Hoy la iglesia de San Antonio de Padua se encuentra de fiesta. Cientos de feligreses se congregan en sus instalaciones para hacerle sus peticiones al santo conocido como el “más milagroso” y no precisamente por conseguirle pareja a sus fieles.

Por tradición, todo aquel que esté interesado en conocer a un buen amor debe voltear a San Antonio de cabeza o ofrecerle 13 monedas para que el santo envíe a la persona adecuada; sin embargo, estas acciones son consideradas como meras supersticiones por la Iglesia Católica.

“Si usted es de las personas que pone “de cabeza” cualquier imagen de este santo como una manera de obligarlo a conseguir novio o novia... debe saber que está cayendo en la superstición y posiblemente en idolatría”, se lee en el portal religioso Aciprensa.

El mismo portal refiere que voltear a San Antonio de cabeza es una práctica no cristiana y que es mejor conocerlo como el “santo de todo el mundo” o el de los objetos perdidos.

El también patrono de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros, se le conoce por encontrar objetos porque un día un novicio le devolvió un salterio que le robó después de que una aparición y oración del santo lo obligó a hacerlo.

En las imágenes de San Antonio de Padua carga un niño Dios porque se dice que se le apareció el infante y lo sostuvo entre sus brazos.

Al patrono se le rezan rosarios, novenas, letanías, la oración breve, oración eficaz, la oración para pedir la Intercesión o la diaria, pero la infalible es la que para muchos es la más confiable y certera.

“Oh bendito San Antonio, él más gentil de todos los santos, tu amor por Dios y tu caridad por sus criaturas te hicieron merecedor, cuando estabas aquí en la tierra, de poseer poderes milagrosos. Los milagros esperaban tu palabra, que tú estabas siempre dispuesto a hablar por aquellos con problemas o ansiedades. Animado por este pensamiento, te imploro obtengas para mí… (menciona tu petición). La respuesta a mi rezo puede que requiera un milagro, pero aun así tú eres el santo de los milagros”.

Aciprensa destaca que el verdadero nombre de San Antonio de Padua era Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo y fue hasta los 25 años cuando se nombró Antonio al volverse franciscano.

Mientras que su milagro más conocido es cuando un joven de nombre Leonardo, en un arranque de ira, pateó a su propia madre. "Arrepentido, le confesó su falta a San Antonio quien le dijo: "El pie de aquel que patea a su propia madre, merece ser cortado." Leonardo corrió a casa y se cortó el pie. Enterado de esto, San Antonio tomó el miembro amputado del joven y milagrosamente lo reunió al cuerpo", se lee en Aciprensa.

Su canonización es considerada como la más rápida de la historia, pues el Papa Gregorio IX lo canonizó menos de un año después de su muerte en Pentecostés el 30 de Mayo de 1232.

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