Nueve árboles de tronco mediano protegen la casa de Trini Orta, del paso de los miles de vehículos que circulan diariamente sobre la carretera 57 (Querétaro-CDMX), a la altura de la comunidad de La Palma, en el municipio de Pedro Escobedo.
A las 03:48 horas del sábado 19 de noviembre, los macizos sirvieron para evitar un posible daño a la zona habitacional por parte de los tres autobuses de pasajeros de las líneas Turistar, Turismo del Centro y Ómnibus de Oriente que chocaron sobre el carril derecho de la autopista, uno detrás del otro, a modo de “carambola”.

“Sembramos esos arbolitos hace unos 28 años, y bendito sea Dios, ya nos han salvado de muchas”, dice a este diario la señora Orta, quien sólo lamenta que los troncos hayan sido el destino final del tercero de los autobuses colisionados, dentro del cual murieron el conductor y un usuario, además de resultar lesionados una veintena de viajeros.

Óscar Núñez, también vecino de la carretera más transitada de México, dice conocer bien los diferentes tipos de accidente que ahí se dan; y en el caso del triple choque, tiene su propia lectura:

“El tráfico ya venía parándose desde muchos kilómetros adelante, parece que desde la caseta de Palmillas. El choque del primer camión apenas si se oyó, el segundo fue más fuerte, pero el tercero fue un trancazo.

“En el periódico salió que el chofer que murió se había quedado dormido. Yo no creo eso, porque alcanzó a dar un volantazo: le pegó en una esquina al segundo antes de ir a parar contra los árboles.

“Yo creo que el carro de en medio no traía luces o bien el de atrás venía como demonio, que es lo más probable. Ya sabe usted cómo son”.

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