El sonido de un motor Volkswagen retumba en el patio del centro cultural Manuel Gómez Morín, donde se celebra este fin de semana la Gran Expo de Automóviles Antiguos.

Algunos curiosos se acercan para ver el motor de esa casa alemana y que monta un Karman Ghia color rojo. Los aficionados a los autos clásicos se reúnen en ese lugar para ver los trabajos de conservación y restauración que hacen sus dueños, así como poder estar más cerca de esos autos dignos de cualquier museo.

En esta ocasión, el evento es organizado por la Asociación Mexicana del Automóvil Antiguo Querétaro, AC, en coordinación con el Club Mustang y Clásicos de Querétaro, al cual le dieron un sentido altruista, pues los expositores sólo tuvieron que cooperar con alimentos para el Centro de Protección de Ancianos, Divina Providencia.

Para los aficionados a los autos clásicos y antiguos, vehículos como las camionetas Ford, Chevrolet, una van Citroën (una rareza en México) así como BMW Isetta (auto de tres ruedas de la posguerra), son valorados por los conocedores, quienes les toman fotografías.

Llama la atención de muchos una VW Combi 64 (del siglo pasado), bitono, verde y blanco. El estado de conservación es inmaculado. La unidad es fotografiada al menos cada minuto por los asistentes.

Por dentro y por fuera la Combi luce en buen estado, aunque su propietario, Javier Said López, dice que le hacen falta detalles. Señala que tiene 12 años con la camioneta y tardó año y medio en restaurarla, aunque dice que hasta la fecha sigue detallando su unidad, “al 100 todavía no está”.

Said explica que a este modelo de la firma de Wolfsburg lo une un lazo emocional, pues en una Combi aprendió a manejar, y siempre le gustaron, pero en la que aprendió a manejar era una combi panel, y siempre andaba en búsqueda de una camioneta más antigua.

Comenta que las camionetas son muy versátiles, pues salieron versiones de todo tipo, desde cabina sencilla, doble cabina, panel, 11, 13, 15 21 y 23 ventanas.

Dice que siempre será oneroso restaurar un vehículo, sin importar que sea una Combi, aunque también depende del grado de conservación o deterioro que tengan las unidades.

“En lo personal con la Combi encontré buena plataforma para empezar la restauración, y aun así le batallamos. Yo creo que de un 100% estaba como a 60%. Le hacía falta hacerles varias cosas, como se le dice, algún refresh. Lo más costoso fue el laminado y pintura. El motor le hicimos algunas cosas”, apunta.

El interior de la camioneta de Said luce impecable, con su gran volante blanco, sus vestiduras en perfecto estado, su cielo perfecto, y su parabrisas que se abre para que se tenga ventilación interior. La Combi esta customizada, esto es, la restauración no es original del todo, sino que tiene algunas modificaciones para personalizarla.

Consejo de un conocedor

Said da un consejo a quienes quieran incursionar en la restauración: que vean muchas opciones, pues comprar la primera unidad que se encuentre, sin tomar en cuenta otras opciones que tengan, puede ser que esté en mal estado y se gaste más en su restauración. “Si compran un coche más deteriorado al final de cuentas les vas a salir más caro”, agrega.

Enfrente de la Combi, un Karman Ghía, modelo 68, color blanco, luce una maleta en la canastilla sobre la tapa del cofre del motor, que va en la parte de atrás. El dueño de este vehículo es Jorge Arturo Beltrán, hombre jubilado.

Dice que hace cinco años que tiene el Karman, el cual lo encontró a un 60% de su restauración, por lo que continuó con la misma, “aunque siempre uno, siendo exigente, cree que siempre le falta algo”.

Los gastos

Indica que es costoso, laborioso y complicado encontrar accesorios de época para los coches. Explica que lo estético lo trata de hacer el mismo, mientras que lo mecánico lo deja para alguien más, pues no le sabe mucho.

“Este modelo fue vendido para el mercado de Estados Unidos, y el 68 fue el único modelo que salió con las cabeceras integradas al asiento. Estos asientos son los originales. Así como los pueden ver, y tienen fibra de coco en lugar de esponja, de eso hacían el relleno de los asientos, y es un olor muy particular a carro viejo.

El motor es el original, un 1500. El carro trae un equipo de audio moderno, pero con apariencia de viejo, con toda la tecnología manos libres, wifi, puertos USB, auxiliares, pero con una vista de auto viejo”, subraya.

Dice que semanalmente se juntan un grupo compacto de amigos para platicar de autos y de la amistad. Los autos se han convertido en una excusa para juntarse, la amistad que hay entre ellos es lo que impera.

“Los carros sin una excusa, y la verdad nos unen mucho los carros. Ahora sí que podemos tener nuestras diferencias, pero lo que nos une es nuestro amor a los carros. Nosotros nos reunimos los jueves porque los carros, aunque sea el amor, ya hemos convivido entre familias, entonces ya es una convivencia más de amigos que de amor a los carros”, indica.

Además de los autos, donde también hay en exhibición Mustang, Shelby, Porsche, Jaguar, Renault, Dodge, se pueden encontrar distribuidores de piezas y refacciones de todas las marcas y modelos.

Asimismo autos a escala de todo tipo, cuyos puestos son también visitados por los aficionados a los fierros, para quienes estos eventos son un placer.

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