El 1 de diciembre de 2012, luego detomar posesión, el presidente Enrique Peña Nieto anunció, en Palacio de Gobierno, que una de sus primeras obras en su mandato sería la construcción de trenes-pasajeros.

La ruta México-Querétaro, junto a la México-Toluca y la transpeninsular Yucatán-Quintana Roo, fueron las mencionadas.

Hasta el momento se sabe que la ruta que conectará a nuestro estado con la capital del país se extenderá a lo largo de una vía de 200 kilómetros y se contempla que esta corra por Querétaro, Hidalgo, Estado de México y Distrito Federal.

“En la historia de México, el tren de pasajeros fue un símbolo de modernidad”, aseguró Peña Nieto.

Efectivamente, durante el Porfiriato el tren en general, no sólo de pasajeros, fue considerado el mensajero del progreso. Las vías férreas fueron, sin lugar a duda, uno de los mayores aportes durante el gobierno de Porfirio Díaz.

“México necesita resolver de manera integral sus problemas de transporte; contar con trenes modernos será el inicio de un nuevo capítulo en la historia de las comunicaciones de nuestro país”, afirmó el Presidente durante ese evento.

Querétaro en 1881

Por su ubicación geográfica, el estado de Querétaro ha sido históricamente un punto estratégico en materia de comunicaciones y transportes. En 1870 comenzaron a realizarse los primeros esfuerzos por consolidar la construcción de la vía férrea que luego conectaría a Querétaro con el Distrito Federal.

El ferrocarril llegó por primera vez a la estación de la Alameda en 1881, tiempo después, otra estación se inauguraría del lado de “la otra banda”, la cual es la que permanece hasta hoy como museo.

En 1881, la ciudad tenía poco más de 27 mil habitantes; actualmente, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), son más de 800 mil.

La capital del estado estaba conformada por 155 manzanas y sus límites urbanos eran desde la Alameda hasta el río Querétaro.

Entonces, llevar el tren a Querétaro respondía a dos necesidades: la inseguridad de los caminos y la urgencia de acortar los tiempos de traslado. “Un viaje de Querétaro a la ciudad de México fácil se llevaba una semana porque tenías que ir repostando los caballos; si se te hacía de noche, había que pernoctar en algún lugar porque además estaba lleno de bandidos. Era muy fácil que te asaltaran, que te robaran tus pertenencias, que robaran los caudales, las mercancías. Y bueno, todo eso generaba mucho desasosiego para la población y por supuesto, pérdidas.”, explica la historiadora e investigadora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Oliva Solís Hernández.

No obstante que el ferrocarril solucionó en gran medida los problemas de seguridad al viajar, los beneficios económicos para el estado fueron aún más notorios. Con la llegada del tren, Querétaro consolidó su lugar como un estado industrial, pero también turístico.

De Querétaro para el mundo

Luego de la llegada del tren en 1881, el gobierno local decidió, a la vanguardia de lo que sucedía en Europa, llevar a cabo una feria industrial de gran tamaño que mostrara al mundo lo que ofrecía Querétaro.

Ésta fue inaugurada el 30 de abril de 1882 en el Palacio de Gobierno, ubicado entonces en Madero 70. Duró 113 días y, debido a la afluencia de más de 50 mil asistentes, fue considerada un rotundo éxito.

Esta feria, unida irremediablemente a la llegada del tren, sirvió para empezar a proyectar a Querétaro como un destino turístico.

Solís Hernández explica que fue a finales del siglo XIX cuando se comenzó a explotar el tesoro colonial que alberga la ciudad, con la finalidad de atraer visitantes que, gracias al ferrocarril, podían hacer viajes de manera más rápida.

A la clausura, el 20 de agosto, acudieron personalidades del ámbito político nacional y regional, además de ministros extranjeros.

Primera guía turística

Con la finalidad de dar difusión a la Primera Exposición Industrial, en 1881 a Celestino Díaz se le encomendó escribir la “Guía del Viajero en Querétaro”. De acuerdo con lo expresado por el propio autor, este libro tenía por objetivo acompañar a los visitantes en su recorrido por la ciudad, así como “dar a conocer la importancia que realmente tiene y la que indefectiblemente adquirirá Querétaro, llamada con toda propiedad, la llave de comunicación con los estados del interior”.

Este libro no sólo cuenta los lugares obligados del recorrido de los turistas, sino que también describe minuciosamente la ciudad en aquella época.

Entonces en Querétaro sólo había tres hoteles y 23 mesones; actualmente, de acuerdo con datos del INEGI de 2010, hay en la ciudad 105 establecimientos dedicados al hospedaje.

La industria y el comercio

Si bien uno de los objetivos de la Primera Exposición Industrial era atraer visitantes; también era fortalecer la industria regional a través de la inversión e impulsar el comercio interno. Con más de mil 400 expositores y 5 mil objetos, la feria contó con 14 secciones que narraban sus actividades productivas.

De acuerdo con Oliva Solís, la llegada del ferrocarril a la entidad reportó grandes beneficios para las industrias establecidas en la región, ya que cada fábrica tenía ramales de las vías del tren.

“El trazado del ferrocarril tenía ya en mente estar al servicio de la industria; se cuidó mucho que el trazo pasara por estos lugares para facilitar el transporte porque no es nada más sacar la producción, sino también traer los implementos necesarios para la industria”, narró.

Así, no sólo se facilitó el transporte de materiales y mercancía, sino que también se produjo una suerte de migración regional, ya que resultó sencillo para las personas desplazarse desde sus hogares hasta las industrias, a trabajar.

El comercio estatal también se benefició por la derrama económica que implicó el turismo, por las nuevas facilidades para transportar mercancía. En 1881 había en la ciudad un total de 476 giros mercantiles y 393 establecimientos industriales.

Licitaciones

La construcción de las vías del ferrocarril implicó una serie de problemas económicos y técnicos.

En primer lugar, hubo que decidir cuál sería la ruta que tendría el tren. Luego, se consensó que ésta debía tener el mismo trazo del camino real y correr paralela a él. Además, debido a que el ferrocarril estaba pensando como una forma de ayudar a la industria, se contempló que la vía tuviera ramales que conectaran a las fábricas.

La vía, sin embargo, se construyó por tramos debido a razones económicas. “Muchas veces el ferrocarril se construye en tramos, de Querétaro a Celaya, de Querétaro a tal lado de México a San Juan, de San Juan a Querétaro, porque cada tramo corresponde a un inversionista distinto”, explica la historiadora.

Se crearon sociedades donde personas de la comunidad reunían el dinero necesario para construir tramos de las líneas. Además, el gobierno otorgó licitaciones a industriales y hacendados, así como a otros inversionistas que se mostraban interesados en el proyecto.

Las expectativas de ayer y hoy

Entre empresarios, hacendados y la clase alta de Querétaro el proyecto fue recibido con entusiasmo, mientras que en los sectores populares existía cierto temor por lo desconocido y hasta calificaban al tren como una “bestia feroz”.

“Incluso había quienes se querían enfrentar a él y agarraban sus machetes para tratan de frenar la instalación de las vías y cosas por el estilo. Ya después, por supuesto, cuando ven que el ferrocarril pasa y que van personas, dijeron, ‘ah, bueno, creo que no era tan terrible’”, explica Oliva Solís.

La experiencia de viajar en tren no resulta, ahora, extraña para muchos. Hay quienes aún recuerdan haberse trasladado en ferrocarril hasta la ciudad de México.

“Una vez me fui yo de aquí con mis hijos a una parte del bajío y yo veía el panorama de cuando uno va pasando, se ve tan cerca… había gente de toda categoría, pero era un ambiente de convivencia, porque hasta te ofrecían un café... yo tengo muy bonitos recuerdos de eso”, relata Elvia Martínez, antigua pasajera del tren.

Severino Cobo, por su parte, recuerda los viajes en ferrocarril como una experiencia romántica. “Te subías al tren, cenabas en el comedor y llegabas a México muy a gusto, sin la preocupación de estar manejando”, explica.

Nuevo proyecto, tren rápido

En un sondeo hecho por EL UNIVERSAL Querétaro, generaciones de jóvenes aseguran ver en la llegada del tren rápido una oportunidad para hacer viajes al DF con mayor frecuencia. “Me serviría mucho (viajar al DF), hay mucho que hacer por allá. Aparte fácilmente puedes agarrar trabajo allá. Contemplaría trabajar allá y vivir aquí”, asegura Leonardo Hernández, de 24 años.

Actualmente el tren rápido se contempla como una alternativa de transporte que puede reducir los accidentes carreteros.

“La carretera ya es un desastre, está demasiado cargada de coches. Sabes a qué hora sales, pero no sabes a qué hora vas a llegar, te encuentras puros accidentes y problemas”, señala Severino Cobo.

De acuerdo con datos de 2011 del Instituto Mexicano del Transporte, Querétaro se ubicaba como la segunda entidad con mayor número de accidentes carreteros por km, sólo superado por Tabasco.

El proyecto del tren rápido generaría empleo temporal al sector de la construcción, ha comentado, el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Alejandro Cabrera Sigler, al manifestar que se mantiene a la espera de las licitaciones públicas para que las constructoras tengan la oportunidad de participar.

La CMIC haría obras complementarias como movimiento de tierra, túneles, puentes, sistemas de drenaje y la edificación de la estación, la cual será en la zona metropolitana, mientras que la tecnología y el diseño lo harán empresas foráneas que SCT licite.

Esta obra daría trabajo a alrededor de 2 mil 500 y 3 mil personas, además a 200 ingenieros.

La parte de construcción civil correría a cargo de empresas mexicanas, que representarían un 60% de la obra, un 30% estaría en manos de trabajadores queretanos; las cuestiones electromecánicas serán de parte de extranjeros.

Se prevé que el tren inicie operaciones en 2017, de acuerdo con el director general de Transporte Ferroviario y Multimodal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Pablo Suárez Coello.

Dijo que serán utilizados 27 km de vías ya existentes, de un total de 210 kilómetros, que será su longitud total. En cuanto al consumo de energía eléctrica, estimó un gasto de mil 800 megawatts por día.

El tren contará con 37 viaductos y 15 túneles que correrán entre México y Querétaro a una velocidad de 217 k/h, en 59 minutos.

Respecto a la posible afectación a las vialidades, aseguró que la SCT tiene estudiado el impacto y estima un 4% de la capacidad de las vías. (Con información de Mirta Nava)

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