Las ventas de las tiendas de abarrotes, durante enero, disminuyeron alrededor de 30%, informó el representante de este sector ante la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco), en Querétaro, Arturo Olmos Yáñez.

El directivo comentó que son más de 3 mil negocios de este tipo, que dan empleo a cerca de 10 mil personas, la mayoría de ellas familiares de los propietarios de los comercios, las que presentan esta caída.

Olmos Yáñez destacó que al inicio de este año, se registraron varios incrementos en diversos productos, que afectaron hasta en 20% el poder adquisitivo de los habitantes de la entidad.

Reconoció que lo que más ha pegado a los clientes, es el alza en los precios de los refrescos, así como los productos de pastelería y alimentos para mascotas, aunque este último se reporta como de los menos afectados.

Hasta el momento, aclaró que no se ha presentado el cierre de negocios por las bajas ventas, pero informó que sí existe la posibilidad de que varios comercios lo hagan en el futuro.

El líder de los abarroteros explicó que este tipo de negocios tienen poco acceso a créditos, ya que los financiamientos son muy escasos y caros, por lo que las pequeñas empresas no pueden adquirir uno para invertir en insumos.

Destacó la propuesta de la Canaco local de que los financiamientos sean más flexibles, además de que haya una mayor capacitación para los empresarios, aunque ésta última ya se está trabajando por parte de la Cámara empresarial.

Dañan nuevos impuestos

Olmos Yáñez advirtió que los comerciantes continúan con la incertidumbre sobre los nuevos esquemas de tributación.

Dijo que entrar al nuevo Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) representa un gasto extra para los dueños de los negocios, ya que muchos de ellos deben adquirir una computadora, así como contratar el servicio de internet, y realizar el pago de facturas que expedirán.

Ante esto, comentó que han solicitado a las autoridades la posibilidad de una prórroga para integrarse al nuevo sistema, porque reconocen que no se pueden amparar ante algo que ya entró en vigor y que tarde o temprano tendrán que pagar.

Aseguró que los pequeños y medianos negocios no tienen a posibilidad económica ni de tiempo de dar seguimiento a los juicios de amparo, por lo que prefieren pagar sus impuestos.

“Aún existe la desinformación entre los agremiados respecto al RIF, pero, son cada vez más personas las que ya están al tanto de las nuevas disposiciones y que acuden a la propia cámara a tomar cursos de asesoría fiscal”, dijo.

El representante no descartó la posibilidad de que a lo largo del año algunos negocios se vean en la necesidad de cerrar por las bajas ventas y las complicaciones impositivas.

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