Pobladores aledaños a la presa El Zorrillo, en el municipio de Huimilpan, encontraron muertos cerca de ocho toneladas de peces. Al no tener una respuesta por parte de las autoridades, realizaron una colecta para tomar una muestra de agua y llevarla a analizar a un laboratorio particular, pues el vital líquido se emplea para el riego y para darle de beber a los animales.

El señor José Nicolás Ramírez Valdés, presidente de la Asociación de Usuarios de la Presa El Zorrillo, informó que la mantendrán en cuarentena, ya que sospechan que sean químicos y contaminantes de empresas que están en los alrededores las que causaron la mortandad de los animales.

“A mi me avisaron que había una mortandad de peces y cuándo llegamos ya estaba gente de la presidencia que había tomado cartas en el asunto, ya que personas de las comunidades cercanas le comentaron al municipio que habían contaminado el agua y los peces se estaban muriendo”, manifestó Ramírez Valdés.

Explicó que cerca de la presa hay un rancho propiedad del ex presidente municipal y actual senador por Querétaro, Francisco Domínguez Servién, en donde se crían puercos, ganado y algunas gallinas, y en el que se “baña a los animales con químicos para que tengan un mejor aspecto, pero si esa sustancia toca el agua la echa a perder”.

Sin embargo, José Nicolás dejo en claro por el momento no se puede decir que ambas situaciones estén relacionadas.

Los habitantes también sospechan de una fábrica de polvora que está cercana del río que alimenta a la presa y en donde se ha visto que vierten sus desechos. “Parece como petróleo negro y que se va limpiando conforme avanza el agua”, dijo.

Nicolás Ramírez cuenta que cuando llegaron vieron que había muchos peces muertos y que los estaban sacando. “Eran toneladas y los estaban enterrando en una fosa, aparentemente para evitar la contaminación”, explico el presidente de la Asociación de Usuarios.

Después de este suceso fue al municipio para ver quien había tomado cartas en el asunto y a quién le habían avisado y qué era lo que procedía. Cuando llegó le comentaron que se extrajeron algunos peces y fueron llevados a Calamanda para saber de qué habían muerto, pero a la fecha no les han dado ninguna respuesta.

Ellos quieren contar con un certificado de salud en donde les aseguren a los pobladores que el agua que se encuentra en la presa puede seguir siendo utilizada.

Esta es una presa en la que todos los pobladores, desde hace 22 años, toman agua para regar cerca de 30 hectáreas en donde se siembra maíz y frijol para su autoconsumo y para la venta, además de que se llenan los diferentes abrevaderos para dar de tomar el agua a animales, tales como ganado vacuno y porcino; así como para las aves de traspatio: gallinas, patos, guajolotes, entre otros.

Ramírez Valdéz agregó que por comentarios de trabajadores el municipio se enteró que ya había casos de algunos patos que estaban muertos por consumir el pescado contaminado y que temen que dicha contaminación sea algo grave.

Destacó que los ciudadanos ahora no pueden acercarse a la presa por que el agua está olorosa a caño, tiene un color verde, lo que quiere decir que “está muy contaminada”. Nicolás Ramírez sostuvo que los ciudadanos son quienes tratan de buscarle solución a la contaminación de la Presa de El Zorrillo, porque hasta el momento la alcaldesa María Garcíano les ha dado ninguna solución.

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