Cada año, desde hace 28, Marcial Flores sale de su natal Michoacán para vender nochebuenas en la esquina de Garibaldi con Damián Carmona, a espaldas del mercado de La Cruz. El floricultor hace alarde de ser uno de los primeros en comercializar estas flores en Querétaro y de cada año vender un poquito más gracias a clientes que ya lo conocen y a otros que se acercan por primera vez.

Cuenta que los primeros dos años no cultivaba las plantas sino que las compraba para revender; pero, cuando cerró una empresa en su pueblo, Tuxpan, los trabajadores que ya sabían cultivar la nochebuena se asociaron para sacar ellos mismos la producción.

“En el pueblo de donde yo soy todos nos dedicamos a las flores; es un pueblo de floricultores. Tengo paisanos en todo el pacífico. Hasta en Los Mochis, Sonora. Para abajo, en Colima, Tampico, Veracruz. Los que nos dedicamos a esto andamos donde quiera y todos se reparten para donde sea”, comenta.

Lo que se requiere para cultivar esta flor es buen clima y agua, “y gracias a Dios en Tuxpan tenemos bastante agua y tenemos un muy buen clima, ni frío ni caliente, sino templado.”

Originario de un poblado que cuenta con alrededor de 3 mil productores, Marcial cumple 28 años de ofrecer sus flores en Querétaro, tarea que comienza entre el 18 y 20 de noviembre, prolongándose hasta el 22 de diciembre.

Para ello, se prepara desde febrero, pues si bien hay nochebuenas que únicamente requieren de dos meses o tres meses para su cultivo, las plantas más grandes llegan a ser podadas hasta cuatro veces antes de ponerse en venta.

“Cada tamaño se lleva un mes de trabajo. Por decir, los tamaños más grandes, que son los macetones, desde febrero empezamos a hacerlos y así se va un mes menos hasta llegar al tamaño más chico”, explica.

La variedad de tamaños va desde las 10 hasta las 3 pulgadas, pasando por alturas de 8, 7, 6 y 5. El precio depende del tamaño, comercializándose las más chicas en 15 pesos. Marcial trata de venderle siempre directamente al cliente, con el fin de evitar el encarecimiento de la planta, así como el intermediarismo.

“A veces tiene que poner uno de su parte para que los productos se vendan. Yo siempre he tratado de dar muy buen precio y calidad para que los clientes regresen. Inclusive yo investigo precios en viveros, en centros comerciales y todo. Veo qué precios están manejando y yo trato de dar mucho más barato que ellos”, comenta.

Asegura que quien compre nochebuenas con él puede conseguir las plantas hasta 30% o 40% más barato; aunque recuerda que se debe ver la calidad y no nada más el precio.

Una cartulina amarillo fluorescente pegada en el parabrisas de su Chevrolet Silverado es el principal gancho con los clientes. En la publicidad se anuncia una Nochebuena por 25 pesos y cinco por 100; pese a la ganga, Marcial debe lidiar con el “cuánto es lo menos”.

El vehículo fue adaptado con tres niveles en la parte trasera, a partir de los distintos tamaños de las plantas.

“Tengo clientes que desde hace más de 20 años me compran”, pavonea el productor, quien atribuye su éxito en tierras queretanas a la calidad de su producto.

“Mis clientes que cada año me compran son los que pueden decir la verdad y la realidad, porque ellos son los que vienen y me dicen que en tal parte la están dando en tanto precio. Yo sé que tengo que dar mejor precio para conservar mis clientes de tantos años como productor.”

Personas que ayudan a Marcial viajan diario a Michoacán para surtir de más mercancía al floricultor, quien asegura siempre haber trabajado derecho, lo que le ha evitado problemas con sus socios, clientes, la autoridad y, en general, al transitar por carretera entre un estado y otro.

Sobre los permisos, señala que con el cambio en las administraciones municipales constantemente debe informar sobre su actividad a la autoridad. “Yo tengo todititos mis permisos de los 28 años y de hecho traigo copias y todo para que vean que no hay ningún problema”.

Garantía.

Marcial Flores garantiza que sus plantas duran al menos dos meses, sin que sea necesario sacarlas de la maceta. Algo que siempre recomienda a los clientes es que las flores se conserven adentro de la casa, ya que con el clima se pueden helar, secar o maltratar.

“Son plantas de ornato. Deben de estar dentro de la casa, y que se rieguen dos veces por semana. Ya la planta viene nutrida de todo lo que necesita y no le pasa nada. Yo las garantizo por dos meses; a partir de dos meses les digo que hay que podarles todo lo que fue rojo. Se dejan los puros tallos, se pasa al jardín en una maceta más grande y se reproduce”, explica.

Una de sus mayores satisfacciones es que algunos clientes regresan con fotografías de nochebuenas que le compraron años atrás: “Tengo muchos clientes que me han traído las fotos desde hace 25 años. Tengo unas clientas que sus plantas están chulísimas. Entre más altas las quiere uno, más poda se les da”.

Quienes se acercan a comprar se fijan en el tamaño y calidad, que la planta esté bonita, con bastante flor y sin plagas. Marcial asegura que ya no navega para vender, afirmación que se puede constatar a los pocos minutos.

“Por los años que ya tengo aquí ya saben cuánto les van a aguantar las plantas y todo. Esta señora que se acaba de ir la conozco desde hace como 20 años. Aquí en Querétaro yo fui el primero que empezó a vender así”, recalca.

Finalmente, dice que también tiene clientes que le compran al mayoreo y se pueden llevar hasta 100 o 200 plantas, aunque lo normal es que las personas se lleven una, dos o tres.

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