A casi seis meses de que se hizo cargo de los programas nacionales contra el hambre, Luis Enrique Miranda Nava dice que durante sus recorridos por el país ya se ha visto “conmovido” por la pobreza.

“Claro que sí me he conmovido por muchas cosas. Ojalá tuviéramos tiempo de irlas retomando. Me han conmovido niños, ancianos, mujeres, madres solteras en pobreza. Pero también he visto y obtenido muchas sonrisas. Y es, entonces, cuando te das cuenta de que vale la pena este trabajo”, responde el secretario de Desarrollo Social (Sedesol) durante una entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro.

Extrovertido y dicharachero, como suele mostrarse en sus discursos, Miranda Nava llegó esta semana a la capital queretana, para encabezar un acto de su dependencia en la desfavorecida comunidad de Santa Rosa Jáuregui. Apenas tomó el micrófono, soltó un mensaje de tipo provocador (sello que también lo ha caracterizado) dirigido a los migrantes mexicanos que laboran en Estados Unidos, así como a sus autoridades:

“El otro día me regañaron en la prensa, porque dije que los migrantes se rompían la madre allá en EU. Pero yo les decía: vamos a rompérsela a la pobreza. Y que no nos espanten, por más pelos de zanahoria que tengan algunos, que no se espante nadie, porque los mexicanos somos buenos para trabajar aquí y en donde sea; que nadie nos haga menos”, dijo.

Durante la charla con este diario, acepta que el tono relajado de su retórica puede atribuirse a su manera “optimista” de ver los problemas.

En el caso de los actuales conflictos de vecindad con el país del norte, insiste en tener una visión positiva:

“No tengamos miedo. Dígaselo a su auditorio, escríbalo: No hay que tener miedo. Para enfrentar cualquier adversidad, hay que ir echados para adelante. Lo más importante es que, al final de cuentas, nos esté yendo bien como país”, puntualiza.

Defensor de la gestión de Enrique Peña Nieto, a quien alude seis veces durante la entrevista y otras tantas durante su mensaje ante mujeres beneficiarias de programas sociales, menciona que suele hacer énfasis en difundir la figura presidencial y las tareas de gobierno porque “debemos contar también lo bueno”.

Nacido en Jilotepec, Estado de México, con licenciatura en derecho por la Universidad Isidro Fabela de Toluca, Miranda fue secretario de Finanzas (1999-2005) del ex gobernador mexiquense Arturo Montiel Rojas y, posteriormente, secretario de Gobierno del mandatario que lo sucedió, Enrique Peña Nieto (2005-2011).

Fue así que Luis Miranda se convirtió en “uno de los operadores políticos más confiables” del actual presidente y también en “su compadre”, según aseveran politólogos.

Dentro del gabinete peñanietista, fue subsecretario de Gobierno en la Secretaría de Gobernación y, desde el pasado 7 de septiembre, es titular de la Sedesol, convirtiéndose en el tercer responsable de esa dependencia en lo que va del sexenio.

Donde le sirva a México y al presidente, ahí estaré”, advierte Miranda Nava, quien es simpatizante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde la infancia.

¿Cómo se siente dirigiendo la Sedesol? ¿No extraña sus viejos tiempos en el Estado de México, cuando quizá gobernar era más sencillo y los problemas del país eran mucho menores?

(Ríe). Bueno, creo que de ninguno de estos puestos puede decirse que sean sencillos. Todos son complicados, todos tienen su dificultad; algunos se asumen de una forma, otros de otra. Pero en todos los casos, creo que uno siempre tiene que poner el mayor esfuerzo para que el ejercicio de estos satisfaga la expectativa de quien nos los ha confiado, de quien nos ha dado la oportunidad. En mi caso, el presidente de la República.

Usted ha acompañado al presidente Enrique Peña Nieto durante al menos diez años de trabajo. ¿Cómo ha visto, desde el gobierno, la evolución que ha tenido México en ese periodo? ¿Estamos mejor o peor?

Bueno, desde luego que estamos mejor. Me parece que los actuales indicadores sociales nos hablan claramente de que hoy tenemos un país con menos carencias, con más educación, que tiene mejores resultados sociales.

Me parece que hoy tenemos reformas políticas que fueron buscadas por muchos años y que, ahora, son fundamentales, tales como la energética, la educativa, la de telecomunicaciones, la reforma laboral.

¿Eso es suficiente?

Pues, como un ejemplo, yo lo invito a revisar el estado de cuenta de su teléfono celular. Compare el monto con lo que pagaba hace tres años y verá la diferencia entre el precio de antes y el de ahora. Hemos mantenido una canasta básica con una inflación muy tolerable, no hemos crecido inflacionariamente, sino que ha sido al contrario.

El presidente de la República ha sido muy responsable en el tema de las finanzas públicas y, también, en asegurarse de que ningún problema, por mayor o menor que pueda ser, afecte la aplicación de los programas de desarrollo social, por ejemplo.

Cuando se iniciaba en la carrera política, ¿alguna vez pensó que llegaría a dirigir la Secretaría de Desarrollo Social ? ¿Qué tendría la responsabilidad de combatir la pobreza en México?

Bueno, uno se prepara para todo, y me parece que cualquier responsabilidad es importante para el gobierno. Uno tiene que prepararse y estar listo para ejercer la posición que más le sirva al país y, también, para la que más le sirva al presidente. Donde yo le sirva a él, ahí estaré. Si bien antes serví cuatro años en la Secretaría de Gobernación, ahora en Sedesol estoy sirviendo con mucho ánimo, con mucho interés, con muchas ganas. Al final de cuentas, es lo mismo, servir a México y servir al presidente.

Ya sólo le quedan dos años a esta administración. ¿Cree usted poder lograr algo significativo en materia de combate a la pobreza?

Por supuesto. Ese es mi trabajo, mi labor de todos los días y también del presidente y de todos mis compañeros del gabinete. Es, también, la tarea de todas las secretarías del gobierno federal. Porque hay qué ver que son 26 dependencias las que estamos trabajando todos los días en esta lucha tan importante, como es el combate a la pobreza.

¿Tiene la Sedesol una estrategia para contrarrestar la posibilidad de que el presidente estadounidense Donald Trump cumpla su amenaza de devolver a nuestro país a tres o más millones de pobres?

No. La Sedesol sola, no. Pero sí la tiene el gobierno de la República, si lo vemos en su conjunto. Ahora mismo, se está trabajando en que se dé en México un mayor crecimiento, en impulsar el consumo interno, en crear más y mejores empleos.

Vea usted, en Querétaro, por ejemplo, las empresas de otras partes del mundo están viniendo. Este estado es un buen ejemplo de que hacemos muchas cosas buenas. Hay, cada día, más personas que están abriendo nuevos mercados, muchos de ellos muy distintos a los tradicionales. Se han generado muchos autoempleos, mayores proyectos productivos.

¿Es optimista frente al potencial daño que pudiera causar Trump a nuestra economía?

Claro que soy optimista. Y yo le diría, también, con mucho énfasis, que no tengamos miedo. Por favor, dígaselo a su auditorio, escríbalo: no hay que tener miedo. Ante cualquier adversidad, hay que ir echados para adelante.

Creo que lo más importante es que, al final de cuentas, nos está yendo bien como país. Hoy tenemos más empleo, nuestro ingreso es mejor. En enero, simplemente, tuvimos 80 mil nuevos empleos, que no se veían desde hace mucho tiempo. Piense que en cuatro años y medio que lleva esta administración, hemos creado dos millones 600 mil empleos. Esa cifra es mayor a la que logramos como país en todo el siglo XXI.

Así pues, yo digo esto y lo defiendo, porque hay que contar también lo bueno; contar las cosas que se hacen bien y que de verdad cuentan mucho.

Pero el país ha entrado en una situación de alerta económica y en un recorte presupuestal. ¿No afectará eso la aplicación de los programas de pobreza?

Bueno, el lunes pasado, precisamente, el presidente de la República se refirió a ese riesgo de recortes y fue muy claro. Vamos a hacer todo lo que sea necesario para que los programas sociales no se vean de ninguna manera afectados. Ciertamente, estamos pasando por una situación difícil, pero en el caso concreto de la Sedesol, yo no veo nada que nos impida cumplir con todos los programas sociales que tenemos por aplicar y los que vamos a continuar.

En el caso de Querétaro, ¿cómo ve la situación de pobreza? ¿Qué planes tiene la Sedesol para extender sus programas? Aún 11 de sus 18 municipios no están inscritos en la Cruzada contra el Hambre (Landa de Matamoros, Peñamiller, Humilpan, por ejemplo).

Como lo acabo de decir a un programa de televisión, con Querétaro estamos muy optimistas, porque este es, de hecho, uno de los estados con mayor crecimiento del país y eso genera siempre resultados positivos.

Hay que ver que la Estrategia Nacional de Inclusión es transversal; es decir, que no sólo corresponde al gobierno federal, sino también al gobierno del estado y a sus 18 municipios. Pero todo va muy bien. Yo acabo de hacer una evaluación con funcionarios federales y locales, y he visto que los resultados son muy buenos.

Evidentemente, será dentro de unos meses cuando con el Coneval publique sus resultados sobre la situación de la pobreza en todo el país, pero aquí esperamos ver una disminución muy importante de la pobreza. Sabemos que en la entidad hay todavía 77 mil personas en pobreza extrema y por supuesto que nos importa que todas salgan adelante. Creo que así será.

Hace años, el desaparecido escritor e indigenista Fernando Benítez dijo que los políticos que recorrían los rincones más pobres del país perdían sensibilidad y que nunca se conmovían con la pobreza. Usted, en sus recorridos, ¿se ha conmovido con algo en especial? ¿Una anécdota que quiera contarnos?

Claro que sí me han conmovido muchas cosas. Ojalá tuviéramos tiempo para irlas retomando. Me han conmovido niños, ancianos, mujeres, madres solteras en pobreza. Pero también, durante los viajes, he visto y obtenido muchas sonrisas. Y es, entonces, con todas esas sonrisas, cuando te das cuenta de que sí vale la pena hacer este trabajo y estar en esta posición.

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