Mientras agita un abanico frente a su rostro, cuidadosamente maquillado y enmarcado por una ondulada cabellera rubia, la actriz y activista transgénero, Roshell Terranova, recuerda que cuando inició su transición no existía un espacio al que pudiera acudir para recibir orientación sobre lo que estaba experimentando.

No había ni iniciativas a favor nuestra. Yo pertenezco a la generación en la que travestirse y andar en la calle era un delito, y te podía vulnerar desde un servidor público hasta la sociedad misma, bajo la creencia de que estabas faltando a la moral”, dice, y afirma que por este motivo, muchas personas vivían su transición a solas, recurriendo a la automedicación y al uso de sustancias nocivas para la salud.

Así que Casa Club es un refugio y una trinchera”, manifiesta con satisfacción, y explica que el lugar arrancó siendo una simple estética que prestaba servicios de belleza a la comunidad LGBTTI+, y con el tiempo —a petición de los asistentes—, se convirtió en un centro donde se ofrecen cursos y talleres, además de acompañamiento legal, médico y psicológico.

Empecé en el activismo gracias a mi amiga Gloria Davenport, junto a quien me di cuenta de que no nada más era la parte de afuera lo que teníamos que cambiar, sino también lo de adentro. Con el tiempo fuimos agregando más cosas, buscamos asesoría legal para saber qué terreno estábamos pisando y acompañamos a personas que deseaban un cambio hormonal bajo la asesoría de especialistas, para que lo hicieran sin dañar su salud”, relata.

Fundada en 2004, la “Casa de trans-formación”, como lo nombran algunas personas, es un club donde por las noches converge la diversidad y se presentan diferentes espectáculos de cabaret.

Casa de trans-formación, es un sublema que quiere decir que la gente que viene vive su noche de chicas. Entran como varón, viven su noche y luego vuelven a insertarse en la sociedad. Esta población de la que te hablo –travestis sobre todo–, necesitan de esa privacidad, porque en ningún otro lado lo pueden hacer, y algunos nunca llegarán a asumirlo del todo, porque ya tienen una vida de varón construida, con hijos y tal vez hasta nietos; de hecho hay personas de edades muy avanzadas, que por el momento histórico que les tocó vivir, nunca se atrevieron a dar el paso”, asegura.

En la pantalla grande

La visita de la actriz a la ciudad se dio en el marco de la sexta edición del Festival Internacional de Cine Documental Querétaro 2018, donde tuvo lugar la proyección del filme titulado “Casa Roshell”, realizado por la directora chilena Camila Donoso en 2017, en el que se presentan diversas historias reales con tintes de ficción, sobre algunas personas travestis, transexuales y transgénero que han pasado por el Club del que habla la actriz.

“Es una transficción del género, como lo cataloga Camila, porque habla de diferentes historias que transgreden la realidad; desde cómo llega alguien a travestirse, cómo vive un viernes cuando hay un show en la Casa, hasta cuando se acaba la fiesta y todo mundo regresa a su realidad”, comenta.

Esta producción, que fue estrenada en Berlín y ha sido proyectada en diferentes festivales y centros culturales de Europa, Asia y América, se suma a otras cuatro piezas cinematográficas en las que ha participado Roshell: “Aplausos para vivir”, (2004) y “Las otras familias”, (2008), en las que comparte su testimonio como mujer transgénero y madre.

Al finalizar la proyección, se llevó a cabo una mesa de diálogo titulada “Representación y reconocimiento de la diversidad sexual”, en la que además de la participación de Roshell, estuvieron presentes la investigadora Silvia Ruiz Tresgallo y la activista por los derechos de las infancias trans, Karen Becerril.

bft

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