Hidalgo da la bienvenida a los paseantes.

Los pequeños más concentrados en su papel de vacacionistas, usan lentes oscuros mientras juegan con los chorros de agua. Algunos están en calzones, otros en short, las niñas juegan con sus vestiditos escurriendo, otras remangan sus pantalones para “no mojarlos y que no se dé cuenta mi mamá”, pero las mamás siempre se dan cuenta.

Patricia por ejemplo, mira de reojo a su hija Alondra; sentada en una de las bancas cercanas a la fuente, vigila que su hija cumpla la instrucción de no mojarse los pantalones, pero de antemano sabe que ya está empapada.

“Le dije que no se mojara los pantalones pero mira, no me hace caso, ahorita vino a decirme que se resbaló y cayó sentada y que por eso tiene el trasero mojado, pero yo la vi que se sentó a jugar con otra niña. Qué puedo hacer, es un momento de diversión y convivencia con otros niños, no puedo quitárselo”, dice Patricia con una leve sonrisa, no puede creer que una niña de cinco años la haya convencido de quedarse en la Alameda, a plenas tres de la tarde.

Pero algunas mamás sí se resisten a las lágrimas y a las súplicas de los pequeños. Emilio tiene al menos 20 minutos suplicando a su madre que lo deje entrar al agua; la mujer le explica que no trae ropa extra, que no puede mojarse, que el verano es muy largo y pueden volver otro día, que qué va a decirle el señor del camión cuando quiera subirse todo mojado, “voy a tener que dejarte aquí, porque no te van a dejar subir si estás mojado”, le comenta.

Emilio analiza las razones, entre cierra los ojos y mira de reojo a los niños, puede escuchar sus carcajadas, analiza la situación unos segundos y vuelve a insistir; “Quiero meterme, mamá por favor”, dice con tremendos lagrimones. Darse un chapuzón en esa fuente vale la pena, aunque no pueda visitar a la abuela y me quede desamparado en el centro de la ciudad, piensa. La respuesta vuelve a ser la negativa.

Del otro lado de la fuente, dos hermanitas de cabellos rizados se remojan los pies, tampoco tienen ropa extra y no pueden nadar de ranita, como sí lo hacen algunos niños; su mamá las vigila a unos pasos de la fuente, les sonríe desde lejos y saca algunas fotografías con su celular.

“Mira, algunas mamás no dejan que los niños hagan nada, ni siquiera los dejan comer un dulce porque no quieren que se ensucien. Mis niñas están contentas aquí, las dejo pasar un buen rato, están jugando en la fuente aunque no pueden mojarse completamente como los demás niños, pero las dejo que se diviertan. Hace mucho calor, además yo creo que hasta los adultos quisiéramos estar ahí, pero pues nosotros no podemos”, refiere la mujer en medio de risas, como confesando un gusto culposo.

“Me parece raro que los guardias no vengan a decirnos que no se pueden meter a la fuente. En otras fuentes de la ciudad, por menos que esto nos han retirado. Aquí hay guardias en las entradas pero no nos han dicho nada, pienso que está bien, es parte de la conveniencia familiar, los niños no están destruyendo nada”, comparte otra de las madres de familia.

Remodelación. La Alameda Hidalgo fue remodelada por el actual gobierno municipal de Querétaro; la inversión fue de 56 millones de pesos para mejorar andadores, uniformar bancas y luminarias, colocar cableado subterráneo y en el caso de los accesos norte y sur, recuperar la traza original, todo aprobado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Los accesos a la Alameda son universales, cuentan con rampas y líneas podotáctiles para personas con debilidad visual. Este punto emblemático de la ciudad fue cerrado en enero de este año para comenzar trabajos de rehabilitación, y después de poco más de cinco meses, en junio fue reabierta para el deleite de queretanos y turistas.

“A mí sí me gusta cómo quedó la Alameda, algunos dicen que no se notan los cambios, yo creo valió la pena esperar”, expresa una visitante frecuente a este parque.

Google News

TEMAS RELACIONADOS