Ángeles Martínez se convirtió en madre hace un año. Con una licenciatura en Administración de Empresas y más de una década de experiencia en el campo laboral, esa mujer de 34 años no tenía en sus planes renunciar a su empleo. Pero la maternidad y las extensas jornadas laborales no se lograron combinar. Al final, la carga de trabajo sólo le permitía estar con su recién nacido alrededor de cuatro horas al día. Fue por esta razón que el 4 de julio de 2017 decidió salir del mercado laboral y ser mamá de tiempo completo.

Así como Ángeles, alrededor de 50 millones de mexicanos renunciaron a sus trabajos de 2015 a 2017, de acuerdo con los datos disponibles para el primer trimestre de cada año que se reportan en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Esta cifra iguala los 50 millones de empleos formales que se registraron anualmente en el mismo periodo. Lo que implica que estas renuncias cumplirían con un ciclo de rotación de tres años.

Dos de cada cinco trabajadores que decidieron dejar sus cargos, 21 millones 103 mil, lo hicieron por cuestiones como el matrimonio, embarazo o asuntos relacionados con la familia; 80% de las renuncias fueron tramitadas por mujeres.

Frente a las malas condiciones del mercado laboral y la falta de equilibrio entre familia y el mundo profesional, cada año 7 millones de trabajadores, en promedio, se vieron en la encrucijada de elegir alguno de los dos caminos. “Las características de precariedad, informalidad, bajos salarios y pocas prestaciones, que son características del mercado mexicano, funcionan como un desincentivo para que las personas, en especial las mujeres, puedan continuar en sus trabajos”, explica Fiorella Mancini, doctora en Ciencias Sociales de la UNAM.

La necesidad de ganar más dinero, seguir estudiando y el deterioro en las condiciones de trabajo son los motivos de renuncia que siguen en la lista. En estas tres categorías entran 16 millones 578 mil personas, de las cuales, la mitad lo hacen a consecuencia de los bajos sueldos. “Cuando uno habla de renuncia o abandono laboral, hay que entender que tiene que ver con la salida de algo que es muy precario”, explicó Mancini.

En término monetarios, las mujeres están más enfocadas en buscar trabajos que les den prestaciones sociales que las ayuden a proteger el núcleo familiar, mientras que a los hombres les importa más lograr un ingreso que lleve más dinero al hogar, detalla la especialista.

Para Ángeles, abandonar el trabajo no estaba en sus planes a corto plazo. A los 20 años tuvo su primer empleo formal, por lo que estaba acostumbrada a horarios extenuantes e incluso a tener una maleta lista para sus viajes semanales a oficinas en otros puntos del país. “Mi esposo y yo tenemos una carrera profesional y ambos habíamos decidido que los gastos de la casa serían entre los dos”, relata. Su ideal era combinar su trabajo con su labor materna.

Sin embargo, la poca flexibilidad que le daban en su trabajo hizo inevitable la renuncia. Su jornada laboral, entre traslados y tiempo de oficina, se extendía a casi 12 horas. Antes de tomar la decisión de dejar su empleo, intentó convencer a sus jefes de que eliminaran sus dos horas de comida y le permitieran salir más temprano. La respuesta fue negativa. Ser madre y profesionista no era una opción.

Los trabajadores entre 27 y 44 años son más propensos a renunciar por causas familiares. En 47% de los casos que se registraron entre 2015 y 2017, es decir 9.9 millones, el empleado se encontraba en ese rango de edad. De los 27 a los 32 es cuando la familia fue el principal motivo de la renuncia: 3 millones 559 mil mexicanos dejaron su empleo por esta causa, de acuerdo con los datos para el primer trimestre de cada año de la ENOE.

Problema institucional

En los últimos tres años, en promedio, 42% de los trabajadores que renunciaron a sus empleos en el país lo hicieron por algún motivo relacionado con la familia. Pero en 14 estados ese porcentaje está por encima de las cifras reportadas a nivel nacional.

Querétaro lidera esta lista. De los 613 mil 327 mexicanos que respondieron haber renunciado a su último trabajo de 2015 a 2017, 57% lo hizo por algún motivo familiar. Es decir, 349 mil 983 de las bajas fueron por estas causas. Michoacán, Morelos, Nuevo León, Jalisco y Colima son los que siguen en la lista. En estas entidades la mitad de los encuestados dijo que su principal razón para dejar sus empleos fue la familia.

En Aguascalientes, lugar de residencia de Ángeles, la situación no es tan diferente. De los 457 mil 704 trabajadores que dejaron su ocupación anterior, 220 mil lo hicieron por estas causas, dejando al estado en la novena posición dentro de las entidades con más renuncias de este tipo.

Los datos muestran que hay una falta de conciliación entre la familia y el trabajo en casi todo el país. Es tan simple como que “no se tienen guarderías suficientes para cuidar a los hijos en el trabajo. No hay salas de maternidad en espacios laborales. Los malos salarios no te permiten contratar a un cuidador. Todo esos puntos llevan a las mujeres, principalmente, a dejar sus trabajos”, comenta la investigadora.

Durante los nueve meses de embarazo, Ángeles recibió un apoyo total por parte de la empresa en la que laboraba. Pero después del parto todo se complicó. “Si yo hubiera estado en un lugar con una jornada corrida no me habría importado, porque podía salir a las cinco de la tarde y pasar más tiempo con mi bebé. Pero en la compañía se rehusaron a modificar cualquier punto de mi horario”, comenta.

Una guardería tampoco era la solución. No por el acceso, porque ambos tenían prestaciones de ley que les permitía usar las guarderías del IMSS, pero los tiempos no coincidían. El servicio era hasta las cuatro de la tarde y ninguno de los padres podía recoger al bebé, relata Ángeles. Aunque estos servicios son muy efectivos como un apoyo social, el problema es que impactan a muy poca gente debido a la estructura del mercado mexicano. “El país está dividido en dos: un sector protegido con prestaciones y quienes no tienen nada. No tienen seguro ni otro tipo de ayuda”, asegura Fiorella Mancini.

Jornadas de trabajo muy largas, horarios cortos en guarderías y un sueldo poco competitivo fueron los motivos que llevaron a Ángeles a poner en una balanza su crecimiento laboral y su rol como mamá. De los dos, ella fue la que abandonó su trabajo. Además, el ingreso de su esposo era más alto que el de ella, así que la decisión de quién se quedaría en casa estaba tomada.

La situación millenial

Los jóvenes nacidos después de 1980, mejor conocidos como millenials, y que han sido catalogados como una generación que busca el confort y que dura poco en los trabajos, abandonan su empleo en búsqueda de un buen entorno laboral por encima de un buen sueldo. De los 15 millones 512 mil 493 menores de 30 años que renunciaron de 2015 a 2017, 12% lo hizo por las condiciones de trabajo.

A pesar de eso, sus razones pueden variar dependiendo su lugar de origen. “No es lo mismo un millenial de la Condesa que uno que vive en algún municipio de Oaxaca. Sus necesidades son diferentes”, asegura Víctor Chávez de Grupo Human, especialista en reclutamiento. Las otras causas para presentar su renuncia fueron el ambiente de trabajo, las ganas de seguir estudiando y los conflictos con superiores.

Las condiciones para elegir o renunciar a un trabajo casi siempre van a estar determinadas por el género y la clase social del trabajador, asegura Mancini. En el caso de los millenials, sus renuncias están relacionadas con el hecho de que al inicio consiguen trabajos que no los satisfacen, lugares en donde no hacen lo que les gusta. “Incluso en algunos casos se trata de empleos que no están mal pagados. Sin embargo, el ambiente es tan desagradable que eso los lleva a renunciar”, explica la especialista.

Sus deseos por seguir estudiando es otro de los factores que hacen que los millenials busquen nuevas oportunidades laborales. De los 4 millones 252 mil 208 mexicanos que dejaron de laborar por esta causa a su último trabajo, la mitad son menores de 30 años.

Retener a la fuerza laboral

Lograr que los trabajadores se mantengan en un empleo en México es complicado, especialmente por las condiciones actuales en ese medio. La falta de claridad en los puestos y la poca planeación en empresas, las cuales carecen de una estrategia efectiva para capacitar a su capital humano, contribuyen de manera amplia a que los mexicanos terminen por renunciar a un trabajo, asegura Víctor Chávez.

“Las compañías no son claras. No les dicen cuál puede ser su crecimiento; cuáles son sus funciones exclusivas. A eso se le tiene que sumar que no se les capacita. Cualquiera se va a ir de un empleo de ese tipo”, explica el especialista.

Para Ángeles no fue fácil dejar su trabajo. Una parte de ella desea regresar, pero hasta que su pequeño tenga más edad. Por ahora es imposible. “Las circunstancias no son las adecuadas para que yo pueda combinar un trabajo y ser madre. Ya lo intenté y no pude”, asegura la mujer de 34 años de edad.

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