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Querétaro .— Antonio Mohamed dio la espalda a la cancha justo cuando Camilo da Silva dribló a Jesús Molina. El ‘Turco’ no quería ver, presentía la tragedia que se materializó unos cuantos segundos después.

El rugido de la minoría en las tribunas del estadio La Corregidora confirmó los miedos del director técnico americanista, a quien no hizo falta observar la torpeza de Paolo Goltz en la marca. El simple hecho de perder un juego que sentía suyo (2-3) fue suficiente para desatar su cólera.

Tercera derrota del líder en el Apertura 2014, primera fuera del Distrito Federal. Sin consecuencias numéricas, aunque sí en el rubro anímico. Las Águilas tuvieron un hombre más durante 40 minutos, se repusieron de una desventaja de dos anotaciones, pero fueron derrotadas.

El amor propio del nuevo goleador en el certamen (10 festejos) hizo añicos los sueños cremas. El América coqueteó con un nuevo éxito. Distraerse le costó perder su segundo duelo seguido fuera del Azteca.

Y reactivar la ira de Oribe Peralta, quien volvió a regañar a sus compañeros. Las dos veces que se enfilaron al camerino, las Águilas lo hicieron con la boca seca y la molestia que les provocó ser reprendidos por el ‘Cepillo’, quien explotó debido a los severos despistes de un equipo que, en teoría, cuenta con todos los argumentos para dar la duodécima vuelta olímpica.

Esta vez no existieron insultos, como antes del entretiempo. La amargura sí fue la misma, producto de la impotencia y frustración.

Al lagunero más lagunero le dolió demasiado observar a la distancia cómo Camilo da Silva dejó claro que Ronaldinho no es la única arma del Querétaro, al que la dramática victoria le devolvió a la zona de Liguilla.

Firmó dos (24’ y 92’), pero también se llevó todo el mérito en el feroz contragolpe resuelto por William da Silva (44’). Inesperado héroe de una batalla que tenía en ‘Dinho’ y el ‘Hermoso’ a sus candidatos para ocupar el espacio principal de la marquesina.

Peralta puso de su parte con aquel chispazo que representó el inicio del despertar crema (65’), para regocijo de la mayoría de los asistentes. Quedó claro que la magia de Ronaldinho puede ser opacada por una de las elásticas históricas del balompié nacional.

Aunque el regocijo fue colectivo durante la segunda mitad, esa en la que parecía cuestión de tiempo para que el América obtuviera su décima victoria en el Apertura 2014.

Pablo Aguilar tuvo el tanto de la victoria, justo después de la fantástica definición de Ángel Mendoza (74’). El ‘Quick’ aprovechó el preciso servicio de Michael Arroyo. El asfixiante dominio visitante rendía frutos. También la expulsión de Ricardo Osorio (51’), quien se marchó del campo con la preocupación tatuada en el rostro.

Sabía que la desventaja numérica representaría una carga muy pesada con el Querétaro, mas no contaba con el amor propio de ese depredador brasileño capaz de hurtarle reflectores a su ilustre paisano.

Osmar Mares no alcanzó la pelota suavemente tocada por Camilo, acción que Mohamed no quiso ver. Conocía el frustrante desenlace. Oscura noche para el puntero, justo antes de enfrentar el Clásico de clásicos.

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