De acuerdo con las proyecciones de la Población de México 2010-2050, la tasa de embarazos en adolescentes, hasta el año 2013, se estimaba en 66 por cada mil jóvenes a nivel nacional, mientras que en Querétaro esta cifra se ubicó en 57.3, informó el Consejo Nacional de la Población (Conapo).

Entre las adolescentes que tuvieron un primer hijo, 30.1% declaró nunca haber usado algún método anticonceptivo, el resto lo comenzó a usar después de dar a luz.

“De las adolescentes con vida sexualmente activa, poco más de la mitad, 54.9% dijo hacer uso de algún método anticonceptivo, por entidad federativa hay un mayor porcentaje en el uso de métodos, en el estado de Querétaro se observa un 76.5% de uso, en Chihuahua 72.5% y Yucatán 72%, en tanto que las entidades con menor porcentaje de uso son Oaxaca 41.4%, Jalisco 40% y Chiapas 31.6%”, menciona el documento.

Los tres métodos de planificación familiar que fueron los más usados a nivel nacional fueron los condones masculinos en 39.1%, el Dispositivo Intrauterino DIU 23.2% y las pastillas e inyecciones 10.4% cada uno. Sin embargo, la preferencia en el uso de estos métodos varía regionalmente pues en entidades como Puebla, Querétaro y Distrito Federal, por ejemplo, se usó principalmente el condón (61.0%, 59.3% y 56.7%, respectivamente), en Sinaloa las pastillas (32.0%) y el DIU (31.3%), y en Zacatecas el DIU (52.3%).

Quienes desean espaciar o limitar el nacimiento de sus hijos, pero que no hacen uso de métodos anticonceptivos representan 24.6% entre las adolescentes, cifra relativamente elevada en comparación con los demás grupos de mujeres en edad fértil.

El pasado viernes 23 de enero, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, presentó la Estrategia Nacional de Prevención del Embarazo de Adolescentes, medida con la las autoridades buscan reducir, para el año 2030, en 50% la tasa de fecundidad en mujeres los entre 15 y 19 años.

La estrategia que presentó se basa en ocho ejes fundamentales: interescolaridad; ciudadanía y salud sexual y reproductiva, perspectiva de género, curso y proyecto de vida, corresponsabilidad, participación juvenil, investigación y evidencia científica y evaluación y rendición de cuentas, además de 90 líneas de acción.

Ante la presentación de estas acciones por parte de la federación, la representación, en México, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) destacó el trabajo y esperan que se tengan resultados positivos ante ellos.

“Todos los jóvenes tienen derecho a estar bien informados para de esta manera poder tomar decisiones que afectan su vida, porque el embarazo adolescente implica muchos problemas, empezando por los bebés que tienden a nacer con graves problemas porque las madres no están equipadas”, fue el posicionamiento del organismo internacional.

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