Es fácil cuando me preguntas: ¿porqué llegas a vivir a Querétaro?, el amor me trajo, definitivo, dice con cálida y pronunciada afirmación Martha Monserrate Ortega Navarro quien, proveniente de Guayaquil Ecuador, compartió la travesía que la trajo a Querétaro, ciudad que hoy día es parte de una vida que jamás imaginó. La actual presidenta de la Asociación de Ecuatorianos en Querétaro, ha logrado construir a lo largo de 19 años de residencia en la capital, una vida productiva en el ámbito profesional como colaboradora de una columna en una editorial de revista, un negocio de comercio independiente y los nuevos proyectos de la asociación.

Para Martha, la etapa que le ha dado dos hijos queretanos, Emily de 17 y Larry de 16 años, de la mano de su compañero y esposo, Javier Helguera, es una de sus mayores satisfacciones en la vida, además de ser parte de una ciudad de la que hoy se siente más arraigada que nunca. Siendo Guayaquil la ciudad más grande y poblada de la República del Ecuador, fue el lugar de la Costa del Pacífico donde la historia de Martha y Javier comenzó, al conocerse durante un viaje de vacaciones del queretano. “Hace más de 19 años, me casé en Guayaquil Ecuador, me casé con un queretano, y por eso vine a vivir aquí. El amor me trajo, llegué a Querétaro porque él es de aquí; él ya tiene su vida hecha, su trabajo, su negocio, toda su mundo lo tiene aquí”.

El proceso de adaptación a la cultura queretana no fue fácil para ella en un inicio. En una ciudad que consideró conservadora en el trato, la percepción de la ecuatoriana le tomó un par de momentos de acoplamiento en el camino, “el proceso fue bastante duro, porque cuando llegué a vivir aquí había muy poco sudamericano, o por lo menos cerca de mí no había ningún ecuatoriano. Como al año, conocí un ecuatoriano que es el que tiene un poco más de tiempo de vivir aquí. Al principio sí me costó trabajo porque yo vengo de una ciudad muy cálida, muy amistosa, y cuando yo llegué a vivir había queretanos puros y el queretano puro considero no es tan abierto. Yo le decía a la gente ‘hola buenos días’ y contestaban ‘buenos días’, entonces yo pensaba ¿porqué la gente no sonríe?, ¿porque la gente no saluda más amablemente?, me costaba trabajo, la verdad esa parte se me hizo un poco difícil, pero como soy, mi naturaleza, siempre me ha gustado hacer amigos y busqué la manera de conocer gente”.

Red de contactos y amigos.

Martha, al poco tiempo de su llegada, buscó integrarse a clases de bordado que coincidían en la época navideña, donde hizo su primera red de contactos y amigos, situación que añoraba por la lejanía con el círculo de amigos y familia que había dejado en Ecuador. La ecuatoriana con un espíritu fuerte y positivo, se dio a la tarea de conocer el corazón de la ciudad, situación que la llenó emocionalmente en su llegada. “Disfrutaba mucho salir al centro, yo llegué a vivir en el centro de Querétaro, fantástico, yo vivía caminando a todos lados, caminaba y caminaba y veía las calles hermosas que tiene esta ciudad, entonces en ese sentido, eso le bajaba la intensidad al no tener a mi familia cerca o a verdaderos amigos, eso me hizo más fácil sobrellevar esa etapa difícil para mí”.

Detalles como la comida, el trato y el añoro de la cercanía familiar fueron algunos factores que la guayaquileña tuvo que tomar en cuenta para entender la cultura de la nueva ciudad que la acogía, “en cuanto a lo que comemos hay muchas similitudes, pero el cómo lo preparamos es súper diferente, nosotros no comemos nada de chile, a mí sí me gusta y bastante, así que eso no me causó problema. De pronto iba a un sitio a preguntar por algo, ¿cómo se llama eso y el otro? Yo buscaba un vegetal y le preguntaba a cinco personas y nadie me sabía decir cómo era y yo decía ¿cómo no van a haber esas cosas? Tiene que haber, tiene que haber. Fui a una frutería y lo encontré, entonces pregunté ‘¿cómo se llama eso?’, se llaman chícharos, ¡ah, entonces eso es lo que estoy buscando ¡unos chícharos!”. Una frase que ha inspirado a Martha para salir adelante ante cualquier adversidad fue, un dicho de su abuela quien cuidó de ella desde pequeña: “lo que sucede es lo que conviene”. “Mi mami no es mi mamá, mi mami es mi abuela y ella estuvo al cuidado de nosotros por muchos años, porque nuestros padres trabajaban y nosotros nos quedamos al cuidado de ella. Ella siempre decía ‘mijita Marthita, lo que sucede es lo que conviene’; cuando eres chica no lo entiendes o incluso en la adolescencia, que es la etapa en la que nada tiene sentido, ahí no lo entendía, pero ahora que vivo aquí, cuando me he sentido sola y triste es cuando digo ‘no tendría que ser así’. Entonces ahí he entendido, ha pasado el tiempo y pienso ‘si convenía, si convenía’, porque hoy que me siento feliz, tranquila, realizada en Querétaro, era lo que convenía, definitivamente mi mami tenía mucha razón al decir eso”.

Accesibilidad.

Las oportunidades de salud, educación y empleo son temas que considera accesible, “en ese sentido, lo veo bien, la salud está al alcance de todos, la salud pública me parece que es accesible, la educación me parece de muy buen nivel, muy buena calidad, eso me parece excelente. Lo que si me parece que es un poco complicado son las oportunidades de trabajo para el extranjero, pienso que no es tan sencillo, que de alguna manera considero que es bueno, porque no desprotegen a su comunidad, los nacionales. Mientras que en Ecuador, por ejemplo, el extranjero siempre va a ser mejor pagado, por alguna razón cultural, pero así es la realidad”.

Con el reciente terremoto de Ecuador —ocurrido el 16 de abril, con una magnitud de 7,8 mw (magnitud de momento), considerado como uno de los terremotos más fuertes y el más destructivo desde los terremotos de Ecuador de 1987— el Consulado y la Embajada realizaron esfuerzos en pro de la recaudación de víveres y materiales de curación para el apoyo a los damnificados por el desastre natural, momentos posteriores al suceso se creó la Asociación de Ecuatorianos en Querétaro.

La cónsul de Ecuador se acercó a Martha y a Cristina Durango (vicepresidenta) en mayo del presente año para crear la asociación con el objetivo de crear de un fondo para ayudar a las asociaciones en Ecuador, especialmente en la zona de desastre, ayuda enfocada en mayor parte a niños desprotegidos en la zona costera de aquel país, niños que quedaron sin padre y sin escuela. “Con un poco de miedo, sin nada de recursos, decidimos emprender este viaje y así es como la gente de la Asociación Ecuatoriana de México vino, hicimos una elección y en esa elección resulto ser la presidenta de la asociación. Actualmente estamos trabajando mucho en este proyecto y con la firme intención de que salga excelente; en ese camino estamos”.

Con apoyo previo de la Embajada, Martha emprendió el proceso para apoyar a los ecuatorianos, “La Embajada y el Consulado han apoyado permanentemente, se mandaron al rededor de 13 aviones de la Ciudad de México, con ayuda de los queretanos, en gran medida también porque tuvimos una gran respuesta de la gente de Querétaro, para poder ayudar a nuestra gente”. El trabajo altruista representa con reto bajo el contexto actual de la economía, “es un trabajo duro porque nosotros manejamos el dólar y en la situación que se encuentra el peso frente al dólar nos ata un poco de manos para juntar una gran cantidad de dinero. Para eso es este primer evento, para hacer un balance y saber cuál es nuestro capital inicial para ayudar a los niños del Ecuador”, sin embargo, la comunidad queretana, además de la comunidad extranjeta en Querétaro, son quienes se han encargado de apoyar al proyecto.

“Las familias mixtas, tenemos familias de ecuatorianos que están casados con alemanes, que están establecidos aquí con sus empresas, todos ellos nos están ayudando a trabajar y para poder darle marcha a este evento y su vez dar un buen inicio”. Un largo camino para la madre de familia se ha conformado de experiencias fuera de su natal Guayaquil, sin embargo, la conexión con la comunidad extranjera en Querétaro es un acontecimiento de su asombro debido al crecimiento en los últimos años, “cuando llegué había muy pocos extranjeros, el día de hoy me impresiona mucho la comunidad de la India, cuando yo llegué, habían dos o tres personas, era una familia, el día de hoy son casi 150 hindúes y te quedas impresionada, como los españoles que también ha crecido mucho la comunidad, ves como ha crecido y cómo es que para todos hay oportunidades”.

Lugares favoritos.

Hoy día el goce de vivir en el estado es algo que la madre de familia disfruta en cada rincón, “me gusta mucho ir a la Peña de Bernal, me parece encantador, a mis hijos les fascina, a mí también me gusta mucho, lo disfruto. Tequisquiapan, caminar por sus jardines, los portales, me parece también fascinante, la verdad es que son lugares muy lindos, al igual que el centro, que es divino, lo he disfrutado por estos años en los que he vivido aquí”. A pesar de no contar con su familia de nacimiento en la ciudad, Martha se siente como en casa después de los años y experiencias vividas desde su llegada.

“Querétaro es una ciudad que me gusta muchísimo, cuando me preguntan ‘¿y te sientes bien, y te gusta?’ Me encanta, les digo; simplemente me encanta, Querétaro es una ciudad a la que amo tanto como mi Guayaquil querido. (Aquí) me han recibido con los brazos abiertos en muchos casos, lo único que podría decir es gracias, por vivir a gusto, tranquila, porque aunque la ciudad ha crecido muchísimo sigue siendo un lugar agradable y seguro, eso para mi es invaluable”.

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