Un día de 1985, un cargamento de figuras religiosas destinadas para el negocio de don Anselmo Paredes sufrió severos daños: cerca de 30 Niños Dios se quebraron y para no perder sus ventas, el comerciante intentó repararlos. Algunas de sus figuras se pudieron comercializar, sin embargo, muchas otras fueron mal restauradas, aunque fue por causa de este accidente que aquel vendedor descubrió una de sus mayores pasiones: el rescate de nacimientos.

A don Anselmo se le ve casi todos los días sentado afuera de su negocio, el cual está ubicado a un costado del Santuario Guadalupano del municipio de San Juan del Río, lo rodean varios ‘Niños Jesús’ que parecieran mirarlo, con los dedos rotos o sin nariz , esperando pacientes por su restauración.

Las manos de aquel comerciante están manchadas de yeso y colores melocotón, y más durante estas fechas en que incrementa la demanda de servicios de restauración, pues las familias queretanas quieren tener a su ‘niñito Dios’ bien presentable para celebrar la fecha de su nacimiento.

Lo que hace 30 años fuera un acto desesperado por rescatar los modelos que don Anselmo pretendía vender en una temporada navideña, se ha convertido en una actividad de tradición, relajación y también un medio de ingresos económicos; no obstante, el restaurador reconoce que las primeras piezas reparadas fueron para él un desastre.

“Muchas de las piezas que se dañaron terminaron peor de lo que estaban, ya que no sabía igualar su color, tampoco sabía cómo repararlas; con el paso de los años fue mejorando mi trabajo y ahora es un gusto poder hacerlo, pues me permite ganarme un dinerito extra”, dice con Anselmo.

Poco a poco fueron llegando más personas al negocio de don Anselmo a pedirle su apoyo para restaurar sus figuras, hasta convertirse en una actividad productiva que con gusto adoptó el comerciante.

“La gente escuchaba que reparaba Niños Dios y así fueron llegando más clientes, ahora las personas ya conocen mi negocio, todo el año tengo actividad, aunque durante estas fechas es mayor y ya no me doy abasto. En esta época ya no me comprometo a arreglar más imágenes porque no podría cumplir con los encargos que ya tengo”, reconoce el señor Anselmo.

En este mes han sido más de 700 Niños Jesús que han llegado al taller del comerciante para ser restauradas; todos deberán ser entregados a sus propietarios antes del 24 de diciembre, que es cuando esperan colocarlos en el pesebre de su nacimiento.

Por las manos de don Anselmo han pasado verdaderas reliquias que él prefiere no tocar demasiado para no estropearlas.

“Algunas familias ni saben lo que tienen en sus casas, son Niños Dios muy antiguos, con pinturas originales, a simple vista se les ve su valor y en esos casos casi no les hago mucho, porque perderían su valor”, dijo.

Incluso el restaurador ha tenido la oportunidad de reparar esculturas de madera antigua y que los propietarios desean conservar en buen estado, por el valor sentimental que representa para ellos.

Don Anselmo ha aprendido a restaurar figuras de yeso, resina, madera y cerámica; también ha restaurado reliquias de madera de más de 100 años de antigüedad.

Para el ‘doctor’ de ‘Niños Jesús’, cada trabajo es diferente, las estatuas más pequeñas representan para él un mayor esfuerzo y su rescate es más costoso.

De 30 pesos a mil 500 pesos son los precios establecidos por restaurar este tipo de figuras, pero las familias están dispuestas a pagar estas cantidades con el único fin de conservar estas piezas invaluables.

Algunos encargos especiales llevan más tiempo y son más costosos. “Al taller me llegan muñecas muy antiguas; también arreglé unas piezas de la Iglesia de Tecozautla, en el estado de Hidalgo, son trabajos muy difíciles pero sí los hago y se tiene que cobrar caro por estos trabajos especiales”, reveló.

En los últimos días llegó al negocio del restaurador una pieza muy antigua de un santo montado en un caballo; don Anselmo refiere que se trata de una figura religiosa con pintura que no debe ser alterada para no perder su valor.

En esta pieza hará un trabajo minucioso de reparación, cuidando no alterar la figura que carece de una pata del equino.

Como ésta son muchas otras las figuras de santos que llegan al establecimiento de don Anselmo para ser reparadas; en esta tarea, el comerciante tiene actividad para todo el año, pero refiere que a partir de noviembre incrementa considerablemente su labor, pues es durante este mes en el que se acercan las fechas decembrinas, en que las familias desempolvan sus nacimientos para exponerlos en sus hogares.

Pasado el 24 de diciembre, disminuye la actividad de restauración en el establecimiento y se reanuda la labor en los primeros días de enero, pues algunas familias que no alcanzan un espacio para rescatar a sus ‘Niños Dios’ esperan por lo menos tenerlo en buenas condiciones para el 2 de febrero, fecha en la que se celebra el Día de la Candelaria.

Aunque la antigüedad de algunos ‘Niños Dios’ les confieren un alto valor monetario, al taller del señor Anselmo llegan figuras con una valía sentimental superior a cualquier precio a la venta, asegura el reparador.

“Las familias tienen un cariño especial por sus Niños Jesús, pueden llegar a mi negocio imágenes que se comercializan a no más de 60 pesos, yo les digo a las personas que se los reparo en no menos de su valor, que mejor compren otro, pero los clientes le tienen afecto a su figura porque durante muchos años han estado en sus nacimientos y me insisten para que se los restaure”, comenta.

A pesar de que lleva muchos años de dedicarse al oficio de restauración, el señor Anselmo Paredes planea dejarlo en unos años; una de sus hijas le ayuda actualmente en algunas reparaciones pero no tiene certeza de que ella quiera continuar con la actividad.

Mientras tanto, don Anselmo ha apoyado a otros comerciantes cercanos a la parroquia en la labor de restauración y les ha compartido su experiencia adquirida con la práctica para que también puedan ofrecer este servicio a las familias de San Juan del Río.

“Hay otros compañeros que se dedican a la restauración de imágenes en San Juan del Río, yo les he enseñado a algunos, aún les falta por aprender, pero es un gusto que se interesen en esta actividad”, aseguró.

Don Anselmo aprecia la actividad de restauración, le gusta rescatar los ‘Niños Dios’ de miles de familias en San Juan del Río, sabedor del valor que representan todas estas figuras para sus propietarios.

“Son figuras muy delicadas de tratar porque tienen un valor muy importante para las personas. Aunque en algunos casos les saldría más barato comprar otra imagen, las personas llevan años colocándolos en sus nacimientos y no quieren desprenderse de ellos. Hay bebés que llegan en muchos pedacitos y ellos los quieren rescatar porque los aprecian, por eso hago estas restauraciones con gusto”, finalizó.

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