Para Carmen Valdez González, haber sobrevivido al cáncer de mama que la atacó a los 29 años de edad, representó una oportunidad de revalorar su existencia y apoyar a mujeres que sufren ese mismo mal.

“El cáncer para mí fue un regalo excepcional con una envoltura extravagante”.

A siete años de haber vivido el calvario de quimioterapias, radioterapias y la extirpación su seno derecho, Carmen se siente fuerte. Le daban ocho meses de vida, pero su lucha personal, dice, superó todo diagnóstico.

Fue la inflamación de un ganglio debajo de la axila la primera señal de alerta que tuvo, por lo que decidió acudir a un médico general, quien le diagnosticó cáncer. Pero tras los estudios a los que se sometió, supo que la enfermedad había atacado dos años atrás sin que hubiera padecido algún síntoma. Le diagnosticaron cáncer en fase tres, por lo que se sometió a una mastectomía radical por lo que le extirpación de 18 ganglios.

“No tenía síntoma externo anteriormente. Para cuando me diagnosticaron la enfermedad tuvieron que intervenirme de urgencia”.

Relata que durante dos años se sometió quimioterapias y radiaciones; posteriormente se sometió a hormonoterapia durante un año en el Instituto Mexicano del Seguro Social de Querétaro. Pero la cirugía inicial le fue realizada en un hospital privado de San Juan del Río, porque recuerda que el IMSS ofrecía citas a largo plazo, “para cuando me atendiera el seguro hubiera sido tarde”.

Terapia

Lo más difícil para Carmen fue recuperarse anímicamente de todo el proceso. Por ello acudió al Grupo Reto, organización de la que ahora forma parte, donde se ayuda a mujeres con este padecimiento. Las terapias sicológicas que le ofrecieron fueron determinantes para soportar el tratamiento. “A veces las emociones son las más importantes para superar el cáncer”.

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