Gonzalo Pérez González y Florencia Morales, habitantes de la colonia México, aún no pueden conciliar el sueño ante el temor de que una nueva precipitación pluvial arrase con las pocas pertenencias que conservan después de la inundación del 28 de mayo.

Este fin de semana autoridades estatales y municipales entregaron estufas, refrigeradores, electrodomésticos y colchones en esta colonia con una inversión conjunta superior a los 700 mil pesos; sin embargo, para los afectados es urgente hacer una evaluación de la estructura de sus viviendas, ya que la intensidad con que el agua corrió por esta zona habitacional derribó varias bardas y temen que las paredes de algunas de sus habitaciones se desplomen.

La mayoría de los habitantes en esta zona habitacional conservan los colchones apilados en alguno de sus cuartos, pues si bien la entrega de estos fue oportuna, autoridades olvidaron proporcionar las bases de cama para poder colocarlos.

“Fue después del quinto día aproximadamente de ocurrida la inundación que comenzamos a sentir hambre. Al principio sólo estábamos preocupados por nuestras pertenencias, sin embargo, ahora ya no podemos dormir. Fuimos a una farmacia para que nos recetaran pastillas para los nervios”, refiere Florencia Morales, quien agrega que aún no puede hacer uso del refrigerador que se les entregó, pues debe esperar a que se estabilice el gas, así que por lo pronto consumen los alimentos inmediatamente después de prepararlos en la estufa que también les entregaron.

Sobre la calle Durango, una de las más afectadas, habita Domingo Pérez González. En su vivienda construida a desnivel, el agua superó los dos metros de altura y derribó la barda del patio trasero que divide su casa de un terreno baldío; desde el aguacero Domingo vive con el temor de que personas ajenas ingresen a su domicilio a través de dicho predio, ya que las puertas traseras fueron derribadas por el agua y no ha obtenido ningún apoyo para poder levantar un muro y colocar nuevas puertas.

“Si entran a mi casa no se pueden llevar nada, todo lo perdimos y sólo nos quedamos con los colchones y los aparatos que nos entregaron, pero sí nos pueden dar un buen susto y por eso me urge poner las puertas”, dice.

A 10 días de ocurrida la tromba en San Juan del Río, las paredes en la vivienda de Gonzalo permanecen húmedas, se ha caído el tirol de los techos y se alcanzan a apreciar las varillas de la construcción. Con trozos de madera y una vieja base de cama es como esta familia cubre el acceso de la parte trasera para evitar que desconocidos ingresen por las noches.

“No vamos a negarlo, nos apoyaron rápidamente, desde el día del aguacero estuvieron las autoridades presentes. El sábado nos entregaron el refrigerador, una estufa y los colchones, pero no tenemos bases para colocarlos, también quisiéramos que nos ayudaran verificando la estructura de nuestra casa porque el agua se llevó una de las bardas, no tenemos material para poder levantar otro muro”.

A dos casas de la de Gonzalo se encuentra la de Víctor Blanco, quien vive con su esposa Maribel; ellos perdieron todo el equipo de su taller de costura ubicado en la parte baja de la vivienda; el sábado pasado autoridades tocaron a su puerta insistentemente para hacer entrega de mobiliario y electrodomésticos. La espera fue en vano, pues en esos momentos no se encontraban los propietarios de la vivienda, por lo que se quedaron sin recibir el apoyo, refieren los vecinos.

Teresa Torices Azcue es la propietaria de la miscelánea inundada en la calle Durango. Tras calcular pérdidas aproximadas de 900 mil pesos por toda la mercancía y los aparatos eléctricos, reconoce haber recibido el apoyo económico de 30 mil pesos de parte del presidente municipal Guillermo Vega Guerrero, aunque consideró que el dinero será insuficiente para echar a andar la tienda, por lo que anticipa solicitar un préstamo.

“Se descompusieron los refrigeradores, se destruyeron las vitrinas, los equipos de salchichonería y una computadora, además de las cortinas de metal con las que cerrábamos la tienda, esperamos que se nos pueda seguir apoyando porque definitivamente voy a recurrir a un préstamo; no veo otra manera de comenzar mi negocio nuevamente”, asegura.

A Teresa se le proporcionó un número telefónico de Rodrigo Ruiz Ballesteros, secretario adjunto de Gobierno estatal, para tener contacto e informar sobre el apoyo recibido, sin embargo, han pasado 10 días y nadie le ha contestado la llamada.

En la escuela primaria Amado Nervo los profesores ya se encuentran impartiendo clases de nuevo, y únicamente permanece cerrado el preescolar México, una de las instituciones más afectadas por la tormenta del 28 de mayo.

Habitantes de la colonia México agradecieron el apoyo que las autoridades les han brindado con la entrega inmediata de electrodomésticos y colchones, sin embargo, insisten en que es importante comenzar a la brevedad con el plan pluvial para ampliar drenes y crear nuevos, a fin de contener el agua de la zona alta de la ciudad y evitar nuevas inundaciones.

En San Juan del Río fueron 364 viviendas las afectadas por la tormenta del 28 de mayo, según refirieron autoridades estatales.

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