En el municipio de Pedro Escobedo, considerado uno de los pulmones con que cuenta el estado de Querétaro, la marca Organika cultiva seis diferentes tipos de lechuga en albercas, productos que vende a cadenas de supermercados como Soriana, HEB y Walmart. Su producción alcanza las 14 mil lechugas por mes, no obstante que se cuenta con la capacidad de duplicar esta cifra, pues sólo se intervienen dos de un total de cuatro albercas disponibles.

Organika es una de muchas empresas de capital 100% mexicano que han apostado por desarrollar la agricultura protegida. Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en 2016 la superficie cultivada en invernaderos registró un crecimiento de 12% en Querétaro, y se prevé que esta tendencia se mantenga durante los siguientes años.

Juan Manuel López, director del área de invernaderos de Organika, explica que las principales ventajas que han encontrado en comparación con la competencia son, por un lado, el sabor de la lechuga —calidad del producto—, y por el otro el tiempo que ésta dura en anaquel, que es de hasta 15 días.

Expone que inclusive otras marcas que también cultivan la planta de la misma manera no realizan acciones que han distinguido a Organika en los casi 14 años que lleva en el mercado. Estas acciones, según López, tienen que ver con la purificación del agua y el origen de la semilla, que en el caso de la firma es totalmente holandesa.

“Nosotros producimos más o menos 14 mil lechugas por mes en dos albercas y tenemos capacidad para 28 mil, e inclusive un poco más. Son seis variedades que manejamos: italiana verde, italiana roja, roble verde, roble roja, francesa y baby”, precisa el experto.

Alta tecnología

El delegado de la Sagarpa en Querétaro, Gustavo Nieto, resalta que sistemas como el utilizado en Organika han crecido de forma importante en Querétaro, y el ejemplo más claro de ello, dice, es el del parque industrial Agropark.

En 2016 este proyecto cumplió 10 años de iniciar operaciones en el municipio de Colón, contando con 180 hectáreas de invernaderos de alta tecnología (61% de la superficie total, que asciende a 295 hectáreas).

Agropark hace alarde de ser el único Centro de Soluciones Agrointeligentes de América Latina. Con 11 empresas instaladas, su producción anual asciende a 81 mil 300 toneladas, 65% correspondiente a distintas variedades de jitomate y 35% al cultivo de pimiento y pepino. El 95% se exporta a Estados Unidos y Canadá.

A mediados del año pasado se anunció que el proyecto entrará a una segunda etapa, en la que se adicionarán 528 hectáreas con el fin de aumentar su producción de hortalizas en 122%. Nieto indica que la razón por la cual se está apostando a este tema, en el caso particular de Querétaro, tiene que ver con el acceso a un mercado muy grande y demandante: el alimentario.

El funcionario acota que el crecimiento registrado en la entidad tiene que ver con grandes productores, muchos de los cuales exportan, pero también con una ubicación geográficamente estratégica que abre la puerta al mayor mercado del país, la Ciudad de México. “Este mercado es el que más te exige calidad, y los productores queretanos están cumpliendo”.

Proceso de cultivo

El proceso en Organika empieza en la parte de germinación, un área en la que se siembran las lechugas para posteriormente ser trasplantadas al agua; en las albercas las plantas permanecen alrededor de cinco semanas. “Una vez que llenamos las albercas de agua ésta se nutre; hay dos fórmulas que tenemos, más otros elementos menores, y vamos nutriendo el agua hasta alcanzar un parámetro de conductividad eléctrica y PH. Cuando logramos esto ingresamos el producto”, explica Juan Manuel López.

El ciclo de producción transcurre en poco más de dos meses, y el precio de este producto en el mercado oscila entre los 28 y los 32 pesos. López señala que actualmente se realizan trabajos para acondicionar las dos albercas en desuso. “Ahorita ya tenemos material para una y teníamos pendiente la otra. Las estamos cambiando porque el plástico que se tenía inicialmente es de un grosor muy delgadito y cuando la gente está trabajando y lo pisa se generan fugas. Estamos poniendo una membrana más gruesa que es muy difícil que se doble y entonces tendremos menos posibilidades de fuga”.

La adecuación de la tercera alberca permitirá a Organika alcanzar una capacidad instalada de 75%, desde el 50% actual. Se estima que el nuevo depósito produzca un promedio de nueve mil plantas al mes, las cuales ya están vendidas.

Otro proyecto que está siendo impulsado al interior de la empresa es la operación de una torre eólica, debido a que en épocas de lluvia se tienen problemas con el suministro de luz.

En este sentido, López explica que al mismo tiempo son épocas de calor y como no se cuenta con una planta emergente de electricidad “nos agarra con el invernadero cerrado o no podemos cerrar, y es un verdadero problema”.

“Lo de la torre eólica lo iniciamos como una forma de tener energías renovables; nos falta el inversor y conectar la luz. Tenemos una segunda torre lista para instalarla y adaptarla”.

Expansión

En Organika también se experimenta con arúgula, fibra de coco y algunos otros productos. Actualmente la firma busca obtener financiamiento público para ampliar sus cultivos a otros frutos como la fresa.

“Nuestra necesidad de crecimiento es dos hectáreas que estamos proponiendo y nuestro proyecto incluye un corredor que conecta las dos hectáreas con los invernaderos actuales, y en medio vamos a poner nuestra área de empaque. Para esto requerimos alrededor de 5 millones de pesos”, precisa López.

El nuevo proyecto de Orgnika está enfocado al cultivo de berries, dos hectáreas que se quieren destinar —la mayor parte del área— al cultivo de fresas. Juan Manuel expone que se buscar incursionar en productos en los que el precio de venta sea constante y estable, para que permita proyectar con más certeza.

“En el caso de los berries hemos detectado que México es el quinto productor mundial, y el tercero en fresa. La demanda del berry ha estado subiendo mucho a nivel internacional, y lo que piden mucho es el tipo de agua con la que riegas eso. Los buenos consumidores ahora empiezan a leer más las etiquetas y se fijan más en el cómo produces”.

Algo que Organika busca lograr en este nuevo proyecto es la certificación de producción orgánica, algo que no han obtenido por el tipo de alberca que utilizan y el residuo que genera el alimento y la fertilización de las lechugas.

“El otro proyecto que vamos a ingresar es de tecnología NGS y es recirculante; con esto vamos a ser más eficientes en el uso del agua. Actualmente no hay ese tipo de tecnología en Querétaro; la tiene FIRA, en Guadalajara y los españoles. Nosotros la queremos poner aquí y es una curva de aprendizaje que como iniciativa privada estamos dispuestos a pagar, pero con la idea de que la gente vea que sí es una buena alternativa y que el producto es orgánico”.

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