Los robos en las áreas comunes de la Central de Abasto de Querétaro han disminuido más de 70% desde la colocación del sistema de video vigilancia, informó el presidente del lugar, Gabriel Solís Luján.

Explicó que con este proyecto se buscó reducir los hurtos, sobre todo a los clientes, pues se corría el riesgo de perderlos debido a la inseguridad; entre las principales afectaciones que tenían detectados era el robo de cajas de plástico, en las cuales la gente transporta sus mercancías.

Para la colocación de cámaras, el enlace con el centro de control y la oficina donde se encuentra el equipo se destinaron alrededor de 600 mil pesos, sin embargo, el encargado de administrar la central dijo que aún hay pendientes en el área, como una mejor coordinación entre el personal.

Respecto a la vigilancia general se apoyan en las autoridades estatales y municipales para estar atentos ante cualquier anomalía en los alrededores, pues dijo, los delincuentes suelen realizar sus actividades entre las tres y cuatro de la madrugada, hasta el amanecer, pues aprovechan la oscuridad para pasar desapercibidos.

En cuanto a los negocios, cada uno debe tomar las medidas necesarias para protegerse de manera interna, aseguró que 60% de los locatarios ya cuentan con cámaras en cada bodega, esto porque los principales robos que reportan los comerciantes son dentro de sus instalaciones, lo que también conocen como “robo hormiga”, el cual en ocasiones es realizado por los propios empleados.

Pierden tranquilidad en carreteras

El líder de la Central de Abasto de la entidad afirmó que este tipo de casos de inseguridad se viven en todas las terminales de venta del país, por lo que se trabaja de manera interna; sin embargo, habló de la delincuencia que se enfrenta a diario fuera de las centrales, sobre todo en carreteras.

En lo que va del año se han reportado 15 unidades robadas, principalmente en los caminos de Jalisco y Michoacán, por lo que dijo que ya no tienen tranquilidad para transportar sus mercancías por cuenta propia.

Declaró, para EL UNIVERSAL, que muchos comerciantes se han visto en la necesidad de quitar los membretes a sus unidades, lo que antes funcionaba como publicidad, ahora se ha convertido en un referente para tenerlos ubicados y de esta forma estar al alcance de las extorsiones.

Incluso, aseguró, que saben a dónde se lleva cada uno de los cargamentos, aunque sea por medio de empresas de fletes, lo que los deja indefensos ante esta problemática.

Solís Luján concluyó diciendo que cuando suben los precios de los alimentos, en ocasiones se debe a la situación social, y no al tema de acaparar el producto. Explicó que los productores pagan derecho de piso para poder trabajar y los transportistas pagan por circular en las carreteras, por lo que estos pagos se ven reflejados en el costo final.

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