Secas. Así lucen la gran mayoría de las fuentes del primer cuadro de la ciudad durante estos días. Las que hasta hace un tiempo eran usadas por niños para refrescarse, ahora no tienen rastro de agua.

Un grupo de turistas bajan de uno de los autobuses rojos de doble piso. Caminan hacia el templo de La Cruz, cuya fuente luce seca bajo los candentes rayos solares de media mañana en Querétaro.

Esta fuente, cuando se enciende es usada por niños, adolescentes y uno que otro adulto, para refrescarse por unos minutos. Sus chorros de agua brotan del suelo, para luego volver al circuito de agua a través de una coladera en el centro, pero de eso ya hace un tiempo.

No se ven niños corriendo ni jugando entre los chorros de agua. No se ve a los adolescentes divertirse una broma al amigo, al momento de pasar por el chorro de agua, arrojarlo al interior y dejarlo empapado.

Ahora sólo se observa la plancha seca. Quienes por ahí pasan lo hacen de manera rápida, para evitar estar mucho tiempo en esa isla de calor. Sólo los turistas, a paso lento, avanzaban rumbo al templo.

Del otro lado, en la Plaza Fundadores, la fuente que se ubica ahí deja escapar un pequeño chorro de agua por intervalos, pues no está funcionando durante todo el día.

Pese al calor, fuentes en el centro permanecen sin agua
Pese al calor, fuentes en el centro permanecen sin agua

De donde sí sale agua y funciona es de la fuente de La Cruz, de las llamadas “cajas de agua” de las construidas para guardar el agua del acueducto.

Incluso, en El Tanque, sólo una pequeña fuente funciona. El resto de la estructura luce seca.

En Plaza de Armas la llamada “fuente de los perritos” sí tiene corriente de agua. Es usada por los turistas para tomarse fotos. Algunos niños estiran los brazos para tratar de refrescarse las manos, pero son tomados a tiempo por sus padres, para no caer al interior.

La gente se apila en las sombras de los árboles, evitando estar directamente bajo los rayos del sol.

A una cuadra de ahí, la fuente de don Juan Caballero y Osio, en la esquina de Pasteur y el andador 16 de Septiembre, unos ligeros chorros de agua mojan la fuente apenas para que funcione.

Mientras por el andador 5 de mayo se ven pocas personas. Muchos se acercan a la fuente que está entre Plaza de Armas y Corregidora. También tiene una poca de agua, casi nada en su interior.

Pese al calor, fuentes en el centro permanecen sin agua
Pese al calor, fuentes en el centro permanecen sin agua

Peor suerte corre la del danzante, está totalmente vacía. Ni una gota al igual que la que se ubica en el centro del Jardín Zenea, una de las que casi siempre tiene agua, ahora luce seca.

En Plaza Constitución, su fuente circular también está apagada. Sólo es observada por unos cuantos paseantes que se sientan por unos minutos a su alrededor. En una esquina de la plaza, la que contiene agua es la escultura color bronce, de cuya estructura baja el líquido.

En Allende y Madero se ubica una de las más emblemáticas, la de Neptuno. También vacía. El líquido que corre por la misma se ha ido. Pocos son los visitantes que se acercan a contemplarla.

La fuente de jardín Guerrero tiene agua. Sirve para que algunos paseantes se retraten, algunos niños se acerquen a mojarse las puntas de los dedos.

Se avanza por las calles rumbo a Ezequiel Montes. En Pino Suárez y Ocampo una “caja de agua”, la fuente de Santo Domingo, sin una gota de agua.

Fuente danzarina seca. En la plazuela Mariano de las Casas, su fuente danzarina está totalmente seca. A un costado de una llave sólo salen unas gotas, que son recogidas en un plato que un buen samaritano dejó ahí para que las palomas puedan beber y refrescarse.

El panorama en este lugar es incluso desolador. A la vista de todos están las tuberías instaladas para que el agua pueda “danzar” con los ritmos que suelen interpretarse cuando está encendida. Algunos de los tumbos incluso ya muestran señales de óxido, por el tiempo pasado fuera del agua.

Pocas son las fuentes que lucen rebozantes de agua. Una de las que casi nunca está apagada es la ubicada en Universidad y Corregidora, donde la estatua de Ignacio Pérez recuerda su gesta, cuando partió a galope rumbo a Dolores, para decir que la conspiración independentista había sido descubierta.

También está encendida la fuente que está en Universidad y Juárez, usada por algunas personas para mojarse los pies y lavar una que otra prenda de vestir.

Pocas son las fuentes que permanecen funcionando, a pesar de las altas temperaturas y que para muchos sirven para tomar un respiro, sentir la brisa del agua en el rostro y poder refrescarse un poco en estos días, en los cuales las temperaturas han rebasado los 30 grados celsius, temperaturas poco usuales para los queretanos que, aunque acostumbrados al calor, han tomado por sorpresa.

Los habitantes de la ciudad sólo voltean a ver las fuentes vacías y secas. Algunos las miran extrañados, otros con indiferencia, caminando a prisa a la próxima sombra, con la boca seca y los ojos irritados.

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