Mole tradicional, pozole de garbanzo, pollo sorpresa, son algunos de los platillos que participaron en la muestra gastronómica en la que tomaron parte las mujeres encargadas de los comedores escolares de las diferentes comunidades del municipio capitalino.

El Jardín Guerrero fue escenario de este encuentro de mujeres queretanas que se encargan de los comedores escolares de algunas escuelas del municipio, como es el caso de María Rosalba Samaniego Fraile, de la comunidad de San Isidro Buenavista, de la escuela Emiliano Zapata. de esa localidad.

Ella y sus compañeras, Lourdes Sánchez y Gloria Luna, elaboraron ensalada de pollo, verduras y arroz, para participar en este evento convocado por el Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), en el marco del Día Mundial de la Alimentación.

María explica que ella se interesó en el aula cocina porque le gusta ayudar, pues considera que existen muchas necesidades entre los menores, ya que algunos asisten a la escuela sin desayunar o toman algo muy ligero, por lo que a media mañana pueden comer algo más nutritivo.

“Para mí es un orgullo pertenecer al comité con mis compañeras. Me gusta ayudar. A veces nos preguntan por qué andamos ahí, que si no tenemos nada qué hacer, pero para mí es un orgullo ayudar a los niños. Lo hago por los niños, no por las mamás”, enfatiza, al tiempo que manifiesta que en la secundaria a la cual acude su hijo también participa en la cocina.

María asegura que no es laborioso hacer tanta comida para los alumnos de una escuela. Depende —explica— de la ganas de hacer las cosas, “si uno tiene ganas de trabajar y aparte lo hace con una sonrisa por delante y se lleva bien con sus demás compañeras, eso todo lo que se necesita”.

Detalla que el trabajo comienza a las 8:00 horas y termina casi al mediodía. Para la elaboración de los platillos, explica que los ingredientes se los manda del DIF, de acuerdo con lo que se pretende cocinar.

Reconocimiento a cocineras. Las tres mujeres sonríen satisfechas por su trabajo, que obtuvo el tercer lugar en la muestra. Su platillo resultó de los más ricos y nutritivos.

La gente que acude al centro se detiene, en parte atraída por los olores que emanan de las charolas que mantienen calientes los alimentos. Pasean entre los puestos, mientras que el sonido local invita a los invitados y público en general a ocupar las sillas que están hasta el frente, “para que luzcan llenas las sillas”.

La gente espera la llegada del alcalde Marcos Aguilar Vega y su esposa, Teresa García de Aguilar, presidenta del Patronato del DIF municipal. La rondalla de la Casa de Día Nänxu ameniza la espera con sus canciones. “El queretano” abre el recital que disfrutan los presentes.

No sólo asisten las madres que representan a las escuelas de diferentes zonas del municipios, están la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), la Escuela de Artes y Oficios de Querétaro y el Instituto Gastronómico Corbuse, a quienes se les da un reconocimiento por parte de las autoridades municipales.

Después de la ceremonia protocolaria y con las formas cumplidas, es hora de que los presentes degusten los platillos. El presidente municipal capitalino se marcha de manera rápida, por cuestiones de agenda, anuncia el sonido local.

Se queda su esposa y la directora general del DIF municipal, Josefina Esteva Navarro, quienes recorren uno a uno los stands de comida de las diferentes escuelas de Buenavista, La Joya, Tlacote el Alto, El Patol, Ojo de Agua, Llano de la Rochera, entre otras localidades capitalinas.

Las participantes —ganadoras o no— reparten sus platillos entre quienes se acercan a pedir “un taquito”. Es poco después de mediodía y ya hace hambre. Se ven muchos de los paseantes y gente que suele acudir al Jardín Guerrero a esa hora por distintos motivos. Todos pasan por una degustación de comida.

Josefina Esteva invita a los integrantes de la rondalla a pasar a comer algo, pues se les pidió tocar algo mientras García de Aguilar recorría los stands y, apenas concluyó de recorrerlos, terminaron de tocar, y corrían el riesgo de no alcanzar nada.

El personal del DIF, identificado por las camisas blancas, se muestran entusiastas en la degustación de los alimentos preparados por las mujeres. Piden la prueba del mole, de la ensalada de pollo, del pollo sorpresa, o los postres y panecillos del stand de la Escuela de Artes y Oficios de Querétaro, muy populares entre los comensales.

Algunos de los paseantes, para evitar quedarse con las ganas de probar ciertos platillos, antes de terminar el que tienen se acercan a pedir otro, y los colocan en las sillas, para que nadie se los lleve.

Pocos prestan atención al stand de los Invernaderos Escolares, donde las legumbres lucen apetitosas en canastas, acomodadas metódicamente, para llamar la atención de los asistentes al evento, que de pronto se multiplicaron.

Poco a poco las charolas se vacían y las mujeres comienzan a recoger sus cosas para volver a sus comunidades de origen, satisfechas del esfuerzo que hacen día a día por llevar alimentos calientes a los estudiantes de las escuelas que más lo necesitan, y en donde muchos de los menores no pueden tener un desayuno completo.

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