Es una de las 24 voces del otro lado de la línea de emergencia 911, número que desde el pasado 9 de enero se instituyó en Querétaro —al igual que en todos los estados del país— con el fin de homologar el servicio de la atención de emergencias. Mary cumplió 11 meses de trabajar en el Centro de Control, Comando, Comunicación y Computo (C4) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del estado.

Psicóloga desde hace cuatro años y técnica en urgencias médicas desde 2006, se desempeña como la operadora 51 del Centro de Atención estatal. Con treinta años de edad, después de vivir de cerca todo tipo de emergencias como socorrista voluntaria en diversas organizaciones, Mary aceptó que su reto es mayor ahora, a distancia, únicamente vinculada con su voz ante una posible situación de emergencia.

Reconoce en ese conocimiento su mayor fortaleza para que su aporte finalice con éxito, como aquella vez que logró asistir a un hombre para que él a su vez, ayudara a su esposa a dar a luz, pues cuando arribó la ambulancia, la pareja ya tenía a su hijo entre sus brazos.

Escuchar el llanto del bebé al otro lado de la línea y saber que su conocimiento llevó a buen puerto una llamada de emergencia real son las satisfacciones que alimentan el espíritu de su labor dentro de una institución estatal, más allá de lo que ingresa como sueldo.

“El servicio que me ha marcado hasta el momento fue una labor de parto, porque ya no era estar en calle, ya no podía estar atendiendo con mis manos, sino me apoyé a través de la línea con el esposo de la persona y él fue mis ojos, mis manos, tuve que guiarlo y afortunadamente fue una bebé que nació ahí en su casa.

“Pero cuando llegó la ambulancia, la bebé acababa de nacer pues se escuchaba como lloraba del otro lado de la línea, así que es algo que te deja una satisfacción distinta, porque ya no lo hiciste tú, pero cuando escuchas el llanto dices: ya se hizo el trabajo”, rememoró con gusto.

Atraída por las ambulancias

Mary pensó que por su experiencia, al contar con la licenciatura en psicología y técnico en urgencias médicas, quizás en el C4 podría encontrar una oportunidad para trabajar.

“Ingresé como técnico de urgencias médicas porque de pequeña me llamaba la atención ver una ambulancia en la calle, las torretas, las luces, el sonido, por lo que me metí a estudiar un curso básico con la finalidad de saber poner inyecciones; estando ahí me di cuenta que era algo totalmente distinto”, platicó la operadora telefónica a EL UNIVERSAL Querétaro.

Conocer de primera mano las vicisitudes del oficio hizo que Mary reconociera el ser rescatista como una labor “más emocionante, con mayor adrenalina, pues cuando tuve mi primer contacto con la gente me di cuenta que necesitaba estudiar y prepararme más para saber lo qué estaba haciendo y hacerlo bien”, añadió.

Su desempeño la adentró en el área de la sicología, pues pudo entender que “algunas personas sólo necesitaban algo distinto, un acompañamiento, escuchar una palabra de apoyo”.

De primera instancia ella se abocó por la medicina e hizo su examen de ingreso en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), pero no logró el pase. Su segunda opción fue psicología, y con el transcurso de los semestres se dio cuenta que también podía desempeñarse en la cuestión de salud.

“Me dije ¿por qué no?, me aventuré a estudiar psicología, ya estando dentro me enteré que había un área de intervención directamente en la psicología de la salud de los socorristas y quise conjugar esa parte de las ambulancias y el técnico en urgencias médicas”, contó.

Una experiencia diferente

Con el antecedente como Técnica en Urgencias Médicas, Mary supo lo que era la atención de servicios de auxilio. Una labor presencial, en el momento. Ahora es diferente, pues su reto es convertirse en un verdadero apoyo para alguien en un momento crítico sin estar presente.

“Yo misma me preguntaba sobre qué haría a través de una línea telefónica con la experiencia que tengo que es completamente de calle, pero atender y saber requiere de muchas cosas para ubicar, para saber qué se tiene que hacer.

“También, al momento de recibir una llamada te debes imaginar toda esa parte de la situación que te está diciendo la persona del otro lado de la línea, debes tener inteligencia para saber qué preguntar y te dé mayores indicios de lo que está viviendo”, explicó la operadora 51.

Sin duda, Mary consideró lo anterior como “una parte esencial” al momento de atender una llamada. “Está imaginación e inteligencia para hacer una pregunta específica con la que puedas tener mayores datos para decirle a la persona qué hacer y cómo decírselo, esa es la tarea difícil, te tienes que tranquilizar, hay que tranquilizar a la persona, aplicar la parte de la psicología incluso, para saber y dar una instrucción especifica de trabajo”, agregó la también socorrista que tuvo su primer contacto con el área de servicios de auxilio en el municipio de Colón, en el área de Protección Civil y después vino su preparación académica.

Operadora preparada, Mary regresa a su estación de trabajo después de la entrevista para seguir apoyando a los queretanos que los soliciten. Las emergencias no descansan ni avisan, así que alguien debe estar del otro lado de la línea del 911 en caso de que se necesite.

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